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De vuelta a las aulas a por una segunda oportunidad

Las matriculaciones en los centros de educación de adultos aumentaron con la crisis, aunque en Cuenca aún hay más de un 50% de personas entre 25 y 65 años que no tienen el título de la ESO
Una de las clases del Centro de Educación de Adultos ‘Lucas Aguirre’ de Cuencal. Fotos: Saúl García
21/06/2018 - M.J.

Aurora García tiene 55 años y es estudiante de tercero de Educación Secundaria de Personas Adultas (ESPA) en el Centro de Educación de Personas Adultas (CEPA) Lucas Aguirre de Cuenca capital. Estaba en posesión del título de graduado escolar cuando, a principios de este año, se quedó en paro.

Aunque para ella encontrar un nuevo empleo sigue siendo una prioridad, valora como una experiencia “muy buena” su paso por este CEPA y se muestra “encantada” tanto con el profesorado como con sus compañeros, a los que intenta “transmitir” su experiencia. Ellos le corresponden ayudándole “un montón” y dándole nociones de materias “nuevas” para Aurora, como tecnología o inglés.

Tras cuarenta años sin estudiar, Aurora se enfrenta de nuevo a materias como lengua y literatura, matemáticas, historia, ciencias naturales y sociales, aunque el temario es “muy light, reducido”. “Tienes la ventaja de que te quitan la paja y solo dejan los conocimientos más importantes, los temarios son más concentrados, no tan extensos”, explica, aunque, con todo, a su edad “la cabeza ya no retiene tanto”. A pesar de que fue el desempleo el que le “empujó” a regresar al aula, admite que, desde hacía mucho tiempo, tenía este objetivo en mente, “pero las circunstancias, la casa, el trabajo no dejaban tiempo”.

A punto de finalizar el curso, asegura no arrepentirse de haber tomado esta decisión y lo recomienda “a toda la gente que tenga un poco de tiempo, porque la verdad es que te motivas mucho, sobre todo por los chicos”.

No obstante, no se muestra muy optimista de cara al futuro y cree que sus salidas laborales, con y sin la ESO, siguen siendo “nulas, porque no nos dejan demostrar lo que valemos y el Estado nos pone una barrera muy grande”.

En el otro extremo se encuentra Héctor Mora, de 18 años y compañero de clase de Aurora. Él opina que siempre “va a ser mejor tener formación que no tenerla” y que sus compañeros de más edad “tienen más mérito si cabe” que alumnos más jóvenes.

Algunos de ellos, como es su caso, dejaron a medias la Educación Secundaria en el instituto y se han “reenganchado” a esta experiencia que, en su caso, “de momento, va bastante bien”.

Entre las ventajas de estudiar con gente mayor, señala que estas personas son “más serias y se nota que, de verdad, quieren sacarse la ESO, porque lo necesitan”.

Una vez finalice cuarto de la ESPA, le gustaría hacer un ciclo de grado medio o grado superior.

Ellos son dos de los 2.891 alumnos que estudian en alguno de los cuatro CEPAS de la provincia de Cuenca, ubicados en la capital, Motilla del Palancar, San Clemente y Tarancón.

En sus aulas, según informa la Consejería de Educación se imparten las enseñanzas conducentes a la titulación de Educación Secundaria Para Personas Adultas que incluyen la ESPA, el Formación Profesional Básica en Informática y Comunicaciones y una extensa oferta modular presencial de diferentes ciclos formativos. Junto a ello, también ofrecen programas no formales de adquisición y refuerzo de competencias básicas, castellano para extranjeros, cursos preparatorios para las pruebas libres de acceso al graduado en Educación Secundaria, ciclos formativos de grado medio y Universidad para mayores de 25 años, así como idiomas, ofimática e internet.

En cuanto al perfil del alumnado, en las enseñanzas formales, suelen ser jóvenes de hasta 35 años, incluyendo algunos alumnos de 16 y 17 años que cuentan con experiencia laboral, mientras que en lo relativo a las enseñanzas no formales, la edad suele ser “más variopinta”, aunque la media suele ser superior a los 30 años y hasta los 100.

El perfil de alumnos en las enseñanzas formales es el de jóvenes de hasta 35 años, mientras que en las no formales la edad es más variopinta, desde los 30 a los 100

Un total de 1.269 de estos alumnos cursan sus estudios en el CEPA Lucas Aguirre de la capital, inaugurado en 2003 en su actual ubicación y cuyo director y orientador educativo, Francisco Javier Rodríguez Laguia, quien afirma que las “niñas vip”, a las que más mima, son las alumnas de más de ochenta años que asisten a clase para aprender a leer y escribir.

“Son pocas y eso significa que estamos en una fase de desarrollo educativo y podemos afirmar que el alto porcentaje de analfabetismo de posguerra y mediados del siglo XX es hoy casi inexistente, pero existe”, reseña, al tiempo que destaca que, a ese alumnado que acude presencialmente al Lucas Aguirre, se le unen alrededor de una veintena de internos del centro penitenciario que asisten al aula adscrita.

Rodríguez Laguía asegura que en este centro se oferta un tipo de educación “abierta a la sociedad en general” y en su catálogo de titulaciones se tiene “muy en cuenta” la posibilidad de “completar” la formación que ofrecen los institutos de secundaria de la capital sin olvidar que en los centros de adultos “la finalidad no es la obtención de una titulación sino cualificaciones profesionales que les habilita para el desempeño de un trabajo”.

