La Virgen de Consolación ha regresado hoy a su santuario, donde permanecerá hasta que en el penúltimo domingo de agosto emprenda el camino de vuelta a Iniesta para presidir las fiestas patronales.
A hombros de sus romeros, la patrona de Iniesta ha recorrido los 17 kilómetros que separan el municipio del Sitio de Consolación, donde miles de personas aguardaban la llegada de la querida Madre de la comarca.
Y es que no es solo Iniesta, sino los pueblos de los alredores los que profesan una gran devoción a la Virgen de Consolación. Vecinos de Quintanar del Rey, El Herrumblar, Minglanilla, Villalpardo o Ledaña, acuden fieles a la cita de esta tradición de siglos.
Una cita a la que también ha asistido el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, junto al vicepresidente primero, José Luis Martínez Guijarro, que han acompañado a la corporación municipal de Iniesta, José Luis Merino, además del delegado de la Junta en Cuenca, Ángel Tomás Godoy; el presidente de la Diputación Benjamín Prieto; el diputado nacional, Luis Carlos Sahuquillo, y numerosos alcaldes de toda la comarca.
Las romería partía a las 6 de la mañana de la iglesia parroquial de Iniesta y llegaba al Sitio de Consolación poco después de las 9,30 horas, Rezos, peticiones y promesas han vuelto a acompañar a los romeros en este camino de fe que viene realizándose con el mismo recorrido desde hace cinco siglos.
A la mitad del recorrrido, en el cruce de Villarta se repartía el tradicional chocolate con magdalenas en el Humilladero, única parada en el traslado de María de Consolación a su ermita. A su llegada, se celebraba una misa dedicada a los romeros. Después, a las 12.30, tenía lugar una misa cantada por el Orfeón Iniestense, que daba paso a la procesión en honor a la Señora de Consolación.
Declarada Fiesta de Interés Turístico Regional desde 2008, tras la misa y la procesión es tradición pasar un día de campo en el Sitio de Consolación, un paraje de gran belleza. Además, aunque al principio las previsiones meteorológicas apuntaban a que la lluvia podría hacer acto de presencia, finalmente el tiempo ha acompañado.
Se trata una de las fiestas más arraigadas de esta comarca y sus orígenes se remontan al siglo XVI. Desde entonces, esta tradición se ha ido manteniendo año tras año.