La plantilla de Correos en la provincia, que en la actualidad cuenta con algo menos de 300 trabajadores, se ha reducido en torno a un 20 por ciento en los últimos diez años como consecuencia de la crisis económica, unos años durante los que no se cubrieron las jubilaciones, aunque ya ha empezado a haber un cambio de tendencia y por ejemplo el pasado año hubo en Cuenca ocho nuevas incorporaciones y se prevé que a finales de este mismo año haya otras ocho más. Aunque la situación aún está lejos de ser equiparable a la de los buenos tiempos.
En el caso de la capital conquense, en UGT aseguran que en la actualidad hay 21 carteros en activo, aunque quedarían cuatro plazas sin cubrir, lo que obliga a los trabajadores a tener que abarcar un mayor número de direcciones o a que las cartas no lleguen a su destino con la celeridad que sería deseable.
La situación, además, se agrava en estos días de verano, pues al haber gente de vacaciones y no cubrirse su ausencia con contrataciones temporales el número de trabajadores en activo ronda los 15. Esto hace, según advierte el secretario territorial de UGT, José Azcoitia, que cada cartero tenga que cubrir dos secciones en vez de una y que por muchos de estos barrios solo pueda pasar cada dos días.
“Como lo que tenían que hacer dos personas lo hace uno, el correo se retrasa generalmente un día, con lo cual el consumidor se ve afectado”, advierte Azcoitia.
A ello hay que añadir la reducción en el personal de oficina, que en algunos días estivales ha pasado de siete a tres cuando son dos las oficinas que Correos tiene operativas en la capital.
En el caso de la provincia, mientras tanto, el problema reside sobre todo en las localidades de mayor población, como San Clemente o Motilla del Palancar, donde durante el verano pasan de contar con cinco efectivos a quedarse con dos o tres.
En CSIF llegan incluso a hablar de “caos” en el reparto, y este sindicato asegura temer además que lo que se pretenda sea una “desmantelación” del servicio, aunque en CCOO no ven la situación tan negativa, y valoran las últimas plazas que han salido a oposición: 1.606 el año pasado para todo el país, 2.443 este año y unas 1.900 que se prevén para 2019.
Sí reconocen que hay cierta “sobrecarga” y que no se han cubierto todas las jubilaciones de los últimos diez años, pero no obvian que, sobre todo a partir de 2007, “el volumen de cartas empezó a bajar mucho”. Eso sí, ha subido la paquetería gracias al auge de las ventas por internet y, a fin de cuentas, “aunque haya menos cartas los recorridos que se hacen son los mismos”.
UGT y CCOO sí coinciden en que la empresa debería hacer un mayor esfuerzo en promocionar sus servicios y buscar nuevos mercados en un momento tan complicado como el actual, en el que existen un buen número de empresas de mensajería privada que les hacen competencia. Empresas que, denuncia Azcoitia, realizan además una competencia “desleal” al tener a sus trabajadores en condiciones muy precarias, en ocasiones “con sueldos mínimos y obligados a darse de alta como autónomos, porque así les salen más baratos”.
Solución
En UGT tienen claro que el Gobierno central debe dar una solución al servicio de Correos en Cuenca y en el conjunto del país, un servicio que califican de “público y fundamental” en torno a cuyo futuro los representantes sindicales están de hecho negociando con el ejecutivo que preside Pedro Sánchez, en el que perciben que “hay intención de diálogo”, lo que ha llevado a paralizar de momento las movilizaciones que se habían previsto para exigir un aumento de la partida que los Presupuestos Generales del Estado (PGE) destinan a esta empresa pública y que se renueve el convenio colectivo del sector, acciones entre las que se habían anunciado una huelga general en noviembre y otras dos en diciembre, aunque ahora todo dependerá de cómo vayan las negociaciones.