Antes de la crisis económica, este CEPA llegó a contar con 3.000 alumnos matriculados, cifra que ha descendido porque, a su entender, aunque la sociedad “sabe lo importante que es la formación para abrirse camino en el mundo laboral, hay prioridades y, si hay necesidades, se prioriza antes el trabajo”, aunque, mayoritariamente, los alumnos del Lucas Aguirre que concluyen la ESPA se decantan por hacer un grado medio.

Entre los retos que se fija resalta el mantener el número de matriculaciones e incluso aumentarlo así como tratar de que la oferta, sobre todo en lo que se refiere a enseñanza modular, “sea atractiva y adaptada a las necesidades del mercado laboral y del tejido empresarial de la zona”. También que los alumnos perciban el centro “como algo suyo, que se identifiquen con él” y para ello, desde su llegada al equipo directivo no faltan las semanas culturales, se edita una revista y se ha creado la asociación cultural Eslabón, que ha permitido “potenciar la actividad física, la vida saludable y la alimentación sana” de los alumnos más allá de las aulas con propuestas como rutas en bici que les han llevado a conocer las pedanías de Cuenca y el resto de la provincia a hacer el centro “suyo”.

Sin olvidar jamás, como reza el lema del Lucas Aguirre, que ‘El éxito es la suma de pequeños esfuerzos repetidos día tras día’, su director trabaja incansablemente para “potenciar una seña de identidad del centro” y para “abrirlo más a la sociedad”, por lo que, con la colaboración de Miguel Romero, impulsará encuentros con intelectuales, talleres de historia o un club de lectura, entre otras propuestas ya de cara al curso que viene.

De vuelta a las aulas a por una segunda oportunidad
Hacia una educación “más profesionalizante”

Entre los retos que la Consejería de Educación se ha marcado en relación con la educación de personas adultas, la directora provincial de Educación, María Ángeles Martínez, subraya la conversión de los CEPAS en recursos “integradores, para que una persona que quiera continuar estudios tenga la opción de estudiar, pero para que una persona sin estudios también pueda retomarlos desde donde los dejó o conseguir una titulación superior”.

Martínez destaca también como “algo positivo” de estos centros el que las enseñanzas no formales como informática e idiomas “dinamizan mucho la vida en el centro, además de facilitar la socialización en el mismo y en la población de la comarca”. “Mitiga la brecha generacional en relación al acceso a las tecnologías de la información y comunicación y potencia las capacidades de personas interesadas en adquirir conocimientos y destrezas en idiomas”, añade.

Este tipo de enseñanzas se encamina hacia una educación “más profesionalizante” y, en este sentido, las personas que demandan cursos de especialización pueden realizarlos a través del Aula Mentor de los CEPAS, pero también de forma presencial merced a las ofertas modulares de ciclos formativos. La cualificación profesional que pueden obtener en un centro de adultos puede ser reconocida por la Consejería de Empleo como un Certificado de Profesionalidad si el alumno cuenta con experiencia laboral en un sector determinado.

Tras aseverar que, en la actualidad, los conocimientos más demandados están relacionados con herramientas de comunicación audiovisual, informática e incluso de industrias alimentarias, Martínez afirma que los CEPAS han contribuido, “sin duda, a evitar el abandono escolar” y, gracias a los Planes de Garantía Juvenil que promueve la Consejería de Educación, Cultura y Deportes de Castilla-La Mancha, “mejorarán las oportunidades de empleabilidad de los alumnos que se acerquen a cursar sus enseñanzas”.

matriculaciones

En cuanto a la evolución de las matriculaciones, coincidiendo con el inicio de la crisis se registró un “aumento significativo” de matrículas en enseñanzas de educación de personas adultas, sobre todo de personas de 30 a 40 años cuyo “objetivo principal”, según Martínez, era el de conseguir el título de la ESO. Sin embargo, en la actualidad se ha notado un “ligero descenso” en el número de personas que estudian o retoman sus estudios en un CEPA.

Otro de los “caballos de batalla” de la administración es reducir el porcentaje de plazas que quedan libres en estos centros y que en el curso 2015/2016 se situó en el 31,18% en el caso del Lucas Aguirre, y en el 56’37% en el caso del CEPA Altomira de Tarancón así como luchar contra el abandono escolar que también se da en este tipo de centros educativos, donde el porcentaje de alumnos que finaliza el itinerario educativo marcado suele ser muy bajo,

A este respecto, a su juicio resulta “muy importante” la coordinación con los ayuntamientos, oficinas de empleo, Extranjería y Servicios Sociales, así como con los institutos de Educación Secundaria, ya que, espeta la responsable provincial de Educación, en Cuenca aún hay más de un 50% de personas entre 25 y 65 años que no tienen el título de la ESO, una cifra que va “en descenso, pero resulta imprescindible avanzar en este camino”, admite.

Novedades

Según informa la directora provincial de Educación, entre las novedades que la Junta incorporará en estas enseñanzas de cara al año que viene destaca la oferta del secundo curso de Formación Profesional Básica para alumnos mayores de 18 años, además de varios programas de Garantía Juvenil relacionados con Informática y Comunicaciones, Atención a Personas en Situación de Dependencia y de Auxiliar Técnico Educativo.