Vino
La sostenibilidad económica, social y medioambiental como garantía del futuro del sector vitivinícola
La Denominación de Origen Uclés, la primera en medir la Huella de Carbono en nuestro país, comenzó en 2013 un camino hacia la sostenibilidad que se ha perpetuado con la celebración de la IV Jornada Técnica de Divulgación 'Oportunidades de lucha frente al Cambio Climático en el sector vitivinícola: energía, residuos, recursos hídricos e innovación’ esta semana en el Monasterio de Santiago en Uclés. Más de 70 profesionales del sector han asistido a seis ponencias técnicas en las que se ha puesto de manifiesto las evidencias de los efectos del Cambio Climático así como las herramientas que existen para adaptar la viticultura a un futuro sostenible en materia económica, social y medioambiental.
El presidente de la Denominación de Origen Uclés, Jesús Cantarero Morales, ha dado la bienvenida a ponentes y profesionales del sector haciendo gala del resultado cosechado por las bodegas que conforman esta pequeña denominación que ha logrado convertirse en la tercera de Castilla-La Mancha en comercialización gracias a las certificaciones obtenidas en sostenibilidad. A día de hoy, gran parte de los vinos de D.O. Uclés son ecológicos, ha resaltado Cantarero en la inauguración de las jornadas, añadiendo que 2018 ha sido el mejor año en la historia de la denominación que preside en cuanto a calidad de la cosecha.
Junto al presidente ha estado el Viceconsejero de Medio Ambiente, Agapito Portillo. Para Portillo “el Cambio Climático en Castilla-La Mancha es una realidad” en una comunidad en la que “la temperatura media ha aumentado 1,4 grados”, y ha hecho referencia a la implicación del gobierno regional en esta materia con la elaboración del segundo informe de impactos de cambio climático en Castilla-La Mancha, que recoge un capítulo específico dedicado a viticultura; así como la estrategia elaborada por la Oficina de Cambio Climático de Castilla-La Mancha, que recoge los objetivos y medidas de actuación a nivel regional, de mitigación y de adaptación al Cambio Climático. Puso en valor “que una denominación de origen como es Uclés, está a la vanguardia respecto a otras denominaciones de origen y a otros sectores que no han emprendido acciones tan evidentes en cuestión de cambio climático”.
Cerró la mesa de inauguración la gerente de la D.O. Uclés, Lola Núñez Pinto, moderadora de las ponencias, quien ha resaltado que en materia de sostenibilidad esta Denominación de Origen se está convirtiendo en referente, participando junto con las grandes bodegas del país en iniciativas como la que ha creado la Federación Española del Vino (FEV) con una certificación en materia de sostenibilidad.
Cómo reducir las emisiones de carbono en el sector: la importancia de la constante medición
Para Helena Fernández Castro, licenciada en Ciencias Ambientales y directora de Medio Ambiente y Energía en eCO2innova Environment & Energy, lo importante no está solo en medir la Huella de Carbono si no también saber “cómo evolucionan las mediciones”. Fernández Castro ha hecho una comparativa de los alcances que pueden tener las emisiones de carbono a la atmósfera que van, desde el consumo eléctrico de la refrigeración, hasta el transporte de la botella. De hecho, en algunas bodegas “el 40 por ciento de la Huella de Carbono puede corresponder a emisiones asociadas a la botella”.
Entre las soluciones, Helena Fernández, ha señalado que se puede hacer mediante acciones sencillas como reducir el peso de la botella, o ahorrar el cien por cien de emisiones en consumo eléctrico cambiando de compañía eléctrica, o soluciones con inversiones como el uso de energías renovables instalando paneles fotovoltaicos.
Fernández Castro también ha destacado los esfuerzos reseñables que las bodegas de la D.O. Uclés vienen haciendo desde que consiguieron la certificación en medición de la Huella de Carbono, llegando a situarse entre las bodegas referentes en materia de sostenibilidad a nivel nacional.
