El diseñador Francisco Sáez da el ‘sí, quiero’ en el Monasterio de Uclés
El diseñador taranconero Francisco Sáez y Alicia Jiménez se han dado el ‘sí, quiero’ a las 13:30 horas de este sábado en el Monasterio de Uclés rodeados de 120 invitados entre familiares y amigos íntimos.
En lo que a la ceremonia se refiere, ha sido oficiada en la iglesia del complejo que estaba decorada con cuatro arces ingleses, cuatro thujas, copas de flores de orquídeas y rosas y 60 velas. Además, el Cuarteto de Las Cuatro Estaciones de Tarancón ha ambientado con música en directo la entrada de los invitados y, por supuesto, la de los novios.
El primero en llegar era Francisco Sáez del brazo de su madre, quien ha optado por un traje de color azul oscuro con estampado discreto de pata de gallo en negro diseño del propio modisto. Por su parte ha elegido tejidos de seda y lana provenientes de Reino Unido y el look lo ha completado con gemelos de la firma Loewe y reloj de la famosa casa Cartier.
El secreto mejor guardado ha sido el vestido de novia, que ha sido confeccionado por el taller del modisto.. Eso sí, el novio no sabía como sería el aspecto final pues dibujó 200 bocetos de los que Alicia finalmente eligió uno. Así, tal y como manda la tradición, ha sido sorpresa para el novio.
Para su gran día, la novia ha lucido un vestido de crepé en blanco roto, adornado con un tul bordado con pedrería de cristal de swarovski. Se ha decantado por lucir escote en forma de V y la espalda al descubierto, aunque lo más sorprendente del vestido es la sobrefalda de tul de seda con una cola de más de dos metros de largo. Prenda de quita y pon que se ha quitado tras el gran baile nupcial.
En cuanto al velo, está confeccionado con el mismo tul de seda de la sobrefalda y está rematado con una tira de piedras de swarovski que aportan luz al conjunto.
Por otro lado, en cuanto a los accesorios, Alicia ha elegido zapatos en color rosa nude con la punta en estampado de serpiente y tanto pendientes, anillo y collar incluyen esmeraldas salvajes y diamantes. Éstos han sido creados en exclusiva por la casa Suárez en su departamento Sur Mesure, que se dedica a crear piezas únicas diseñadas y fabricadas a medida.
Por último, indicar que ha lucido un tocado hecho a mano con piedras de cristal y porcelana en color blanco del atelier María For You. Además, el broche final lo ponía el ramo que combinaba el color de los zapatos, de las joyas y del vestido.
La madrina ha lucido un vestido largo en verde lima acompañado de un encaje chantilly con dibujo renacentista y bordado en cristal de roca diseñado por su hijo, el novio. Además, ha optado por lucir mantilla en color hueso que ha sido confeccionada a mano en Sevilla, al igual que la peineta. Diseño que también dibujó Sáez para este día tan especial.
En cuanto a los detalles de la ceremonia, las arras matrimoniales pertenecen a la familia de Francisco Sáez y son monedas de Alfonso XII y XIII y las alianzas también son obra de la casa Cartier.
Un escenario idílico
Una vez convertidos en marido y mujer han celebrado el convite y la fiesta en el claustro del Monasterior. Primero ha sido el turno del cóctel y el banquete que corren a cargo de La Perla Catering, quienes han diseñado aperitivos y un menú con platos individuales para cada comensal, tal y como manda el protocolo Covid. Las mesas de estilo rústico-chic estaban vestidas con manteles de tejido liberty pintados en acuarela, bajo platos de mimbre y vajilla en cristal combinada con tonos mostaza.
Por su parte, el postre no ha dejado indiferente a los invitados ya que ha sido diseñado por Pablo Ministro, chef ejecutivo de Contrapunto, el restaurante del Palau de Les Arts.
Por último, han terminado la comia con una naked cake (tarta desnuda) de cuatro pisos decorada con flores de azúcar, la última tendencia en postres que ha sido creada en exclusiva por la Pastelería El Goloso de Tarancón.
Para obsequiar a los invitados e invitadas, la madrina ha regalado bombones de mazapán del prestigioso obrador Santo Tomé de Toledo, mientras que el padrino se decantaba por pequeñas frascas de cristal que escondían crema de orujo Ruavieja.
Más tarde, llegaba una de las grandes sorpresas de la boda y es que, durante la fiesta han contado con la actuación en directo del grupo Sabor y Duende. Más tarde, daban paso al DJ para concluir por todo lo alto el gran día.
Con todo, tras una pedida de mano de película en las escaleras de la Biblioteca Nacional de Nueva York, retrasos en la fecha de la boda por la pandemia y varias despedidas, por fin Francisco Sáez y Alicia Jiménez se han convertido en marido y mujer.