La Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad del Parlamento Europeo elimina de la lista de productos tóxicos a los aceites esenciales de lavanda y lavandín. La decisión ha sido bien recibida en el sector, tal y como señala Aberlardo Carrillo, presidente de la Asociación nacional interprofesional de plantas aromáticas y medicinales.
Carrillo, ha reconocido que los procedimientos de la Unión Europea son “prolijos”, y aunque todavía quedan trámites por delante, está convencido de que a lo largo del mes de octubre concluirán ratificando la decisión del Consejo Europeo del 30 de junio y de la Comisión de Medio Ambiente del pasado día 11.
En este sentido, ha defendido que los aceites naturales de lavanda y lavandín se utilizan “desde hace 3.000 años” y no sólo no son tóxicos sino que son “saludables y aliados de la salud”.
Sin embargo, espera que esta decisión no suponga un efecto llamada que anime a más agricultores a apostar por la lavanda, ya que el cultivo está “con los precios por los suelos” y, pese a esta victoria, no está como para “echar las campanas al vuelo”, ya que uno de los peligros que se corre, según Carrillo, es el de la sobreproducción.
De cara al futuro, el presidente de ANIPAM ha reconocido que una de las batallas que tienen que librar es la de la diferenciación de los aceites naturales, para que el consumidor pueda distinguirlos de aquellos productos elaborados con químicos.