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Covid-19

La solidaridad no cierra en Cáritas

La entidad ha atendido a unas 580 familias en la provincia de Cuenca desde que se inició el estado de alarma
La solidaridad no cierra en Cáritas
10/04/2020 - Dolo Cambronero

Las desigualdades sociales pueden acentuarse durante esta situación de emergencia desencadenada por la Covid-19. Para ayudar a contrarrestar en parte esta crisis, Cáritas ha atendido en la provincia desde el inicio del estado de alarma a unas 580 familias, algunas de las cuales no estaban siendo acompañadas por la entidad con anterioridad. “Y, además, el apoyo es más intenso. Hay que ayudar más a la gente”, advierte Mari Paz Ramírez López, responsable de Comunicación y Economía Solidaria de la organización en Cuenca.

“A raíz de esta situación, hemos tenido que cambiar de un día para otro nuestra forma de ayudar a las familias”, señala, explicando que “es superior” el número de personas a las que antes no se atendía pero que ahora está reclamando ayuda porque se han quedado sin trabajo o no les han llamado para la campaña de Semana Santa.

Esta labor se engloba en el área de Acción en el Territorio de la entidad. Ramírez López detalla que se estaba haciendo la recogida de alimentos y productos básicos en las Cáritas Parroquiales a través de los voluntarios pero ahora se ocupan de esta labor los trabajadores de esta organización, aunque en coordinación con estos, con el fin de evitarles que se expongan a salir a la calle ya que en su mayoría son personas mayores y con perfil de riesgo frente a esta pandemia.

Además, se ha cambiado la periodicidad para que las familias salgan de casa lo menos posible: mientras que la entrega de alimentos se hacía antes todas las semanas, ahora el reparto es cada quince días aunque la cantidad de productos es mayor, también para evitar que las familias tengan que salir de casa. “Hay más necesidades. Ya estamos empezando a ver a hogares afectados por la situación”, lamenta.

La solidaridad no cierra en Cáritas

“También atendemos desde Cáritas Diocesana”, apunta, añadiendo que la mayoría del apoyo de la entidad en su conjunto es a personas de la capital, que es donde se concentra la mayor parte de la población. “Por ejemplo, en Priego, hay ocho o diez familias mientras que en una sola parroquia de Cuenca hay cuarenta”, explica.

Por otro lado, en el área de Economía Solidaria, la entidad funciona como agencia de colocación. Ahora están atendiendo de forma telefónica a las personas que estaban buscando trabajo. La responsable explica que los empleadores están contactando con Cáritas para contratar a gente, sobre todo en residencias de mayores. “En una semana hemos gestionado más ofertas que casi en un mes”, dice sorprendida. “La situación es crítica y ahora no hace falta tener titulación para trabajar en estos centros, por lo que podemos ampliar nuestro abanico a más de nuestra gente. Piden personal de limpieza, de cocina, de gericultura…”, precisa.

Desde Cáritas también forman para el certificado de profesionalidad de atención sociosanitaria. Muchos de los alumnos están trabajando ya y continúan con el aprendizaje a distancia.

Por su parte, en el área de Inclusión Social y Mayores, en sus centros residenciales están también confinados y no ha habido ningún caso de Covid-19. “Hay 34 personas y no ha entrado nadie nuevo”, puntualiza.

El albergue para personas sin hogar está completo todos los días y Cáritas también está al Ayuntamiento de Cuenca en los dos recursos que ha abierto estos días para que no haya gente en la calle.

Específicamente en el apartado de Mayores, se mantiene el servicio de comidas a domicilio y se ha planificado un equipo de retén por si hiciera falta en el caso de que algún compañero se enferme y se necesite sustitución. De todas maneras, se han tomado medidas excepcionales: las bandejas son ahora de usar y tirar y se deja la comida en la puerta del usuario para que la persona salga y no tenga que tener contacto con el personal de Cáritas.

“También hacemos acompañamiento telefónico para evitar que salgan. Si no hay red familiar, nos tienen a nosotros por si necesitan medicamentos o cualquier cosa”, resalta.

“Los niños necesitan ahora apoyo para hacer los deberes y las personas con un nivel socioeducativo más bajo lo tienen más difícil para ayudar a sus hijos. La desigualdad se acrecienta, se acentúa mucho más". 

En cuanto a la residencia de mayores de Huete, la responsable de Comunicación lamenta que hubo un fallecimiento por coronavirus y precisa que hay diez personas con síntomas que esperan a que se les haga el test. “Están aislados”, asegura Ramírez, que también resaltó la labor de los bomberos, que a principios de mes llevaron a cabo una desinfección de las dependencias y el entorno.

“También estamos muy coordinados con Cáritas regional y nacional y otras entidades sociales porque es una situación que no va a ser puntual. Esto no va a ser que se termina la crisis sanitaria y todo el mundo a sus puestos. A las personas más vulnerables, como siempre, les va a costar muchísimo más tiempo volver a una situación normalizada”, matiza.

Por ello, bajo el lema ‘Cada gesto cuenta. La caridad no cierra’, la entidad ha puesto en marcha una campaña en el ámbito nacional para recaudar fondos y alimentos, y para sensibilizar acerca de la situación. “Creemos que va a ser mucho peor que la crisis de 2008”, advierte, por lo que añade que “las personas más vulnerables tienen que estar acompañadas en una situación como la que estamos viviendo”.

En este sentido, hace hincapié en que las familias con menores a cargo son todavía más vulnerables: “Los niños necesitan ahora apoyo para hacer las actividades y deberes y las personas con un nivel socioeducativo más bajo lo tienen más difícil para ayudar a sus hijos. La desigualdad se acrecienta, se acentúa mucho más".