Desde que hace aproximadamente un año y medio la terapeuta ocupacional de la residencia de mayores ‘El Jardín’, de Casas de Benítez, Inmaculada Cerrillo Moreno, hiciera en Cuenca un curso de iniciación a la terapia asistida con animales no ha parado hasta conseguir que la Asociación GUDCAN pueda desarrollar un proyecto de terapia en el centro que mejore la autonomía y bienestar de los residentes, especialmente de los que padecen alzheimer.
“Los animales pueden interferir en la estimulación a nivel sensorial, cognitivo o de comunicación a un nivel que no se alcanza con otro tipo de terapias ocupaciones”, señala Cerrillo, quien destaca los buenos resultados obtenidos por la asociación conquense en los numerosos centros de la región con los que trabaja. De Ahí su insistencia en poder desarrollar en la residencia de Casas de Benítez un proyecto de terapia que ayude a mejorar la calidad de vida de los residentes de este centro privado que cuenta con un total de 120 plazas, algunas de ellas concertadas.
La primera toma de contacto se realizaba este jueves y la experiencia fue todo los positiva que se esperaba. La pretensión, dice Cerrillo es poder poner en marcha un plan de actuación con la asociación GUDCAN como se desarrolla en numerosos centros residenciales de la red regional.
“Estamos muy emocionados por el desarrollo de este proyecto que, si todo va como está previsto, podremos poner en marcha”, señala Inmaculada Cerrillo, quien destaca que desde hace un año y medio se han estado realizando diversas actividades desde el centro con el objetivo de recaudar fondos para llevar a cabo esta actividad, cuyo objetivo es potenciar la autonomía de las personas mayores con Alzheimer, pero cuyo impacto está convencida de que afecta al conjunto de los residentes.
“Lo que hasta ahora hemos podido comprobar, tanto con el desarrollo del curso como en el seguimiento que hemos hecho de las actividades que desarrollan desde GUDCAN en este sector es un cambio inmediato de comportamiento en personas con demencias moderadas. Tenemos la oportunidad de mejorar su autonomía o frenar el deterioro y no queremos dejar escapar la oportunidad de realizar actividades nuevas con nuestros residentes para ayudarles a mejorar su calidad de vida”.
La terapeuta ocupacional de la residencia geriátrica ‘El Jardín’ destaca que para el desarrollo de la primer sesión se ha formado un grupo homogéneo con características personales similares, puesto que se trata de conseguir objetivos específicos. Cerrillo reconoce que la utilización de perros como herramienta en la aplicación de terapias no solo supone un beneficio para mayores con alzheimer sino que mejoran el ambiente del centro en general.
