La lluvia ha hecho presencia este año en las fiestas de El Vítor, en Horcajo de Santiago, aunque no ha impedido a vecinos y visitantes vivir con fervor e intensidad esta celebración en honor a la Virgen de la Inmaculada que tiene como protagonista a su estandarte.
Declarada de Interés Turístico Regional y considerada la procesión más larga de la cristiandad, el estandarte ha vuelto a recorrer durante toda la noche esta localidad conquense que se vuelca con la festividad. Y es que es, sin duda, uno de los momentos más esperados del año para los horcajeños y horcajeñas.
Tras el canto a la Salve a las ocho de la tarde, salía de la sacristía el estandarte de la Inmaculada Concepción, donado este año por Maica Montalvo tras cinco años de espera. Diseñado por ella misma, y bordado en oro, su precio ronda los 5.000 euros.
Sobrecoge ver cómo cuando aparece, las manos se alzan hacia él al grito de "¡vítor, vítor, vítor!", "¡Vítor a la Inmaculada Concepción de María Santístima, concebida sin mancha de pecado!".
El encargado de portar el estandarte este año ha sido Luis Alberto Manzanares, al que apuntaron con tan solo 8 años y 38 años después ha podido cumplir este sueño. De hecho, su hijo también está en la lista de espera desde el momento de su nacimiento.
Andrés Gabriel Martínez y Antonio García Martínez son este año los caballeros devotos encargados de portar las borlas, igualmente tras más de tres décadas de espera ambos.
Este año además por primera vez en la historia una mujer ha portado el estandarte desde la Sacristía, un honor que ha recaído en Eusebia Garrido Arquero, que llevaba esperando desde 2007.
El presidente de la Diputación, Álvaro Martínez Chana, ha querido acompañar a los vecinos y vecinas de Horcajo de Santiago en la celebración de las fiestas en la que ha calificado como una noche "llena de emociones".
También el presidente del PP de Castilla-La Mancha, Paco Núñez, ha participado un año más en estas fiestas junto a la alcaldesa de la localidad y también diputada regional, María Roldán.
La fiesta finaliza el 9 de diciembre, Día de la Virgencilla, con una Eucaristía ofrecida por el eterno descanso en honor a los fieles difuntos.