Dos décadas de lucha contra las adicciones
Brindar apoyo integral a aquellas personas que necesitan ayuda urgentemente para luchar contra sus adicciones y, al mismo tiempo, extender su mano solidaria a las familias afectadas. Esa es la principal labor que la Asociación Taranconera de Adictos en Rehabilitación y Familiares (ATARAF) viene realizando en la localidad desde hace ya dos décadas, y que en la actualidad brinda su apoyo a unas 50 familias de la ciudad y la comarca. Su presidente es David García-Prieto, y comenzó su andadura en la asociación como usuario, en febrero de 2003.
“Vine a quitarme del consumo de cocaína. Al alcohol nunca le di la importancia que se merece, pero tuve varias recaídas y el 3 de marzo de 2017 decidí empezar el proceso de rehabilitación que dura hasta el día de hoy, y desde entonces no he vuelto a consumir nunca más”, relata. Todo ello gracias al apoyo que en su momento le ofrecieron Evaristo, el entonces presidente, Pilar Ramírez, una familiar, y Julián Parra, un veterano, con quien empezó a hacer terapia junto a otros usuarios.
Con el apoyo de Ángel Jiménez, presidente de Faarfacam, la Federación de Alcohólicos Adictos en Rehabilitación y Familiares de Castilla-La Mancha, comenzaron a tejer un nuevo camino de esperanza. Siguiendo recomendaciones de Ángel Jiménez, se incorpora Carla Moya, trabajadora social, de manera voluntaria, consiguiendo subvenciones para poder profesionalizar la asociación a través de terapia psicológica individualizada y terapia familiar. Hoy en día pueden presumir de ser un faro de esperanza para la enfermedad de la adicción en Tarancón y comarca.
FORMA DE TRABAJO
Tras resurgir de forma notable en los últimos años, la Asociación trabaja cada semana con adictos en rehabilitación y sus familias, tanto de manera individual como en terapias grupales. Cada lunes, la psicóloga Carmen de la Torre realiza las atenciones psicológicas individualizadas. El presidente y trabajadora social llevan a cabo las entrevistas a las personas que solicitan ayuda por primera vez y realizan planes individuales de intervención en el núcleo de convivencia. Siempre se intenta que la persona adicta vaya acompañada por un familiar porque, como dice el presidente, “son el termómetro de un enfermo”. Si deciden iniciar el proceso de rehabilitación, deben firmar una hoja de confidencialidad, para que todo lo que uno vea o escuche no salga de ATARAF.
Los martes se llevan a cabo terapias grupales con el perfil de gente más joven y policonsumidores. Los jueves es el día de las terapias en grupo, donde participan las familias y adictos veteranos. Los familiares necesitan su propia terapia, ya que en muchas ocasiones llegan incluso más afectados que la propia persona adicta. Se intercambian opiniones y vivencias para que los nuevos usuarios, adictos y familiares, vean que no están solos en esa lucha. Los teléfonos de la asociación (627 534 778 / 676 648 078), están disponibles las 24 horas del día para atender cualquier necesidad que una persona pueda tener, independientemente de la hora que marque el reloj.
“La adicción no quiere que tengas amigos, sino que vivas por y para ella, desde que te levantas hasta que te acuestas”, sostiene el presidente de la asociación. Gracias a la lucha del colectivo ahora se trata la adicción como una enfermedad, aunque todavía hay gente que sigue pensando que somos unos viciosos”. “Porque esto es una enfermedad que afecta a la capacidad de toma de decisiones y nos anula como personas”, deja claro el presidente David García-Prieto.
SUSTANCIAS MÁS CONSUMIDAS CON MAYOR íNDICE DE MORTALIDAD
La asociación Taranconera trabaja con enfermos adictos, siendo el alcohol y el tabaco las sustancias más consumidas, que al ser legales, cuesta identificarlas como drogas. Junto al cannabis y la cocaína son las sustancias mas normalizadas en espacios de ocio. La mayoría son usuarios con policonsumo de tres o más sustancias. Mujer adicta y ludopatía comienza a ser cada vez mas frecuente entre los usuarios de ATARAF. El presidente David García-Prieto hace referencia a la creciente presencia de mujeres en los procesos de rehabilitación. “Aquí siempre hemos venido hombres, o casi siempre, pero ahora hay cada vez más mujeres que confían en la asociación”.
