El auge experimentado por las actividades económicas relacionadas con el turismo en los últimos años lleva a pensar en un nuevo escenario en el que la correcta gestión de los servicios y la valorización de los recursos patrimoniales y naturales actúen como agentes dinamizadores de la economía de los territorios amenazados con la despoblación. De ahí que desde ADI Záncara se ponga en valor las muchas oportunidades y fortalezas que ofrece esta comarca a nivel de patrimonio cultural y natural para contribuir a frenar la despoblación.
Y es que, desde la Asociación para el Desarrollo Integral El Záncara están convencidos de que el turismo es un sector importarte para diversificar la actividad económica y dar un impulso a los municipios, además de un atractivo para fijar población y generar nuevos negocios, atraer emprendedores que apuesten por ideas innovadoras en turismo deportivo, gastronómico, enológico, cultural, cinematográfico, etc.
El paisaje de esta comarca está definido por molinos, castillos, palacios, iglesias que engalanan sus pueblos y nos hacen viajar por la historia. Día a día los Informadores Turísticos perfeccionan su trabajo, apostando por la promoción y ampliando la oferta, para que el viajero que llega no sea sólo de paso, si no que desee quedarse y conocer todos los itinerarios que se ofertan.
En la comarca “El Záncara” se cuenta con una buena red de carreteras y sus municipios están relativamente cerca de grandes ciudades. Los 33 pueblos que la componen cuentan con rutas que apuestan por un turismo de cultura y conocimiento, avalado por una gran riqueza histórica que se puede atestiguar en sus numerosos monumentos.
Además se tiene constancia de asentamientos humanos desde época antigua, por ejemplo, el yacimiento del Cerro de la Virgen de la Cuesta, en Alconchel de la Estrella de la Edad del Bronce (B.I.C. en 1995). Aunque este núcleo fue el más importante y organizó la zona económica y militarmente, se han encontrado restos de asentamientos en Villar de la Encina, Villalgordo del Marquesado, Castillo de Haro, Torrubia del Castillo, entre otros. Un curioso monumento son “los Falos” en Los Hinojosos, construcción íbera destinada al culto de la fertilidad.
De época romana destacan las minas de “lapis specularis” de Osa de la Vega, abiertas al público desde el año 2018. De la Edad Media es la Torre Vieja de San Clemente, en la actualidad museo etnográfico y el Castillo de Haro, en Villaescusa de Haro (declarado B.I.C. en 1992).
Del siglo XV se cuenta con auténticas obras de arte en Belmonte, declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1968. En la actualidad y a nivel comarcal su castillo, que cuenta con actividades durante todo el año, es uno de los principales focos de atracción como demuestra los 50.000 visitantes registrados en 2018.
También el Castillo de Garcimuñoz, de la misma época, que da nombre al pueblo, ha conseguido atraer a gran cantidad de visitantes desde que abriera sus puertas tras la reforma realizada en 2016.
De estilo renacentista hallamos importantes muestras de arte en San Clemente, Conjunto Histórico Artístico en 1980, Villamayor de Santiago o Las Pedroñeras, con sus plazas, rejería y casas señoriales con escudos; también los palacios del Marqués de Valdeguerrero en Vara del Rey, o las iglesias que jalonan los municipios y que suponen una gran riqueza patrimonial.
Por otro lado se encuentran ejemplos de arquitectura industrial en muy buen estado como es el Molino de agua “El Blanco”, en Carrascosa de Haro. O los molinos de viento de Mota del Cuervo, que desde que en el año 2014 abrió su oficina de turismo en uno de sus molinos “El Gigante” ha multiplicado sus cifras de turistas. Además aún son muchos los molinos que coronan las planicies manchegas de El Pedernoso, Las Mesas, Pinarejo, Belmonte, Villamayor de Santiago o La Alberca de Záncara, todos ellos, siguen recordando a quien los ve, la Mancha que vio Cervantes.
Los municipios que concentran más oferta, son los que cuentan con recursos turísticos culturales y naturales más conocidos, como es Mota del Cuervo, Belmonte y San Clemente, pero en los últimos años otros pueblos de la comarca están apostando por negocios de este tipo transformando sus casas tradicionales en hospedajes para el viajero que viene a disfrutar de la gastronomía, de los parajes naturales, la historia y el rico patrimonio, además de las fiestas y tradiciones.
En definitiva, la apuesta por potenciar el turismo genera empleo directo en Informadores y guías turísticos, hostelería, comercio, restauración .... una buena oportunidad de futuro.