El sector del ajo continúa apostando por la innovación para mejorar la rentabilidad y calidad del cultivo. Entre los avances tecnológicos que optimizan el producto se encuentra la termoterapia computerizada, una técnica con gran efectividad para la erradicación de patógenos en las semillas, especialmente en el caso de la infección por nematodos, uno de los mayores problemas a los que se enfrentan los productores dado que este parásito causa graves daños en la planta y contamina posteriormente los suelos.
La novedosa tecnología, que tiene origen holandés y fue implantada en la localidad conquense de Las Pedroñeras hace cerca de una década de la mano de un grupo de seis empresarios agrarios que se aliaron para mejorar su rentabilidad, se basa en sumergir el bulbo en agua caliente, con una dosis de desinfectante, a unas temperaturas de alrededor de 48 ºC, durante algo más de una hora, para acabar con hongos y bacterias.
Cuando estos profesionales se decidieron a trabajar con la termoterapia, su idea inicial era tratar solamente sus propias semillas aunque pronto empezaron a ofrecer también el servicio a otros agricultores y cada vez tienen más demanda de productores dados los buenos resultados que se están obteniendo con este procedimiento.
“Esto va en auge. Estamos viendo que cada vez hay más problemas con las semillas y con las tierras”, señala Proceso Galindo, uno de los socios de Termoterapia Las Pedroñeras S.L.

PRUEBAS
Galindo explica que con la exposición de los bulbos a esta temperatura se consigue eliminar el 97% de los nematodos. “Con la exposición a 52 ºC se lograría erradicar el 100% pero no se puede trabajar a más de 50 ºC porque se dañaría al ajo. Hemos hecho muchas pruebas durante estos años para conseguir la mayor efectividad sin correr riesgos”, relata.
La firma empezó con una sola máquina y de pequeña capacidad pero a lo largo de este tiempo han ido ampliando sus instalaciones y secaderos y ya cuentan con cuatro equipos, con previsión de seguir creciendo más en un futuro próximo. De momento, tienen capacidad para ejercer los tratamientos a entre 6.500 y 7.000 toneladas al año aunque suelen trabajar con entre 5.000 y 6.000 anualmente, según detalla Galindo.
La empresa cuenta con ocho trabajadores durante la campaña, mientras que el resto del año solo hay uno. El momento más apropiado para aplicar esta técnica es tras la recolección del ajo –una vez que los bulbos estén secos–, dado que los nematodos están todavía en estado de latencia y es más fácil su eliminación. Por lo general, suelen empezar con los tratamientos a principios del mes de julio en el caso del ajo temprano, continuando en agosto con el ajo morado, alargándose la campaña hasta principios de septiembre, según la demanda de cada año.
Después del tratamiento en balsas automatizadas, los bulbos pasan por el proceso de secado, que dura unos días. Tras ello, la semilla ya en buenas condiciones estaría lista para cuando llegue el tiempo de siembra, evitando contaminar las tierras y mejorar el rendimiento del cultivo.