“No todos, pero sí la gran mayoría, pide ayuda a ATARAF dado que la necesidad y la ley aprietan”. Todo ello porque, a juicio del presidente de la asociación, las adicciones provocan tanto en la persona, como en la familia, problemas económicos y judiciales. Y siempre desde la empatía y la ayuda mutua, en la asociación se aconseja qué hacer en cada caso que se trata. “Ojalá pudiéramos tener la varita mágica, pero eso de momento no lo tenemos”, expone David García-Prieto.
En la actualidad hay varios perfiles: la persona más adulta con problemas de alcohol; la persona más joven, adicta al policonsumo como cocaína, porros y alcohol; la gente que viene con problemas de juego que cada vez son más, etcétera. Independientemente de cuál sea la adicción, el alcohol está presente en la mayoría de casos, dado que es “la puerta de entrada a todas las adicciones. Un bien de Patrimonio Nacional”.
“Somos un grupo de ayuda mutua que da vida, calidad y ofrecemos una serie de recursos, para ayudar a los demás, como otros nos ayudaron a nosotros”, sostiene el presidente de ATARAF, quien se marca como objetivo que nadie en la asociación sea indispensable. Las personas adictas que a lo largo de los años vayan avanzando en su proceso de rehabilitación, adquiriendo responsabilidades y convirtiéndose en referentes de los nuevos usuarios, podrán devolver de esta manera el trabajo que la asociación un día volcó en ellos.
Carmen de la Torre, psicóloga de ATARAFLa psicóloga Carmen de la Torre ofrece su ayuda en Ataraf desde hace 4 años, y habla de forma individual con cada usuario una media de 45 minutos a la semana. Ella se encarga de que la persona que está en rehabilitación encuentre la solución a sus problemas a base de escucharla y darle orientación. “No soy una psicóloga que da soluciones o identifica problemas, sino que trato que ellos los identifiquen, sepan cuáles son los riesgos a los que se enfrentan y que ya decidan”. “El principal protagonista aquí eres tú, y por eso escucho más de lo que hablo”, subraya.
“Es muy importante pedir ayuda, he vuelto a vivir”El 12 de diciembre de 2023 se cumplió un año desde que Santi Cano decidió cruzar la puerta de la Asociación ATARAF para pedir ayuda. Las sustancias que consumía eran el alcohol y cocaína, y tras llevar un tiempo metido en lo que él califica como un pozo sin fondo, decidió ir al médico. Le dirigieron a la Unidad de Conductas Adictivas que el SESCAM tiene en el área sanitaria de Cuenca, y allí descubrió que existía esta asociación de ayuda mutua y además estaba más cerca de su casa.
“Me ha ido de maravilla todo el apoyo que ofrece ATARAF”, reconoce entre sonrisas Santi Cano, quien no ha vuelto a probar ni una gota de alcohol ni ninguna sustancia estupefaciente desde que le recibieron David y Carla en la asociación. “Sabía que había que parar esto, porque no podía seguir más tiempo con la adicción, y ver aquí a más compañeros, ver cómo están tirando, vas cogiendo algo de cada uno y eso me ha dado mucha fuerza”, expone.
Y es que, desde la primera entrevista un lunes, ya esa misma semana se incorporó a las terapias de los martes y jueves. Y así consiguió las fuerzas necesarias para dejar atrás esa vida de la que quería desprenderse. Aunque el camino recorrido en los últimos doce meses no ha sido fácil, puesto que ha llegado a tener momentos en los que pensaba tirar la toalla, sobre todo un día cuando estaba en Málaga de vacaciones. “En la playa, en el hotel, en el paseo marítimo… veía consumo, y mi cabeza empezó a decir que por una cerveza no pasaba nada, pero al final pude aguantar, no probé nada de nada, y ahora ya me siento más fuerte”, expone el adicto en rehabilitación.
Durante todo este proceso ha seguido a rajatabla las pautas que le han dado en ATARAF, como salir sin dinero, nunca solo o borrar del móvil los contactos de las personas de consumo. En este proceso de mejora, también ha influido el cambio de hábitos, puesto que ha comenzado a hacer deporte y muchas actividades saludables, que compagina con su trabajo. “En ATARAF he conocido a una familia”, deja claro este taranconero, quien asegura que, “cuando consumía estaba solo, no tenia ni vida, ni familia, pero ahora me faltan horas en el día para todo lo que quiero hacer jornada tras jornada”.
Por eso, no duda en lanzar el mensaje a aquellos adictos que puedan estar leyendo estas líneas, para que pidan ayuda si se ven en la misma situación. “Salir solo hacia delante es imposible, y aunque pensaba que sí, después de 30 años consumiendo, decidí pedirla. Ahora soy una persona nueva, he vuelto a nacer, y tengo la ilusión de vivir cada segundo”.