Mario de la Fuente: “El Cambio Climático también trae oportunidades. Hay que aceptarlo”
El gerente de la Plataforma Tecnológica del Vino, Mario de la Fuente, ha mostrado los cambios que está experimentando el sector: la temperatura media ha crecido, el ciclo de la vid es cada vez más corto y son frecuentes eventos externos como olas de calor o sequías. Pero lejos del catastrofismo, De la Fuente, Ingeniero Agrónomo y Doctor en Producción Vegetal, ha señalado que estos cambios también traen oportunidades. Así, ha añadido que en lo que llevamos de año, la Plataforma Tecnológica del Vino, red que coordina proyectos de investigación y a la que están ligadas más de 55 empresas, ha dado soporte a 16 proyectos este año, 12 de ellos relacionados con el Cambio Climático. Se trata de experiencias de innovación en materia de agua, enfermedades, adaptación de variedades de uva o aplicación de fitosanitarios, entre otros.
Más allá de la sostenibilidad medioambiental, De la Fuente también ha argumentado que la sostenibilidad también tiene base cultural y social. Por eso ha puesto en valor el “tejido social ligado al sector del vino”, tejido que sostiene el mundo del vino, que fija la población en el medio rural. Y que en algunos casos, esos viñedos, tradiciones…llegan a estar reconocido como Patrimonio Mundial de la Unesco.
Los beneficios de aplicar la cantidad adecuada de agua a la vid
Amelia Montoro es Doctora Ingeniera Agrónoma y jefa del Servicio de Asesoramiento de Riegos en el Instituto Técnico Agronómico Provincial de Albacete (ITAP). Esta experta en riegos ha reconocido que la formación de la planta de la vid está influenciada por lo genético, lo ambiental y lo cultural y que el agua repercute en todo el proceso de crecimiento de la planta: floración, envero y maduración.
Conociendo las necesidades hídricas de la planta, los viticultores podrán aplicar la cantidad exacta que necesita ésta en cada etapa, es esencial regar tras la vendimia, de cara a “preparar reservas para la próxima campaña” y que la planta “se defienda mejor al año. “Esta práctica, favorable totalmente para el cultivo y el medioambiente, en determinadas ocasiones se ve impedida por reglamentaciones que incluso muchas de ellas vienen directamente de la Administración, exponía en su presentación, haciendo con ello un llamamiento a la importancia del asesoramiento técnico en la legislación”.
Ha dado a conocer datos obtenidos en campo y es que, pasado el umbral de los 31,5 ⁰C la planta ya puede encontrar problemas de fotosintetizar, por lo que un riego en ese momento disminuiría la temperatura de hoja por efecto de la transpiración y favorecería la fotosíntesis, pero llegados los 33 ⁰C (de temperatura de hoja), por mucha agua de riego que aplicásemos, la fotosíntesis disminuiría considerablemente hasta pararse, por lo cual, en esa situación, aplicar más agua no mejoraría nada y por tanto no tiene mucho sentido.
En su presentación mostró varias comparativas: riego entre viñas en vaso y en espaldera; riego entre variedades diferentes (Airén y Macabeo) y resultados productivos (cuantitativos, cualitativos y medioambientales) entre regadío y secano. Por último, hizo referencia a los problemas que puede sufrir un viñedo por exceso de agua, entre los que se encuentra el de la asfixia radicular, que puede llevar a la muerte de la planta. Amelia Montoro ha concluido con una serie de futuras líneas de investigación en viticultura para mitigar el efecto del Cambio Climático en el cultivo, líneas de investigación vistas desde los ojos de quien realiza investigación y a su vez trabaja codo con codo, por y para el sector, ya que ha recalcado que todo el trabajo que se realiza en su Servicio es transferido directamente al agricultor.
Propuestas para mitigar y adaptarse al cambio climático
La temperatura media global sigue aumentando, ha constatado en su ponencia Alfonso Rodríguez Torres, biólogo, doctor en Medio Ambiente y miembro de la Oficina del Cambio Climático del Gobierno de Castilla-La Mancha. Rodríguez también ha puesto el foco en el ritmo creciente de las emisiones de carbono a la atmósfera, que “aumentarán en los próximos cuatro años”, datos que se pueden frenar bajando la huella de carbono y creciendo económicamente, ha asegurado.
