La despoblación del mundo rural es una de las realidades que más preocupan a los municipios de la provincia de Cuenca que en los últimos años han registrado pérdidas de habitantes significativas. Ahora bien, la proyección y proyectos de algunas de estas localidades esta revirtiendo este problema.
Este es el caso de Gascueña, dentro del corazón de La Alcarria conquense, donde ofrecen viviendas de alquiler por 100 euros para atraer nuevos habitantes y fijar población. En total el Ayuntamiento cuenta con nueve casas reformadas de las que cinco ya están ocupadas, una permanece libre y tres están pendientes de finalizar las obras de adaptación y remodelación, puesto que antiguamente constituían el cuartel de la Guardia Civil.
Estas nueve edificaciones cuentan con cocina, cuarto de baño, salón y tres dormitorios y para alquilarlas se da prioridad a familias con hijos para “poder mantener el colegio”, asegura María del Rosal Martínez, alcaldesa de Gascueña.
En este sentido, en la actualidad el Colegio Rural Agrupado (CRA) ubicado en el municipio cuenta con 12 niños, aunque otros nueve cursan la E.S.O. en el Insituto ‘Diego Jesús Jiménez’ en la localidad vecina de Priego.
Sin duda, estas nuevas familias son el futuro de la localida y gracias a ellos el censo de habitantes ha crecido hasta situarse a día de hoy en 160 personas. Además, “ahora mismo vivimos más gente de mediana edad que mayores porque no solo estas familias se quedan sino también agricultores y ganaderos han optado por permanecer en el pueblo”, destaca Martínez.
Por su parte, la alcaldesa está convencida de los gandes beneficios de vivir en el pueblo porque “tenemos gran calidad de vida, estamos bien comunicados al estar cerca de Cuenca capital, Madrid y Guadalajara y además, en los pueblos nos ayudamos unos a otros, aquí nadie se siente solo”.
Otra de las características que, sin duda, atraen a nuevos pobladores es la existencia de un centro de salud, farmacia y el mencionado colegio. Por ello, ante la buena acogida de la propuesta de viviendas de alquiler esperan atraer más población y han puesto en marcha un nuevo proyecto.
Desde el Ayuntamiento han puesto en marcha un espacio productivo que llevará el nombre de ‘Gascueña colabora’ ubicado en la parte baja del antiguo Cuartel de la Guardia Civil que pretende ofrecer un emplazamiento para desarrollar acciones de coworking. “Será un espacio diáfano y funcional que podrá adaptarse a las necesidades de las empresas interesadas”, asegura.
Además ofrecerán acceso a la red de telefonía, banda ancha y servicios de impresión. Algo que será una realidad a lo largo de este año gracias a los 114.000 euros aportados por la Diputación Pronvincial de Cuenca, 67.000 de parte del Centro de Desarrollo Rural de La Alcarria y 35.000 euros del Ayuntamiento. Una nueva oportunidad para revitalizar la provincia de Cuenca y demostrar que la “España vaciada” no lo está.
VUELTA AL PUEBLO
Familia Martínez de Almagro.
Virginia llegó a junto a su hija hace ya nueve años. Perdió su empleo en Getafe y sus padres vivían en el pueblo. Con el propósito de mantener abierta la tienda de alimentación que regenta su familia se lanzó a cambiar de vida. “Un punto importante que me hizo dar el paso a venir al pueblo fue que había colegio”, explica.
Por su parte, animaría a todo el mundo a vivir en este pequeño municipio de La Alcarria, eso si, “para vivir aquí te tiene gustar, la gente debe comprender que esto no es la ciudad”, comenta. Sin embargo, la calidad de vida y la tranquilidad es incomparable. En cuanto a la puesta en marcha del nuevo espacio coworking estima que será una buena propuesta para “atraer trabajo y empresarios a la zona”.
Familia Torrijos de la Fuente
La de esta familia es una historia muy común en España tras la crisis de 2008. Vivían en Alcalá de Henares, ambos perdieron su trabajo y al no poder hacer frente a los gastos de alquiler decidieron empezar de nuevo en el pueblo, “en casa de mi madre”, explica el padre, Ángel Torrijos.
Durante el verano montan un pequeño bar para dar cobertura a los turistas y vecinos. Su mujer, en cambio se formó como sociosanitaria y se encarga de cuidar y acompañar a las personas mayores del pueblo y de la limpieza del colegio.
“Para vivir aquí hay que ser emprendedor y tener imaginación, no falta el trabajo”, asegura Ángel. Por ello, esta familia anima a todos aquellos que estén pensando en cambiar de vida porque “aquí se está my bien”.
