Una procesión para el recuerdo. Así es como define el presidente de la Junta de Hermandades de Tarancón, Víctor Domínguez, la procesión Paz y Caridad del Jueves Santo.
Muchos hermanos y niños en el cortejo formado por siete pasos (La Flagelación del Señor, Nuestro Padre Jesús de Nazareno, la Exaltación de la Cruz, Cristo de la Agonía, Santa Maria Magdalena, San Juan Evangelista y la Virgen de la Soledad) y que estuvo solemnizado por las bandas de tambores y cornetas Jesus de Nazareno, grupo de tambores de la Exaltación de la Cruz, Jesus de Medinaceli, Maria Magdalena y San Juan Evangelista, cerrando la Agrupación Musical Nuestra Sra. de Riansares con el director Isabelo Chaves al frente.
Durante hora y casi media, partiendo de la Parroquia, la procesión iniciaba una hermosa bajada para descender por la escalinata de la Cuesta de la Iglesia hasta el paraje de El Caño (Barrio Judío) donde las sagradas imágenes fueron ovacionadas por numeroso público que siguió el recorrido. Espectacular el esfuerzo y destreza de los banceros.
Pero si espectacular resultó la bajada, no fue menos brillante la subida por la Calle el Agua para ir rodeando hasta incorporarse por Ramón y Cajal, Avenida Miguel de Cervantes, Gloria Convento por Zapatería a la Plaza de la Constitución, donde se quedaba el Paso de Nuestro Padre Jesus de Nazareno.
El resto continuaba para recogerse en la Parroquia Nuestra Sra. de la Asunción a la espera de la Imagen de la Soledad, que llegaba majestuosa bajo palio. Impresionante y emotivo el silencio que acompañó el encuentro de la Madre con el Hijo que carga la pesada Cruz.
Las voces mixtas de Coral Malena y grupo parroquiales entonaron el Miserere. Emoción en una exaltación de fe y devoción en ese hermoso encuentro tras el que el cortejo continuaba hacia la Parroquia para la recogida final del desfile Paz y Amor.