“El transporte tiene gran impacto en las emisiones” ha manifestado Alfonso Rodríguez, quien ha apuntado al amplio ámbito de aplicación de la Estrategia de Cambio Climático de Castilla-La Mancha horizontes 2020 y 2030. Esta estrategia regional de adaptación y mitigación al cambio climático está dividida en siete sectores y cuatro programas de actuación. Uno de ellos engloba medidas de mitigación que requieren la implicación del sector agrícola con medidas como la renovación de maquinaria agrícola, implantación de energías renovables, el uso de bioresiduos para hacer compostaje o la puesta de cubiertas con placas solares en los depósitos, que podría suponer hasta un 20 por ciento de ahorro en el consumo energético de las bodegas.
Junto a esto, el representante de la Oficina del Cambio Climático de Castilla-La Mancha ha mencionado la recuperación de usos tradicionales en la viticultura y el apoyo a la agricultura de conservación con cubiertas vegetales. “Poniendo una cubierta vegetal puedes ahorrar un 50 por ciento de herbicida y protege al suelo de la erosión”, ha detallado Rodríguez Torres.
¿Qué puede hacer la arquitectura por la sostenibilidad en el vino?
Alejandro Terriza, Ingeniero Agrónomo y responsable de Desarrollo Corporativo de la empresa de ingeniería y consultoría Alfatec, ha coincidido en la necesidad de convertir los problemas en oportunidades. Ahí aparece la certificación verde que garantiza la edificación sostenible. Los avances en tecnología BIM (construcción virtual) han permitido, además, garantizar un ahorro económico antes de iniciar la construcción de una bodega. Y es que hoy en día, se pueden hacer recorridos virtuales que permiten ver cómo será la bodega terminada y anticipar las interferencias entre instalaciones, maquinaria y obra civil, con un ahorro significativo de los costes de inversión y mantenimiento.
Más allá de las posibilidades de la tecnología, Dolores Huerta, arquitecta y secretaria de la asociación Green Building Council España, ha animado a “dialogar con el entorno” a la hora de edificar, es decir, utilizar todo lo que está en el entorno. Para Huerta, el edificio es la bandera de la empresa y “tiene que ser sostenible”. Asimismo, ha puesto como ejemplo el trabajo que hacen en certificación, evaluación y medición los más de 300 profesionales que forman la asociación a la que pertenece y que están intentando transformar el mercado y que la edificación sea sostenible. “Lo que no se puede medir, no se puede mejorar”
En Green Building Council España evalúan materias primas, procesos de construcción, épocas de uso y etapas del producto, entre otros factores. “En algunos edificios hay más de 150 materiales distintos, por eso hay que hacer el análisis del ciclo de estos materiales y de los sistemas de construcción”, ha explicado Huerta. Del mismo modo son objeto de evaluación la accesibilidad, adaptabilidad, salud, confort, beneficios al entorno, mantenimiento, seguridad, economía local, participación y eficiencia energética, a la hora de otorgar una certificación verde en edificación.
Transformar el residuo en recurso
Para cerrar las ponencias, los asistentes han contado con el ejemplo de la empresa Alvinesa, el mayor complejo industrial del mundo dedicado a obtención de alcoholes vínicos, ácido tartárico y aceite de pepita. La directora de Calidad de esta empresa, Elena Moliterni Merlo, ha expuesto cómo trabajan con los residuos que producen las bodegas. Así, “extraen de la uva toda la fuerza de su naturaleza”.
A Alvinesa llegan orujos, raspones, lías... los residuos de las bodegas. Y aquí se van a convertir en la materia prima para obtener alcohol industrial, alcohol de uso de boca (para encabezar los vinos de Jerez, brandies…), ácido tartárico y mucho más. En concreto, del orujo se puede sacar la pulpa para el sector bioenergético o para piensos; de la semilla extraen aceite crudo para industria de refino, harinas, colorantes naturales y aceites esenciales. De los raspones, las posibilidades pasan por convertirlos en enmiendas orgánicas para el suelo, por lo que “se devuelve al suelo el carbono que estaba fijado en la planta”, cumpliendo con la premisa de la economía circular.
Moliterni ha explicado que solo utilizan fuentes renovables y que pronto serán independientes en materia energética. Esta experta ha recomendado analizar el ciclo de vida de la economía circular, los impactos ambientales que se producen y la política de responsabilidad social que tienen. Están trabajando en nuevos proyectos con antioxidantes de la vid (resveratrol), estilbenos y próximamente en la extracción de los polímeros de la vid para la obtención de materiales 100% renovables y reciclables.