Valverde de Júcar inicia la cuenta atrás para celebrar su fiesta por excelencia, las fiesta de Moros y Cristianos en honor al Santo Niño, que desde este 5 de enero, día de vísperas, hasta el 10 de enero llenarán de pólvora y fervor las calles del municipio.
Declaradas de Interés Turístico Regional, las fiestas de Moros y Cristianos de Valverde de Júcar rememoran la toma del Reino Nazarí de Granada, un capítulo que mantiene intactos los usos y costumbres con los que se ha venido celebrando desde hace cinco siglos con el máximo rigor histórico. Este año el día grande, 8 de enero, es martes, una circunstancia que llevará a que la fiesta sea “más tranquila” que otros años. Aún así, el alcalde, Álvaro Cárcamo, destaca que la afluencia será muy numerosa. “Siempre lo es, y aunque al ser un día laboral siempre se nota, son muchos los que cuadran fechas para poder asistir”, apostilla el primer edil, que aprovecha la ocasión para hacer una invitación a toda la provincia.
Desde luego, la espectacularidad de la fiesta bien merece la pena una visita. La sonoridad de tambores y timbales de guerra, el estruendo de la trabuquería, el olor a pólvora, el colorido y vistosidad de los desfiles de las Compañías, el correr de la soldadesca por las calles y la espectacular batalla dialéctica de Dichos, única en su género, con la que se enfrentan los Generales en tres encuentros antes de llegar a las armas, no dejará indiferente a nadie.
Uno de los momentos más emotivos llega en el tercer encuentro, cuando tras caer vencido el general Moro, este año encarnado por primer a vez por Javier Poyatos, se reconvierte al Cristianismo y ambos generales se funden en un abrazo ante la atenta mirada del Santo Niño.
Las particularidades de estas fiestas que cada año reúnen a miles de personas ha llevado a dar un paso más y solicitar la declaración de Interés Turístico Nacional. De momento el expediente sigue a la espera de completar el número de impactos en la prensa nacional (lleva una docena) para poder ultimar su presentación.
Tras las Jornadas Antopológicas que tenían lugar el viernes, las fiestas arrancan a las 16 horas de este sábado con la recogida de oficiales. Vísperas y Refresco del Cura. No faltarán las Descargas con ruedas de salvas y correr de banderas y el tradicional "puñao" en la casa de los generales de las Compañías que dan paso a los días más grandes de Valverde, en los que el fervor al Santo Niño y la polvora inundarán las calles del municipio.
PÓLVORA
Desde el pasado año los festejos con armas de avancarga están contemplados en la nueva legislación sobre uso de armas y explosivos. La adaptación de la normativa ha sido fácil puesto que según señala el alcalde de la localidad Álvaro Cárcamo, ya hacía tres años que en Valverde de Júcar ya se venían adaptando a los requisitos a la nueva normativa de acopio y depósito.
El problema sigue siendo el reparto. Y es que Cárcamo señala que la ley es muy restrictiva al respecto de cómo y cuándo puede hacerse. Según la normativa el acopio y depósito de pólvora no puede exceder más de 72 horas, y esta es una circunstancia que complica las cosas cuando se trata de días festivos en los que los polvorines no abren.
Por ello, y ante el sobrecoste que suponen seguros y transporte al realizar más viajes, desde hace años en Valverde se baraja la idea de construir su propio polvorín, el problema es el alto coste que conllevaría su mantenimiento. Con todo la iniciativa no se descarta, eso sí, siempre y cuando hubiera una empresa que lo explotara y llegadas estas fechas Valverde lo pudiera usar. Pero de momento, salvado un año más el reparto de polvora, la atención se centra en la celebración de las fiestas que comienzan este sábado, 5 de enero, a usos y costumbres como viene haciéndose desde hace cinco siglos.