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Horcajo de Santiago

Tatiana Pereira, primera mujer en portar el estandarte del Vítor

Tras más de dos décadas afincada en Horcajo de Santiago, portará la insignia en lugar de su marido quien, después de llevar 30 años esperando, no podrá hacerlo por causas ajenas
Tatiana Pereira, primera mujer en portar el estandarte del Vítor
Foto cedida
06/12/2024 - Ricardo Vega

Con los sentimientos encontrados y la figura de su marido presente, Tatiana Maribel Pereira García, recorrerá las calles de Horcajo de Santiago en la noche más esperada de todo el año para este municipio de más de 3.500 habitantes.

Ella será la encargada de portar este fin de semana el estandarte en la festividad de ‘El Vítor’, una de las celebraciones más largas de la cristiandad. Un momento que quedará para la posteridad porque será la primera mujer en portarlo en toda su historia. Aunque reconoce que aún no lo ha pensado demasiado.

Pereira nació en Ecuador en el año 1985 y, desde el año 2000, vive en el pueblo, por lo que se siente una horcajeña más. Perteneció al ejército español en la brigada paracaidista durante una etapa de su vida y allí sufrió la diferencia  entre mujeres y hombres, si bien  sentía que podía hacer las mismas tareas que sus compañeros. Por ello, se ve con fortaleza para afrontar esta oportunidad. “Sé que por naturaleza los hombres tienen más fuerza, pero las mujeres también podemos hacer las mismas cosas. Siempre me he considerado una mujer fuerte”.

Pereira vivió por primera vez esta fiesta en el año 2000 con 14 años. Recuerda que se le pusieron “los pelos de punta” y, aunque ese día no entendía los motivos por los que la gente se emocionaba, con el tiempo llegó a comprender que la fe es la que mueve los sentimientos de los asistentes que realizan sus peticiones a la imagen de María Inmaculada.

En realidad, quien debía de portar el estandarte este año debía ser su marido, Gregorio Garrido Jiménez, pero debido a una situación personal no va a poder ser el encargado.

Su mujer, cuenta que desde siempre ha sido una persona muy devota y ha vivido la festividad con mucha pasión porque ha estado arraigada en su familia.

El abuelo de Gregorio, por parte de madre, fue portador en el año 1954 y, por parte de padre, en el año 1965. Más tarde, en el año 1994, llegó el turno de su padre y, ese mismo año, su madre le apuntó para coger el testigo cuando éste tenía 14 años, al mismo tiempo que a su hermano, José Ángel Garrido Jiménez, quien será uno de los dos portadores de las borlas.

 

Recorrerá durante 16 horas las calles del municipio montada sobre su caballo ‘Truhán’ en una de las fiestas más largas de la cristiandad

Los preparativos son una parte fundamental en esta experiencia. Garrido dejó todas las cosas listas antes de que su mujer le sustituyese: la mantilla que le vestiría, el dibujo que decoraría esta pieza y sus propias iniciales grabadas. Pereira como homenaje a su marido, llevará todo ello tal cual lo dejó previsto “como si estuviera él”. Su cuñado, por otro lado, llevará la misma mantilla que llevó su padre en el año 1994 cuando fue portador del estandarte.

En el proceso de preparación para esta fecha tan especial, Pereira, ha estado acompañada por Angelita, una vecina del pueblo que presta su ayuda de manera desinteresada para ‘El vítor’ y con la que no había tenido mucho trato, pero ha definido como una mujer “estupenda”.

El día 5 de diciembre se montará a lomos de ‘Truhán’, el caballo que le acompañará toda la noche, en las pruebas previas donde habitúan a los animales al ambiente que se vivirá en las calles de Horcajo de Santiago.

Es consciente de que será difícil, pero está “mentalizada” para ello con el apoyo de su familia porque no quiere defraudarles a ellos ni, sobre todo, a su marido la persona por quien hace todo esto con el objetivo de “seguir su legado”.

Su petición es que la Virgen le ayude a toda la familia a superar la delicada situación que atraviesan a raíz de la situación de Gregorio y así puedan cambiar sus vidas a mejor Pereira y los dos hijos que tienen en común.

Para ese día, desea que “todo salga bien”, junto a sus compañeros y espera “dejar el nombre muy alto de una mujer” con la ayuda de todo el pueblo.