La actividad va regresando paulatinamente a los distintos sectores económicos según se va a avanzando en la desescalada y se van relajando las medidas de confinamiento por la pandemia de la COVID-19. Eso sí, no en todos los sectores por igual. Y es que el el turismo activo sigue aletargado en nuestra provincia a pesar de estar autorizadas las actividades de este tipo para grupos de hasta 10 personas desde el pasado 11 de mayo, con la entrada de la Fase 1 de la desescalada, y para grupos de 20 desde este lunes, con el inicio de la Fase 2.
El motivo no es otro que el mantenimiento de la prohibición de los desplazamientos de personas entre provincias. Así, lo asegura, al menos, Martín Brau, presidente de la Asociación Profesional de Turismo Activo de Cuenca (APTAC), quien afirma que “en la actualidad no hay actividad alguna en las empresas de turismo activo de Cuenca, entre otras razones, porque “la práctica totalidad de sus clientes vienen de fuera de la provincia, en especial de Madrid y la Comunidad Valenciana”.
Imposibilidad de movimiento de la población que, a su juicio, hace imposible la reactivación del turismo de multiaventura, no quedando otra opción que esperar a que la provincia llegue a la Fase 3 de la desescalada. Tal es la situación actual que, según Brau, prácticamente no hay reservas y el único movimiento que se ha registrado en estos más de setenta días de cuarentena se produjo al principio de la declaración del Estado de Alarma con la cancelación de las reservas existentes en ese momento.
Una situación complicada y difícil que el presidente de APTAC espera que comience a cambiar con la llegada del mes de junio cuando confía en que “se comiencen a hacer reservas, seguramente, para el mes de julio, según el país vaya avanzando hacia la Fase 3”.
Brau confía en la buena respuesta del público, una vez se permitan los desplazamientos interprovinciales, después de tantos meses de confinamiento, aunque teme que la demanda sea algo inferior a la habitual, sobre todo, por el miedo al contagio aún tan presente entre los ciudadanos.
Aun así, espera que la actividad de los meses de julio y agosto les ayude a tirar hacia adelante y, si no salvar la temporada, por lo menos, tener un pequeño alivio. Y es que, tal y como recalca, la actividad de estas empresas se concentra en cinco meses al año y dependiendo siempre de las condiciones meteorológicas, por lo que tener la oportunidad de trabajar dos o tres meses siempre es bien recibida.
SECTOR DEL TURISMO ACTIVO
El presidente de APTAC y propietario de una empresa de turismo activo recuerda que este sector cuenta en la provincia con más de una veintena de empresas, que generan cada temporada en torno al centenar de puestos de trabajo. Cifra que, como es de esperar, este año se verá mermada a consecuencia de la pandemia.
Afirma que no hay un perfil concreto del cliente que demande este tipo de turismo, más allá del hecho de que suele provenir de otras provincias, en especial de las limítrofes a la nuestra. Y es que, según dice, hay personas de todas las edades, de 5 a más de 70 años, y vienen tanto en familia como en grupos de amigos y, cada vez más, para despedidas de solter@s.
Algo que no es de extrañar si se tiene en cuenta que hoy día son muchas las medidas de seguridad implementadas por estas empresas que permiten a personas de cualquier edad practicar un amplio abanico de actividades en la naturaleza. Eso sí, las más demandadas, a rasgos generales y según Brau, siguen siendo el barranquismo, la espeleología, las rutas en piragua, caballo o quad, y, sin olvidar, las vías ferrata que han entrado con fuerza y están teniendo una gran aceptación entre el público.
Queda tan solo esperar, remarca el presidente de APTAC, porque lo que es indiscutible es la envidiable riqueza natural de nuestra provincia, que, sin duda, se convierte en uno de los principales atractivos para que muchos turistas se inclinen por Cuenca y su belleza medioambiental y paisajística.