El granizo y las lluvias persistentes que se vienen registrando desde finales de mayo ha complicado seriamente la campaña de recolección del ajo temprano. Las tormentas han causado graves pérdidas y aún pueden ser más.
El exceso de agua en las parcelas amenaza con echar a perder buena parte de la cosecha. La prioridad en estos momentos es poder sacar los ajos de la tierra, y no en todos los casos se puede. Las más fuertes están embarradas y es imposible poder acceder. En otros casos, los que se han cogido corren igualmente el riesgo de poder estropearse también por el exceso de humedad y barro.
El panorama, desde luego, es desolador. La cosecha de ajo temprano “será un desastre”, señala el presidente de la Mesa Nacional del Ajo, Julio Bacete, quien destaca que este, por desgracia, “será un año de seguros”.
Desde que el 29 de mayo el temporal de agua y granizo descargara con fuerza en la comarca de La Mancha los técnicos de Agroseguro no han tenido un minuto de tregua. El ajo, es uno de los cultivos que más se ha visto afectado. La planta estaba lista para la recolección cuando se vio sorprendida por unas intensas lluvias que este fin de semana seguían presentes en numerosos puntos.
Los partes de siniestro afectan ya a más de 7.000 hectáreas, según señala Antonio Escudero, responsable de la sectorial de ajo de ASAJA Cuenca y miembro de la directiva de la Asociación de Productores y Comercializadores de Ajo (ANPCA). Pero el verdadero alcance no se verá hasta que no comience el proceso de corte y clasificación.
El ajo que se está recogiendo aparentemente está sano pero el problema es el exceso de humedad que tienen los bulbos. Las ‘camisas’ o pieles se deterioran y al secarse es seguro que saltarán. Eso, junto al descabezado que el exceso de barro puede provocar en el corte al ser más difícil de manejar, da ya por seguro que habrá mucho ‘destrío’, una situación que sin duda mermará el precio de mercado, al tiempo que encarecerá los costes al necesitar más mano de obra.
Otro de los problemas es que el agua se puede acumular entre las hojas y el tallo y con ello disparar la proliferación de bacterias que producen un cambio de coloración en las capas afectadas. De hecho, eso es algo que ya se está viendo en numerosas parcelas en las que “están saliendo súper negros”, señala Julio Bacete.
Comercialmente este también es un ajo que se considera defectuoso. Si se para a tiempo las consecuencias se quedan solo en un cambio de coloración en las capas, si no, puede llegar al diente y afectarlo.
Con todo, “se mire por donde se mire, la pérdida de cantidad y calidad en la cosecha de ajo temprano es innegable”, apostilla el presidente de la Mesa Nacional del Ajo.
"Se mire por donde se mire, la pérdida de cantidad y calidad en la cosecha es innegable"
MANO DE OBRA
Ahora, la prioridad es poder sacar los ajos de la tierra. El proceso debe ser rápido para evitar que los daños vayan a más. Y aquí, el problema lo platea la mano de obra. En estos momentos, dice Antonio Escudero, todos los temporeros que están en la comarca están ocupados en la tarea de la recolección y amontonado, y esta es una tarea "que requiere 20 veces menos jornales que el corte, que será cuando venga el problema de escasez de mano de obra". Las lluvias que han afectado a toda España han retrasado todas las cosechas y con ello también la movilidad de los temporeros. Por ello Escudero destaca que están en conversaciones con trabajadores que están en la campaña de la fresa en Andalucía. “Esperamos que vengan porque si no habrá problemas de mano de obra a corto plazo”.
HONGOS EN EL AJO MORADO
Al contrario que al ajo temprano, en este tiempo las lluvias favorecen al ajo morado, el autóctono de la comarca manchega de Las Pedroñeras que está amparado bajo el marchamo de una Indicación Geográfica de Calidad. El proceso vegetativo de esta variedad lleva otras fechas y aún está en tiempo de aprovechar el agua para mejorar su calidad, pero en este caso el problema son las bajas temperaturas.
La falta de calor y la humedad es un caldo de cultivo idóneo para la proliferación de hongos como ‘la blanquilla’ que ya se está detectando en numerosas parcelas. Ante esta situación, tanto de ASAJA como desde la Mesa Nacional del Ajo, advierten a los agricultores que no bajen la guardia y apliquen tratamientos preventivos que mantengan a raya los hongos y otras posibles plagas. Eso si pueden pasar a la tierra, que es el problema que se está planteando.