Los sonidos del monte: la berrea reina ya en la Serranía de Cuenca
El otoño ya ha llegado a los montes conquenses. Pronto lo confirmarán las tonalidades amarillas y marrones de las hojas de los árboles pero la imponente berrea del ciervo ibérico que reverbera ya en la Serranía de Cuenca anuncia que este periodo se está abriendo. Los machos en celo intentan demostrar a las hembras todo su poderío a través de sus bramidos. El reto: ser los elegidos para el apareamiento, lo que da lugar a un espectáculo sonoro único de la naturaleza que suele arrancar a mediados de septiembre y se prolonga hasta la primera quincena de octubre.
“Ya se puede escuchar en diferentes puntos de la Serranía de Cuenca algún bramido. Ahora todavía es débil porque hace calor aún”, reconoce Jaime Rodríguez Estival, de Ecoturismo Cuenca, firma que desde hace siete años desarrolla el programa ‘Descubre los secretos de la berrea’, que ofrece rutas interpretativas que permiten aprovechar al máximo este espectáculo.
“La berrea es la respuesta evolutiva de la especie a un fenómeno de selección sexual. Los machos más grandes, más fuertes, con la cornamenta más desarrollada, son aquellos que en teoría están más capacitados para traspasar los genes a la siguiente generación y son seleccionados por las hembras para la reproducción”, precisa el doctor en Ciencias Ambientales.
La intensidad de los bramidos va variando a lo largo de la jornada, siendo las primeras horas de la mañana y las últimas de la tarde los momentos más óptimos para disfrutar de este bello concierto de la naturaleza en todo su esplendor. Desde Ecoturismo Cuenca ofertan así dos sesiones para las rutas interpretativas: una de 7:00 a 12:00 -el llamado turno de madrugada- y otro, de 16:00 a 21:00 horas.
Ecoturismo Cuenca arrancó este año el programa el 17 de septiembre y lo extenderán hasta el 10 de octubre. “El periodo de celo dura unos 20-25 días”, detalla. No obstante, la firma alarga la iniciativa ‘Descubre los secretos de la berrea’ para enlazar con la ronca del gamo, que es muy parecida aunque no es tan espectacular, y que suele empezar sobre los días 2-3 de octubre.
En pleno corazón del Parque Natural de La Serranía, las salidas que organiza Ecoturismo Cuenca se llevan a cabo en Las Majadas, en un terreno privado dedicado a la actividad ganadera pero permeable a la fauna silvestre. “Allí se respeta la berrea y no se caza durante este periodo. Estamos encantados con este convenio”, apunta. “Gracias a este paraíso natural, tenemos la suerte de que los ciervos se pueden escuchar incluso en horas de luz. Con el paso de los años, los animales han aprendido que en ese territorio están a salvo de los disparos por lo que no esperan a que se haga de noche para berrear y también se pueden escuchar los bramidos practicamente hasta las doce de la mañana aunque la intensidad va variando”, puntualiza el responsable.
Los grupos pueden ser de hasta un máximo de 25 personas aunque Rodríguez Estival señala que los han reducido a en torno a 12 participantes para “mantener el equilibrio entre el disfrute al máximo de la actividad y la rentabilidad”. Durante estos siete años, el público que se ha ido sumando a este programa es muy variado aunque suele tener un denominador común: “Es gente concienciada por lo general. Sabe que no va a un safari y que no va a ver a los animales de cerca. Es fauna silvestre auténtica. Tratan de comprender y no quieren ver animales de granja. Es un turista que busca el disfrute del conjunto”.
“Nosotros presumimos de que se trata de una actividad real de ecoturismo”, hace hincapié el ambientólogo, que detalla que las salidas constan de una ruta interpretativa guiada -de unos dos kilómetros-, una breve charla interactiva -de unos 40 minutos-, almuerzo o merienda según el turno, la escucha reposada de la berrea y la ronca, y el avistamiento de ciervos y gamos desde un mirador natural con el apoyo de telescopios terrestres y prismáticos, todo acompañado por guías expertos en la materia “y sin molestar en absoluto a los animales”.
El objetivo de esta actividad es que los participantes puedan comprender este fenómeno en su totalidad: la importancia de la cuerna, por qué berrean, cuáles son los cambios fisiológicos que sufren tanto los machos como las hembras, su comportamiento durante este periodo y por qué se produce en este momento del año y no en otro. “Esto ayuda a que la gente disfrute de la berrea mucho más. No se trata de que vayan al monte solamente a escuchar a los ciervos. Va más allá”, asegura.
Los interesados en conocer este espectáculo único también pueden probar suerte por cuenta propia. Rodríguez Estival recomienda buscar un espacio en el que no haya demasiada gente porque los ciervos huyen de las personas. La zona del monumento natural de Los Palancares y Tierra Muerta o cualquier paraje de La Serranía Alta son un buen sitio para disfrutar de la berrea y la ronca, apunta el responsable de Ecoturismo Cuenca. “Es cuestión de buscarse un sitio tranquilo en el monte, poner oído y disfrutar”.