José Antonio Picazo, hermano de Andrea Picazo, la mujer asesinada en noviembre de 2013 por su marido, A.S.S., en Villanueva de la Jara, no puede dar crédito a lo acontecido. Y es que esta semana tenía conocimiento de que el que fuera su cuñado, condenado a 12 años y seis meses de prisión por matar a su mujer, va a disfrutar de un permiso penitenciario de cinco días, del 19 al 23 de diciembre, cuando acaban de cumplirse siete años del terrible asesinato y cuatro y medio desde la celebración del juicio con jurado.
Una noticia que ha caído como un jarro de agua fría y que no ha dudado en calificar de “mala, inesperada e inaceptable”, porque, según asegura, “es vergonzoso que el asesino de mi hermana vaya a poder salir unos días de la cárcel cuando solo han pasado siete años desde que quitara la vida a Andrea”. Para él, es “algo impensable que un asesino confeso pida un permiso y por buen comportamiento se lo concedan. No hay palabras para describir esto y lo que siento”.
ESCRITO DE ALEGACIONES
Por eso José Antonio dice que no se puede quedar de brazos cruzados ante lo que considera una “injusticia” y asegura de manera tajante que “mi sentido común me dice que tengo que seguir luchando para retrasar al máximo este tipo de permisos y privilegios hacia estos individuos, por llamarles de alguna manera”.
De ahí que este mismo jueves tuviera previsto remitir a la Audiencia Provincial de Cuenca un escrito de alegaciones contra la concesión del mencionado permiso penitenciario para el “autor confeso” de la muerte de su hermana.
En dicho documento, José Antonio Picazo, en nombre de su madre y sus sobrinos, muestra su rechazo a esta concesión y alega, entre otras cuestiones, que no se haya comunicado a las víctimas la tramitación de este permiso con suficiente antelación, que el condenado no haya cumplido con su obligación de sufragar las costas procesales y, sobre todo, que el lugar al que tiene previsto ir para disfrutar de este permiso sea Casasimarro, apenas a 10 kilómetros de Villanueva de la Jara, localidad donde cometió el terrible asesinato y donde, por cierto, tiene prohibido ir por sentencia por un tiempo de 10 años superior a la pena de prisión impuesta.
Y por si esto fuera poco, tal y como puntualiza José Antonio, en Casasimarro viven sus suegros, por lo que va muy a menudo con su familia a esta localidad y no cree que sea de recibo que exista la posibilidad de cruzarse con quien mató a su hermana. “Eso no se puede permitir”, señala. Además, se pregunta que “¿quién te asegura que ese asesino no va a ir a Villanueva de la Jara aprovechando este permiso penitenciario?”. Es por ello que piensa que la mejor forma de evitar este tipo de riesgos es no concediéndole este permiso.
Pero no se queda solamente ahí, puesto que, al igual que en este caso, es de la opinión de que a nivel general no se deberían conceder beneficios penitenciarios a los asesinos confesos y garantizar el cumplimiento íntegro de las condenas. De ahí que abogue por una revisión de la normativa con el fin de que no se puedan dar situaciones como ésta; "algo tan injusto y doloroso para los afectados”, concluye.
