Después de un más de un mes de campaña, la temporada de trufa negra en la provincia de Cuenca ofrece buenas expectativas al sector. Y es que todos los indicios apuntan a que la producción de este año registrará un ligero incremento con respecto a la temporada anterior, al igual que la calidad del Tuber melanosporum que será mejor. Al menos así lo pone de manifiesto Julio García Rojas, miembro de la Junta Directiva de la Asociación de Truficultores de Castilla-La Mancha, con sede en Cuenca, quien indica que “a tenor de lo que se está registrando desde mediados de noviembre, con el inicio de la temporada, se puede hablar de un ligero incremento de la producción”, si bien deja claro que “habrá que ver qué ocurre en los próximos tres meses de campaña para poder calificarla de manera definitiva”.
Por el momento, ese incremento en la producción es una realidad que también confirman otros productores conquenses, como es el caso de Sergio Abarca, de la empresa Savia Ecoturismo, quien pone el acento en las lluvias de este verano como el motivo de ese ligero aumento de la producción. Y es que, según detalla, “la trufa tiene un ciclo natural muy largo y son fundamentales las precipitaciones, en especial, al final del verano; algo que este año, precisamente, se ha dado; eso sí, no ha sido de manera generalizada, por lo que no en todas las zonas podrán hablar de estas buenas cifras”.
A esta mayor producción se suma, según Abarca, una mejor calidad de la trufa negra, tanto en calibre como en sabor y aroma. Algo en lo que coincide el representante de la mencionada asociación y de la Federación de Asociaciones de Truficultores de Castilla-La Mancha, quien asegura que cada año la calidad de la trufa es mejor, no solo por su tamaño, sino también por su morfología y, por supuesto, por su aroma y sabor”.
La sexta ola de la pandemia se sitúa detrás de la ligera caída de precios de la trufa, según el sector productorPRECIO
La nota negativa de estos primeros compases de la campaña la están poniendo los precios. Y es que, tal y como subraya García Rojas, el precio ha caído ligeramente a mediados de diciembre con respecto a la anterior, cuando la trufa negra de primera se estaba pagando en el mercado de Mora en torno a los 500 euros el kilo.
Algo, por cierto, bastante inusual, ya que, según explica, es en la semana previa a la Navidad cuando los precios suelen aumentar todos los años. Esta vez, sin embargo, la evolución de la pandemia del coronavirus, que se encuentra en plena sexta ola, ha llevado consigo numerosas cancelaciones de comidas de Navidad y otros eventos propios de esta época, lo que se ha traducido en una caída de la demanda en la hostelería. Además, según agrega, el mercado exterior, en especial Francia, que suele convertirse en todo un revulsivo en esta época, se encuentra en la misma situación por la Covid-19 y no se ha producido el habitual pico en la demanda. Por lo tanto, el sector queda a la espera de cómo vaya evolucionando el mercado en los próximos tres meses de campaña.