Castilla-La Mancha es la comunidad autónoma con más peso de la sanidad pública sobre la privada, según el quinto informe ‘La privatización sanitaria de las Comunidades Autónomas’, realizado por la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP) con datos de 2016 y 2017.
Así, nuestra región tiene, con un 9, el menor grado de privatización, mientras que el grado de Madrid es de 23, el de Cataluña, 22, el de Baleares 21 y el de Canarias y País Vasco de 18.
Esto se mide por una serie de variables, como el porcentaje de población cubierta por Mutualidades de Funcionarios, el gasto en seguros y privados per cápita, o el gasto sanitario de bolsillo por cápita. Por otro lado, se incluye el porcentaje de camas hospitalarias privadas sobre el total y el equipamiento de alta tecnología en hospitales privados sobre el total. Igualmente se tiene en cuenta el porcentaje del gasto sanitario que se dedica a la contratación con centros privados y también la presencia de modelos de colaboración público- privada.
Un hecho que, según ha dicho hoy en Illescas (Toledo) el presidente regional, Emiliano García-Page, es “consecuencia del trabajo de muchos años, menos de cuatro”, y que va en paralelo con “la gran apuesta del Gobierno regional por los servicios públicos esenciales”.
Según dicho informe, Castilla-La Mancha es la comunidad con menos privatización sanitaria frente a otras como Madrid, Cataluña y Baleares, que son las que tienen un mayor grado de privatización sanitaria.