El Camino de Santiago como vía hacia la integración social
E
liminar los prejuicios de los trastornos mentales a través de la Ruta Jacobea. Esta es la apuesta de la Asociación Nueva Luz de Tarancón, que desde el año 2015 ha organizado esta actividad para liberar a las personas con problemas de salud mental de las etiquetas impuestas por la sociedad.
La idea desde el primer momento se alejó de crear un grupo exclusivamente formado por senderistas diagnosticados con afecciones mentales. Más bien desde la entidad se impulsó un viaje abierto a todo el público para así evitar encasillar a quienes conviven con un trastorno. “Muchas de las personas que participan no saben de nuestra entidad cuando se apuntan y conocen a las personas cuando conviven con ellas”, explica Raúl Cantarero, coordinador de la iniciativa y trabajador social dentro de la asociación. Señala que generalmente la imagen en torno a las personas con problemas de salud mental está muy condicionada por factores como las noticias negativas que se publican sobre quienes los padecen o por la influencia de películas donde los trastornos están relacionados, por ejemplo, con el crimen.
Recorrer las sendas de la Ruta Jacobea ha puesto en evidencia el desconocimiento que existe acerca de las afecciones y trastornos mentales. “Estos viajes permiten dar visibilidad”. A pesar de su presencia en diferentes actos y eventos, asegura que “muchas de las personas que vienen a hacer el Camino de Santiago no saben qué recursos de salud mental hay en Tarancón”.
Es esta la razón por la que desde la asociación se combate el estigma a través de varias vías, entre ellas este proyecto que, al mismo tiempo, genera un impacto positivo en la psicología de estas personas.
“Muchos tienen vidas bastante complicadas y es difícil que hayan sentido cariño”, explica. Ser partícipes de un grupo es, para ellos, relevante. De hecho, estos perfiles presentan comúnmente una red social escasa. Hacer el Camino de Santiago sin ser un grupo exclusivamente vinculado a la salud mental les permite a los que sí conviven con estas realidades ser conocidos sin ninguna etiqueta negativa previa. Cantarero asegura que esta experiencia marca tanto a la persona que vive con un trastorno o alguna afección como a la que, en principio, no lo presenta.
Han pasado por este viaje un total de 204 beneficiarios, el gran grueso de ellos de Tarancón y de la comarca junto a algunos usuarios de Valladolid. Este año lo han recorrido 60 personas. Nunca han repetido sendero. Han realizado el Camino Sarria-Santiago, el francés, el portugués y, actualmente, el del Norte desde Irún. Juan, uno de los usuarios, describe que su experiencia ha sido “increíble”. Durante el viaje asegura que todos han sido “exactamente iguales”. Este participante pide que “en la vida real este camino sea igual. Al final, todos somos personas. Ni mucha gente está muy enferma mentalmente ni los que creen que están de maravilla lo están”. Esta es, según Cantarero, la única forma de medir el éxito de la iniciativa, es decir, a través de los mensajes y de los testimonios emocionales transmitidos por ellos mismos.
La ruta se convierte en un espacio seguro en el que los participantes se abren y cuentan sus historias.“Al final, la persona es conocida por su experiencia vital traumática y no como un enfermo de la asociación”, añade Cantarero.
Los beneficios de las prácticas deportivas para la salud mentalLa iniciativa surgió en 2014 como una propuesta para promover los hábitos de salud dentro de un programa de la Obra Social La Caixa. El primer trámite incluía un análisis con todas las evidencias que respaldaban el beneficio de la actividad física en las personas con problemas de salud mental. Asimismo, se presentó este viaje como “el premio final” dentro del programa de senderismo de la entidad en el que los usuarios hacen rutas tres veces a la semana.
El deporte es una terapia que beneficia a la salud cardiovascular entre otros aspectos físicos.
Esta actividad para las personas con afecciones y trastornos mentales supone una oportunidad para socializar, integrarse en la comunidad y conciliar mejor el sueño. “El deporte es un antidepresivo y un ansiolítico más potente que la medicación”, expresa Cantarero.
Dentro de la Asociación Nueva Luz este ocupa una parte “tan prioritaria como la psicoeducación, la rehabilitación cognitiva o cualquier otro programa que tenemos de recuperación.