La lluvia que acompañó la jornada del viernes obligó a suspender la procesión del Santo Entierro, una de las señas de identidad de la Semana Santa taranconera, que este año además estrenaba nuevo paso de la Piedad, perteneciente a la Hermandad de Jesús Nazareno (que se encuentra en plena celebración de su 300 aniversario).
La procesión salió a la calle pero a los pocos minutos empezó a llover y se tuvo qeu suspender. La cabecera estaba ya en la Plaza del Ayuntamiento, con la Hermandad Mayor, Maria Magdalena, seguida de la Hermandad de la Exaltación con el Paso del Cristo de Burgos y la sección de tambores de su banda. Por su parte el Descendimiento a punto de entrar en la Plaza, en la calle Duque de Riánsares, con su banda de Cornetas y Tambores. El nuevo paso de la Piedad en el comienzo de la misma calle, asi como la banda de cornetas y Tambores de su hermandad, y la Cruz Desnuda.
Habían pasado bajo el Arco de la Malena la Virgen de la Esperanza y San Juan e iniciado la marcha la Banda de Tambores y Cornetas Cristo del Amor, cuando comenzaron a caer las primeras gotas. Se comenzó a proteger las imágenes, soplaba cada vez más fuerte el viento y se acordó suspender la procesión. El Paso del Cristo de Burgos se retiró por la calle Cruz de la Oliva para regresar al templo y el resto fueron de espaldas hacia el mismo.
No se pudo realizar el desfile como estaba previsto y por ello, para cumplir con la tradición, se decidió realizar el Santo Entierro dentro de la iglesia. Así, ante un abarrotado templo los pasos del Santo Sepulcro y la Soledad dieron en la nave central las vueltas tradicionales, emocionando a los presentes.
