Naturaleza y observación. Estos dos elementos son la esencia del ecoturismo, una vía perfecta para conocer en profundidad al medio natural más próximo.
Este tipo de actividad abre los ojos al turista a la auténtica naturaleza. A través de visitas guiadas, rutas interpretativas y otras ofertas, el visitante conoce a cada una de las piezas que componen a un enclave natural, es decir, su geología, flora, fauna, paisaje, botánica, etnografía hasta los usos tradicionales de sus plantas. El entorno natural de Cuenca encierra una serie de tesoros por descubrir. Se postra ante el espectador curioso como un lugar ideal para disfrutar “de experiencias espectaculares”, tal y como señala Sergio Abarca, CEO-Administrador de Savia Ecoturismo. Esta empresa persigue desvelar “todos los encantos con los que cuenta la provincia de Cuenca”, agrega.
Este objetivo, en cierta forma, lo comparte con Jaime Rodríguez, CEO de Ecoturismo Cuenca, que pretende “suscitar la curiosidad” de las personas y que el visitante “se lleve un pedacito” de la zona que observa en una de sus actividades. La clave está en hacerle ver que existen detalles “muy interesantes” en la naturaleza conquense y, con ello, realzar el valor de ese entorno. El ecoturismo es un sector en la provincia con un futuro prometedor. Vive en el presente un momento de bonanza. “La perspectiva de futuro es buena”, comenta Abarca. Señala que este tipo de oferta turística en el territorio está “en evolución” y que “tiene un potencial enorme por los diferentes recursos con los que contamos”.
“El ecoturismo tiene un valor “muy alto” de cara a la concienciación para la conservación del medio naturalLo corrobora Rodríguez, que afirma que en la naturaleza conquense hay muchos elementos “susceptibles de ser visitados” y que a nivel socioeconómico “el turismo de naturaleza tendría más potencial que el cultural”. Este periodo de buenas previsiones para el ecoturismo lo achacan al deseo de realizar más actividades a cielo abierto tras la pandemia. “Se ha notado que ha aumentado bastante con respecto al periodo pre-COVID”, apunta Rodríguez. “La gente busca aire libre, fresco y limpio”, concluye. Abarca cree que el crecimiento que experimenta el ecoturismo en Cuenca se debe a esa necesidad de tranquilidad y paz, así como de reconectar con el territorio. “El turismo natural y rural han sido de los más demandados. Aquí en la provincia sí que lo hemos notado”, apunta.
Una ruta interpretativa o una visita guiada esconde un gran valor medioambiental. El ecoturismo tiene la capacidad de cambiar la mirada de quien observa la naturaleza. Rodríguez considera que estos programas turísticos tienen un valor “muy alto” de cara a la concienciación de los ciudadanos para la conservación del medio natural y “para valorar la importancia que tiene la conservación de los recursos naturales”, apunta.
“El turismo de naturaleza tendría más potencial que el cultural”Estas acciones incluso son más relevantes de lo que son en principio al ser para el turista “prácticamente el único contacto que tiene con la naturaleza en mucho tiempo”. Savia Ecoturismo explica cómo ponen en práctica esta educación respetuosa con el entorno con actividades enfocadas en la sensibilización como, por ejemplo, recogidas de basura en el medio natural o jornadas para conocer la importancia de los insectos polinizadores.
ACTIVIDADES
Los números hablan por sí solos. Las dos empresas han reunido en lo que va de año alrededor de medio millar de turistas. Savia Ecoturismo calcula en torno a los 500, un cómputo que incluye a visitantes particulares, asociaciones o contrataciones con entidades públicas. Su programa de siete rutas One Earth ha abarcado un total de 223 clientes. Jaime Rodríguez registra en Ecoturismo Cuenca, una de las tres líneas de negocio de la firma Stipa & Azeral, a 654 visitantes en los últimos meses, con las cifras más altas en mayo con 242 personas y en febrero con 159 participantes. La primavera y el otoño son las épocas fuertes del ecoturismo, según Rodríguez y Abarca.
Savia Ecoturismo trabaja sobre todo en la Serranía de Cuenca. “Hay un eje central que son las visitas guiadas y el senderismo interpretativo en los entornos naturales”, especifica Abarca. Más allá de su programación habitual, diseñan actividades adaptadas al perfil del visitante y a las condiciones meteorológicas. Hay actividades más propias de una época estacional, como el caso de la micología en otoño y primavera o rutas relacionadas con las plantas aromáticas y medicinales ligadas al periodo estival. Otro de los platos fuertes es el micoturismo y el trufiturismo. Su proyecto más reciente ha sido One Earth, siete experiencias en las hoces de los ríos Júcar y Huécar promovidas por el Ayuntamiento de Cuenca dentro del ámbito de la Capitalidad Española de la Gastronomía.
Ecoturismo Cuenca se dedica a hacer visitas en espacios más conocidos, como, por ejemplo, la Ciudad Encantada, así como “rutas para perderse” en las que se recorren espacios “muy singulares”. Rodríguez traslada que la intención es “alejar al visitante de los espacios donde va a encontrar más gente”. La otra parte de su programación está centrada en eventos que solo se dan en determinadas épocas del año como la berrea en septiembre y octubre. La empresa también ofrece actividades temáticas como, por ejemplo, su `Viaje a la Cultura Rural de Valdemeca´, una visita guiada por su paisaje y por el museo etnográfico para conocer “cómo era el medio rural conquense hasta hace apenas nada”, explica Rodríguez.
Así, paso a paso, se construye un turismo enfocado en el corazón verde de Cuenca.
Rutas interpretativas y visitas guiadas sosteniblesA estos dos conceptos indispensables, observación y naturaleza, se agrega otro ingrediente más: la sostenibilidad. Existen formas de explorar la naturaleza sin descuidar al medio ambiente. Las empresas ecoturísticas de Jaime Rodríguez y Sergio Abarca persiguen como objetivo esta premisa. Ecoturismo Cuenca trata de fomentar viajes responsables y con ello contribuir a la conservación de los espacios naturales que se visitan. Es esta la razón por la que incluso colaboran en iniciativas para proteger la naturaleza. Este negocio cuenta con un vehículo de 9 plazas para reducir la huella de carbono en los desplazamientos. La empresa Savia Ecoturismo también impulsa medidas similares. Sergio Abarca cuenta cómo tratan de reducir el uso de turismos para los traslados y cómo evitan introducirlos en los entornos naturales o en las pistas forestales. Las visitas se llevan a cabo en grupos reducidos para minimizar el impacto que ello pueda generar en el medio natural. A su vez organizan actividades de concienciación y sensibilización, así como actividades de educación ambiental.