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La planta de RPET Flake en Tarancón recicla 60.000 toneladas de plástico al año

Esta empresa es una de las 495 homologadas por Ecoembes a nivel nacional para dar una segunda vida a los residuos del contenedor amarillo
Fotos: RPET Flake
14/05/2024 - Paula Montero

El ciudadano que tire una botella de plástico a un contenedor amarillo tiene la seguridad de que ese envase llegará a una empresa recicladora que le dará una segunda vida. Con esta simple acción que cada vez tenemos más interiorizada tanto a nivel industrial como doméstico contribuimos a reducir el consumo de plástico virgen prolongando la utilidad de los recursos disponibles, con los beneficios para el ser humano y el medio ambiente que esto supone. 

El ciudadano es el primer engranaje de esta cadena y el último son las empresas recicladoras que se encargan de reciclar este material antes de volver a darle un nuevo uso. En total, en España hay 495 homologadas por Ecoembes para prestar este servicio y una de ellas se encuentra en Tarancón. Se trata de RPET Flake, una compañía única en la provincia de Cuenca que al año recicla 60.000 toneladas de plástico PET, o lo que es lo mismo procesan medio millón de botellas cada hora. 

 

“En Tarancón recibimos plástico PET de toda España y de países europeos como Portugal o Francia”

El proceso hasta lograr reciclar el plástico es relativamente sencillo. Reciben las botellas que los ciudadanos tiran en el contenedor amarillo después de que las plantas de clasificación de cada localidad las separe del resto de envases (tetrabricks, bandejas, latas). Una vez reciben las botellas, las separan por materiales y por colores y las trituran en un tamaño homogéneo hasta conseguir flakes (escamas) a los que le quitan las etiquetas, tapones y cualquier otro contaminante, como por ejemplo restos de pegamento, mediante un proceso de lavado, tal y como explica Tono Martínez, director general de RPET Flake.

Posteriormente vuelven a clasificar esos pequeños trozos para retirar cualquier resto de goma u otro material que no sea plástico. Esos flakes después se fundirán hasta crear bolas de PET reciclado que harán llegar a los fabricantes para volver a hacer botellas. “Recibimos plástico PET de toda España y de países europeos como Portugal o Francia porque la planta de Tarancón tiene gran capacidad”, señala Martínez. 

Cuando los flakes de plástico están listos los envían a las empresas embotelladoras que, en lugar de emplear plástico virgen, usarán el reciclado. “Esto supone múltiples beneficios. El primero es que el gasto energético y la huella de carbono se reduce al utilizar PET reciclado. A parte, estamos contribuyendo a evitar que el plástico rellene los vertederos y, por ende, que estos sigan creciendo en extensión”, explica el director general RPET Flake. 

 

Foto: RPET Flake

 

Al reciclar las botellas en un contenedor amarillo el ciudadano está ahorrando a su ayuntamiento los costes de gestión de los residuos porque esa recogida está sufragada por las tasas que pagan los fabricantes de las botellas. Por ello, desde RPET Flake, “animamos a los ciudadanos a utilizar el contenedor amarillo porque en nuestra empresa pueden ver que esa simple acción tiene resultados positivos. La botella hecha con plástico reciclado va a ser igual de buena que una producida con plástico virgen”.  

Si bien, todavía hace falta incrementar las tasas de reciclado y ahí entra en juego la labor de Ecoembes, la organización sin ánimo de lucro que gestiona el reciclaje de los residuos que se depositan en el contenedor amarillo y azul. Trabajan junto a ciudadanos, entidades públicas y empresas para que el reciclaje de envases domésticos sea una realidad en España y desde 1996 han ayudado a impulsar la conciencia medioambiental hasta convertir el reciclaje en un hábito diario para la población.

“En los últimos 28 años hemos pasado de reciclar 50.000 toneladas a 1,7 millones de toneladas y los estudios sociológicos nos dicen que el reciclaje es el hábito medioambiental más extendido entre los españoles”, subraya Cristina Muñoz, coordinadora de Comunicación de Ecoembes. 

“Desde 1996 ya hemos educado a dos generaciones en reciclaje, los niños de hoy en día han nacido con este hábito que está muy presente en la educación y es una práctica que está consolidada entre la población”, recalca.

Aún así, desde la organización creen que quedan “cosas por hacer para seguir mejorando” porque “el 99,9% de la población sabe que las botellas van al contenedor amarillo pero solo el 70% sabe con seguridad que las bandejas de poliespán van también ahí”, apostilla. 

Por ello, van a continuar poniendo en marcha acciones de sensibilización y continuarán coordinando el ciclo del reciclaje para poner en contacto a todos los agentes implicados en este proceso, desde los ciudadanos, hasta los ayuntamientos y empresas recicladoras y fabricantes.


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