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La temperatura ha subido casi 2 grados en la provincia de Cuenca desde 1981

Es, junto a los veranos más largos y el aumento de las alergias, uno de los efectos del cambio climático en el medio rural en Castilla-La Mancha
La temperatura ha subido casi 2 grados en la provincia de Cuenca desde 1981
Foto: Saúl García
30/08/2018 - EFE

La subida de la temperatura 1,4 grados en Castilla-La Mancha desde 1981, y casi 2 grados en la provincia de Cuenca; el alargamiento del verano siete días por década y el aumento de alergias debido a pólenes "mas agresivos" son algunos efectos del cambio climático en el medio rural castellanomanchego.

El consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo, ha presentado hoy el informe sobre los efectos constatados y la percepción del cambio climático en la comunidad autónoma, en el que han participado 70 autores.

El trabajo concluye con la estrategia de cambio climático con el horizonte 2030 que en el mes de octubre aprobará el Consejo de Gobierno y afronta el cambio climático desde distintas perspectivas, como los recursos hídricos, el medio natural, las cuestiones climáticas y socioeconómicas, la salud humana y animal o la percepción que tiene la sociedad castellanomanchega del cambio climático.

La temperatura ha subido casi 2 grados en la provincia de Cuenca desde 1981

El informe afronta el cambio climático desde distintas perspectivas, como los recursos hídricos, el medio natural, las cuestiones climáticas y socioeconómicas, la salud humana y animal o la percepción que tiene la sociedad castellanomanchega de la situación.

Martínez Arroyo ha señalado algunas "cifras impactantes" que se recogen y que evidencian que el cambio climático no es algo que va a llegar sino que es realidad, está sucediendo "ya hoy, en Toledo, esta mañana".

En cuanto a climatología, entre 1981 y 2017 la temperatura media de Castilla-La Mancha se ha incrementado 1,4 grados, que se eleva hasta 1,89 grados en la provincia de Cuenca, un dato "alarmante" que se observa en las floraciones más tempranas, el cambio en los ecosistemas, el aumento de enfermedades o un mayor estrés para los bosques que, de esta forma, son "más vulnerables" a los incendios forestales, ha enumerado el coordinador del proyecto, Jonathan Gómez.

Por provincias, la temperatura media ha subido en los últimos 36 años una media de 1,55 grados en Albacete, 1,3 grados en Ciudad Real y 1,26 grados en Toledo y Guadalajara, a lo que se suma que el verano se ha alargado siete días por década en los treinta últimos años y es cada vez más seco y con temperaturas más extremas.

Respecto al agua, el informe analiza las siete cuencas que atraviesan Castilla-La Mancha y evidencia que en la del Tajo no está garantizado el caudal ecológico, algo directamente vinculado al mantenimiento del trasvase Tajo-Segura.

Así, el estudio apunta que "un factor relevante que agrava la situación que padece el río se encuentra en la puesta en funcionamiento en 1978 del trasvase Tajo-Segura, el cual ha ido aumentando sus demandas año tras año a causa de las presiones por los aumentos de regadíos en el levante, causando una presión insostenible para el buen mantenimiento del río, sus recursos y su calidad ambiental, ya muy asediado por el uso de la propia cuenca y las más desfavorables condiciones climáticas".

Un aspecto esperanzador del informe atañe a los humedales: dos terceras partes desaparecieron en el siglo XX, lo que supuso aumentar un 6 por ciento la emisión de gases de efecto invernadero; pero estos humedales se han recuperado y esto ha permitido absorber CO2 y "mitigar" el efecto invernadero.

En el ámbito socioeconómico, se analiza el impacto en el viñedo, sobre por la constatación del aumento de temperatura en La Mancha, y también apunta al cambio de variedades que antes se adaptaban otras zonas, como el pistacho, un cultivo que se ha generalizado en Castilla-La Mancha.

El cambio climático está afectando a la salud animal y a la salud humana, sobre todo con el aumento de alergias, ante lo cual el Gobierno regional tiene en marcha una comisión que analiza esta relación entre cambio climático y salud, ha explicado el consejero.

Los ciudadanos de Castilla-La Mancha saben que existe un problema con el cambio climático, pero hay que seguir insistiendo en la concienciación, algo que atañe a expertos, administraciones públicas o medios de comunicación social, entre otros.

En este sentido, el consejero ha señalado el Plan de Educación Ambiental de Castilla-La Mancha, que está dotado con un millón y medio de euros, y busca concienciar a niños y jóvenes de la importancia de luchar contra el cambio climático.

El coordinador del informe, Jonathan Gómez, ha analizado algunos de los datos más relevantes del estudio y ha afirmado que "ninguna comunidad autónoma tiene un impacto de efectos constatados de cambio climático" como el elaborado por la Viceconsejería de Medio Ambiente de castilla-La Mancha y, en concreto, la Oficina del Cambio Climático.