"Buscamos vida tranquila. No cambiaríamos por irnos a una ciudad. En un pueblo se vive muy bien y es una lástima que se estén despoblando”, lamenta Cristina. Ella y su pareja, Mihai, se han trasladado desde el pequeño pueblo de Puertomingalvo (Teruel) hasta la localidad conquense de Huerta del Marquesado para hacerse cargo de la panadería, que es municipal, tras la jubilación de los anteriores prestadores del servicio el pasado enero. De momento, se está aprovechando el parón para acondicionar el local y llevar a cabo mejoras. Esperan reabrir el horno en unas semanas.
Un familiar de Cristina le contó que había visto a través de las redes sociales la oferta de Huerta del Marquesado y decidieron postularse puesto que ambos han trabajado en una panadería. El ayuntamiento recibió más de treinta solicitudes, explica el alcalde de esta localidad, Higinio García.
De Cuenca había varios interesados pero llegaron propuestas de diferentes partes del país, desde Barcelona a Madrid, pasando por Valencia o Zaragoza. Entre los que se postularon, había diferentes perfiles: desde jóvenes hasta personas de alrededor de cincuenta años, “cansados de la capital y que quieren vivir más tranquilos”. “Gente que busca otra forma de vivir”, añade el primer edil. Después, se hizo una preselección de las parejas en las que percibieron más interés en instalarse en el pueblo. Y Cristina, valenciana, y Mihai, de Rumanía, fueron los afortunados.
La pareja, alrededor de la treintena, llegó el sábado a Huerta del Marquesado. “Es muy bonito. Aunque no tiene nada que ver con los pueblos de Teruel. La gente es muy amable”, indica Cristina. Y no es la primera mudanza que hacen, puesto que ya antes se habían trasladado desde Burriana (Castellón), de donde es ella, hasta Puertomingalvo, de 80 habitantes.
Los nuevos panaderos tienen previsto reunirse con los antiguos panaderos, Rosa y Rafa, para que les expliquen su forma de trabajar. “Nos han puesto todas las facilidades. Hay que hacer el pan que le gusta a la gente de la zona”, subraya Cristina.
También necesitan calcular los tiempos que les hacen falta para hornear. Porque si en el oficio ya se madruga mucho, en este caso tendrán que hacerlo aún más puesto que se trata de un horno de tipo moruno. “Hay que calentar el horno con la leña y luego no puedes hacer el pan con las llamas. Hay que esperar a que estén las brasas”, apunta la nueva panadera.
La localidad tiene unos 210 habitantes censados, aunque viven habitualmente allí unos 160. Cristina y Mihai aún no tienen una estimación del número de barras de pan que deberán hornear cada día porque, además de a Huerta del Marquesado, también se prestará servicio a otros pueblos de alrededor.
Durante estos días se está trabajando en el acondicionamiento del local y se están acometiendo mejoras. “Hacía unos 24 o 25 años que no se reformaba”, reconoce el primer edil. Por ello, se van a cambiar algunas máquinas y parte del mobiliario.
En unas dos o tres semanas, en Huerta del Marquesado, volverá a oler a pan recién hecho por las mañanas.
"Buscamos una vida tranquila. No cambiaríamos por irnos a una ciudad. En un pueblo se vive muy bien y es una lástima que se estén despoblando”DESPOBLACIÓN
“Los pueblos nos estamos quedando sin habitantes. Que venga una pareja joven, con ganas de trabajar y de hacer cosas, siempre ilusiona”, señala el alcalde de Huerta del Marquesado, Higinio García, que celebra la llegada de Cristina y Mihai a la localidad para hacerse cargo de la panadería.
“Vamos envejeciendo porque los jóvenes se van fuera; buscan alternativas en otros lugares”, lamenta el alcalde de esta localidad conquense, aunque también comprende que es lógico que se marchen a estudiar fuera y caminen hacia otras oportunidades.
El primer edil considera que haría falta “una herramienta a nivel institucional” para lograr captar a más vecinos y evitar que los municipios se despueblen. Higinio García señala que, cuando se cierran negocios, es difícil encontrar a alguien que coja el relevo.
No obstante, paralelamente, también los hay que apuestan por el mundo rural. Cristina y Mihai son un buen ejemplo.
