Una nueva oleada de robos ha sacudido el municipio conquense de Las Valeras estas Navidades. Concretamente, la madrugada del 28 al 29 de diciembre los amigos de lo ajeno entraron en tres empresas locales y en una cuarta lo intentaron pero sin éxito.
Por este motivo, el Consistorio ha decidido instalar entre 15 y 20 cámaras de seguridad que controlen las entradas al municipio, así como la zona industrial donde se ubican gran parte de las empresas locales. “Ya nos hemos puesto en contacto con varias compañías que instalan sistemas de videovigilancia para tener diferentes presupuestos”, señala el alcalde, Daniel Pérez Osma a Las Noticias de Cuenca.
Además, este miércoles tienen previsto solicitar una reunión con la subdelegada del Gobierno en Cuenca, Mari Luz Fernández, porque “los efectivos de Guardia Civil que tenemos son insuficientes y necesitamos más”, asegura Pérez Osma. Y es que, Las Valeras cuenta con un cuartel de Guardia Civil pero los agentes patrullan también en municipios cercanos como Almodóvar del Pinar o Campillo de Altobuey por lo que ante alertas urgentes pueden demorarse en llegar al lugar del suceso.
En este sentido, cabe señalar que no es la primera vez que suceden hechos de este tipo en el municipio pues en los días cercanos a Filomena y hace 4 años se produjeron robos que seguían el mismo modus operandi. “Hay preocupación en el pueblo y tenemos que poner remedio de alguna manera”, recalca el primer edil.
AFECTADO
Uno de los afectados del pasado diciembre es José Antonio Marco Pérez, el propietario de una carpintería al que le han sustraído toda la herramienta de su negocio, así como dos vehículos que finalmente ha podido recuperar ya que un agricultor los encontró a unos dos kilómetros del pueblo. “La herramienta calculamos que puede estar valorada entre 15.000 y 18.000 euros, ahora estamos a la espera de la llegada del perito para ver que nos va a poder cubrir el seguro”, cuenta.
En este caso, José Antonio abandonó las instalaciones de su empresa el día 28 sobre las 20:00 horas de la tarde y a la mañana siguiente fue uno de sus empleados quien encontró el bombín de la puerta forzado y dio la voz de alarma. Poco después el propietario llamó a la Guardia Civil pero “volvían de Enguídanos y tardaron en llegar. Los guardias demás hacen, trabajan mucho pero necesitamos más efectivos en el pueblo para sentirnos seguros”, apunta.
“Cuando entran a tu casa o a tu empresa la sensación no se puede describir, yo sentí miedo e inseguridad al día siguiente”, recuerda. Esto le ha empujado a instalar un sistema de alarma y cámaras en su negocio “por si vuelve a suceder algo parecido” al tiempo que le parece “fenomenal” que el Ayuntamiento quiera instalarlas también en diferentes calles de la localidad.