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La vuelta a los orígenes

Paz López, la autora de ‘Batalla blanca’, ha regresado a su pueblo natal, Castejón, acompañada de su familia: Karoline Schneider y sus dos perras
La vuelta a los orígenes
Paz López y Karoline Scheneider en su casa de Castejón.
03/08/2020 - Dolo Cambronero

Durante el confinamiento, muchos han mirado con envidia a esos pequeños pueblos que se han ido vaciando poco a poco en los últimos años pero que en la cuarentena han tenido más ventajas en muchos aspectos que los habitantes de poblaciones más grandes.

Paz López López (Castejón, 1974) tuvo suerte porque justo había vuelto a su pueblo natal unos meses antes de que la Covid-19 trastocara nuestras vidas. No ha regresado sola; le acompañan en esta aventura su pareja, Karoline Schneider, y sus dos perritas, Pelusa y Mixta.

Como tantos jóvenes, Paz –la autora de la novela Batalla blanca- se marchó de su pueblo en la adolescencia para ir a estudiar a Cuenca aunque siempre ha seguido muy vinculada a la localidad e iba con frecuencia. Además de en la capital conquense, también ha vivido en Valdemoro (Madrid) y Valencia.

Pero ya en 2011, cuando se estaba formando como coach, empezó a visualizar la idea de volver a Castejón, que apenas llega a los 150 habitantes censados. Ese anhelo quedó aparcado hasta que un día del año pasado, fue con Karoline a pasar un fin de semana a Castejón y a esta le encantó el pueblo: “Sentarse en el jardín, ver cómo pasa la gente, estar en el campo…”, cuenta esta austriaca que lleva seis años en España.

Tras meditarlo detenidamente, al final tomaron la decisión de trasladarse desde Cuenca, donde vivían por aquel entonces, hasta Castejón. Cogieron sus bártulos y en enero de este año se instalaron en el pueblo.

Paz reconoce que pensaba que quizás la soledad se les podía empalagar pero asegura que han superado la prueba de fuego que ha supuesto el confinamiento. De hecho, considera que no lo han sufrido tanto como en otros sitios. “Hemos podido pasear con las perras. Y te das cuenta de que no necesitas tanto como creemos”, apunta.

No obstante, reconoce algunos inconvenientes: el médico solo pasa consulta dos veces por semana y la escasez de autobuses para desplazarse a otros lugares dificulta la movilidad aunque señala que ellas tienen coche y no tienen ese problema.

“Internet funciona bien aunque es verdad que en otros pueblos, no tanto. Cosas básicas no he echado en falta nada”, afirma Paz. “Bueno, los nachos sin sabor, que no los encuentro en Castejón…”, bromea.

Entre las ventajas de residir en una localidad como Castejón, destaca la tranquilidad que se respira en el pueblo y la gestión del tiempo. “Me cunde mucho más”, afirma.

INSPIRACIÓN

Y esa tranquilidad les viene perfecta a esta pareja para desarrollar su creatividad. “Ahora estoy centrada en escribir”, explica Paz, que está reforzando su blog, con la intención de incluir reseñas literarias y contenidos sobre desarrollo personal y sanación para ayudar a otras personas.

También está a la espera de que, a la vuelta del verano, se publique su última obra, Sin guantes, que recoge 24 poemas en los que, utilizando el símil del boxeo, habla de la relación que tenemos con nosotros mismos. El libro está ilustrado por la propia Karoline y Ana Panadero.

Esta será su tercera obra publicada, después de su novela Batalla blanca -que cuenta la historia de una mujer que es rechazada por su familia cuando descubren su orientación sexual y que Paz no se atrevió a presentar en sociedad hasta 19 años después de su publicación porque temía que le pasara lo mismo que a la protagonista ya que por aquel entonces no había reconocido abiertamente su homosexualidad- y del cuento infantil Álex y el lobero.

Por su parte, Karoline también relata que se siente “muy inspirada para dibujar” desde que llegó a Castejón. La joven, que también tiene formación en adiestramiento canino, ya ha publicado un cuento infantil ilustrado por ella misma, ¡Chúpate la nariz!... si quieres ser mi amiga, y está trabajando ahora en otro libro para los más pequeños inspirada esta vez en las golondrinas.

"A veces siento que muchas personas que se van a vivir a los pueblos son gente que en realidad va huyendo. Esto es una filosofía de vida y hay que disfrutarlo"

DISFRUTAR DEL PROCESO

Paz admite que quizás volvió a Castejón un poco empujada por Karoline y que ella sola probablemente no se hubiera atrevido a dar el paso por los típicos miedos. Sin embargo, ahora tiene claro que las dos están encaminadas en la misma dirección y que están disfrutando del proceso.

“A veces siento que muchas personas que se van a vivir a los pueblos son gente que en realidad va huyendo. Esto es una filosofía de vida y hay que disfrutarlo”, destaca Paz.

Para Karoline, una de las cosas que celebra de vivir en Castejón es la cercanía con el resto de vecinos, que asegura que las han acogido muy bien, lo que hace que se sienta genial en la localidad: “Es una vida muy humilde, muy sencilla. Y para las perras también es todo más fácil. La gente es muy abierta. Me gusta conocer a la gente y sentirme parte de una gran familia”.