La vendimia en Castilla-La Mancha empezará este año con unos 10 días de retraso con respecto a campañas anteriores, a consecuencia de la climatología, según cálculos de la Consejería de Agricultura, que prevé que comenzará en torno al 10 de agosto o a mediados del mes con las variedades tempranas.
El consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo, ha dicho que hoy que salvo este pequeño retraso en el inicio, el departamento prevé que sea una campaña normal, en la que habrá un ligero aumento en la producción con respecto al año pasado, aunque estará en la media de los últimos cinco años.
Martínez Arroyo ha añadido que "en Castilla-La Mancha están todas las variedades del mundo, no hay ninguna otra región vitícola que sea capaz de elaborar vino de cualquier variedad como nosotros" y esto hace que desde hace unos años la vendimia empiece muy a primeros de agosto y acabe prácticamente a mediados de octubre
Pero, probablemente este año lo que va a suceder es que se va a concentrar un poco más, empezando por las variedades más tempranas, entre el 10 de agosto y mediados de mes, ha reiterado.
El cuando a la producción, Martínez Arroyo ha comentado que el pasado fue un año "excepcionalmente difícil" en producción aunque no de rentabilidad, porque fue el precio de la uva "fue muy bueno"
Esta circunstancia "ha permitido que el sector vitivinícola hoy esté mejor que el año pasado", ha apuntado el consejero, que ha destacado "llevamos una línea ascendente muy buena, independientemente de que las cosechas sean más o menos grandes, y este año lo que esperamos es un ligero aumento con respecto al pasado y situarnos en la media de los últimos cinco años".
Es decir, será una campaña normal, "aunque como siempre se verá afectada por los días que vienen, sobre todo en el mes de agosto, que es clave para saber qué producción puede haber en Castilla-La Mancha", ha puntualizado Martínez Arroyo.
En este sentido, ha señalado que espera una producción "que nos va a permitir seguir conquistando el mercado con esa apuesta que entre todos hemos hecho por la calidad con una reducción del rendimiento medio por hectárea en Castilla-La Mancha y volviendo a apostar por las variedades que demandan los consumidores, por ejemplo en la reestructuración de viñedo".
Se trata de que los viticultores reestructuren "con las variedades que al final los consumidores eligen al comprar una botella de vino, bien en la restauración o en la distribución", ha subrayado.