La artista costarricense Rosella Matamoros ha inaugurado en el Museo La Neomudéjar de Madrid la exposición ‘Territorios Mestizos’, una reflexión y diálogo entre mujeres originarias de Costa Rica y las voces rotundas de las de Cañada del Hoyo, y que se podrá visitar hasta el 16 de enero.
La artista fue la ganadora de la primera edición de las becas Kárstica, surgidas entre la red ArthouseSpain y el Centro Cultural de España en Costa Rica, dirigido por Ricardo Ramón. Su proyecto de diálogo con las mujeres de Cañada del Hoyo fue seleccionado entre más de 56 propuestas.
El Museo La Neomudéjar quería vincular arte y reflexión sobre el entorno rural y sus pobladoras, con una perspectiva feminista que ahondara y facilitara la voz a las mujeres.
La exposición incluye obras de la artista de formato lienzo y una instalación en torno a un generador eléctrico realizada en diversos talleres con las mujeres mayores de Cañada del Hoyo, con sus nombres impresos, “una contundente memoria de resistencia y rotura del silencio acomodado en las sociedades actuales”.
“Han sido profundamente generosas, se han abierto y hemos compartido reflexiones, memorias, risas y alguna que otra lágrima”, explica Rossella Matamoros. “Poner la atención sobre lo que estas mujeres nos pueden enseñar, su legado, la memoria y sus experiencias, ha sido como un acto catártico”, añade la artista. “Esta experiencia nos ha aportado una mayor unidad entre las mujeres del pueblo, nos ha puesto en el lugar de los cuidados, de escucharnos y estar atentas a las necesidades de las otras”, indicaba por su parte en la inauguración de la muestra una de las participantes en la iniciativa de la localidad conquense.
La obra de Rossella Matamoros ha generado un diálogo con otras obras traídas desde Costa Rica que “hablan también de otras resistencias, de otras mujeres (las indígenas) y de sus resiliencias”. “Las caderas que soportan el peso de la historia, un postulado a favor de las mujeres, de su lucha y resistencia en el cotidiano, de su lugar en el mundo y de las enseñanzas que podemos desde las sociedades urbanitas aprender de nuestros mayores. No hay diferencias entre unas y otras, todas somos mujeres y todas hemos pasado por experiencias vitales muy parecidas. Pensar que el otro es también tu vecino pese a la distacia de un océano, hace que caminemos, que generemos los caminos de las mujeres, y demos importancia a lo que realmente importa”, subraya.
Fruto de estas becas generadas en cooperación con el Centro Cultural de España en Costa Rica, el artista Juan José Alfaro presentó también la conclusión de su residencia en Kárstica, con una ponencia sobre los mapas sonoros desarrollados en el contexto geográfico de la Serranía de Cuenca y las vinculaciones entre sonido, arte y naturaleza en las proximidades de Cañada del Hoyo. Ambos artistas han valorado el territorio como un “espacio ideal para la inspiración y la creatividad”.
El Museo La Neomudéjar lleva desarrollando el proyecto de Kárstica Espacio de Creación desde hace ya tres años y medio y espera consolidar el territorio con otras instituciones internacionales para atraer artistas de otros países a dialogar con la población, el territorio y la geomorfología de la Serranía de Cuenca como un agente dinamizador de la zona.
