Desde el sábado por la tarde la población de Buenache de Alarcón está en shock. La riada provocada por la DANA ha traído grandes destrozos en negocios y viviendas, aunque afortunadamente no hay que lamentar daños personales, sí que tardarán tiempo en asimilar todo lo ocurrido. Porque olvidarlo será imposible.
Ali Rodas, propietaria de una tienda de alimentación, droguería y papelería ubicada en la calle Callejuela –una de las más afectadas–, ha perdido gran parte del género que tenía en el comercio y en el almacén listo para su venta. “Todavía no sé a cuánto pueden ascender las pérdidas”, ha relatado este martes a Las Noticias de Cuenca.
Con lágrimas en los ojos asegura que este negocio con más de 30 años de trayectoria era su vida. En estos duros momentos, ayudada por familiares y amigos, todos sus esfuerzos se centran sacar todo el barro de la tienda e intentar volver a dejarla en su estado habitual para poder dar servicio de nuevo a los vecinos de Buenache. Por si fuera poco, su casa también ha quedado anegada.
Amparo Lapeña, regentaba junto a su hermana una panadería con horno de leña, que también ha sufrido inundaciones. El sábado cuando empezó la tormenta una gran riada de agua sacudió el establecimiento y varios coches taponaron los accesos generando verdaderos ríos. Cuando consiguieron entrar todo el mobiliario estaba fuera de su sitio porque la fuerza del agua había interrumpido cambiando las máquinas de posición a su antojo. “Uno de los congeladores taponaba el paso, el mostrador estaba fuera de su sitio y todas las maquinas cubiertas por un metro de granizo”, recuerda.
La propietaria de este horno estima que las pérdidas ascienden a más de 60.000 euros y a sus 63 años cree que será imposible volver a abrir. “Las máquinas nuevas costarán mucho más y con la edad que tenemos igual no merece la pena”, explica. Pese a ello, van a esperar a la resolución de los seguros para intentar poder paliar los destrozos en la medida de lo posible.
Estrella Valverde y Ramón Saiz se encontraban en su domicilio de la calle San Miguel cuando empezó la tormenta. Todo parecía ir bien hasta que una canalización de agua empezó a evacuar el agua en dirección al interior de su casa en lugar de a la calle. A partir de ahí, la vivienda se inundó y “nos llegaba al cuello”, recuerda la mujer. “Yo no sé nadar y me daba miedo ahogarme”, dice. Hicieron repetidas llamadas al 112 y a los bomberos y fueron estos últimos los que les ayudaron a salir de la casa. “Mi marido me arrastró hasta la puerta y los bomberos me agarraron de los brazos y así pude salir”, comenta. Ahora, debido a los daños ocasionados son dos de las personas que permanecen en la Vivienda tutelada de la localidad. “Desde el Ayuntamiento y Cruz Roja nos están dando todo lo que necesitamos”, agradece.
Estos son solo tres de las decenas de familias que han resultado afectadas por las riadas en Buenache de Alarcón y que sigue luchando por recobrar la normalidad lo antes posible.