La Diputación de Cuenca y la Universidad de Castilla-La Mancha continúan trabajando de forma conjunta en el proyecto de Erasmus Rural, universitarios ante la despoblación cuyo objetivo es que estudiantes hagan prácticas durante tres meses en municipios de menos de 5.000 habitantes.
En esta segunda edición ya han sido once los municipios que han acogido o están acogiendo estas prácticas: Ledaña, Beteta (donde han ido dos estudiantes), Villar de Olalla, Valverde de Júcar, Villanueva de la Jara, Huélamo, Huete, El Provecncio, San Lorenzo de la Parrilla, Campillo de Altobuey y Arcos de la Sierra; el Ayuntamiento de Ledaña también tuvo un estudiante en prácticas pero renunció a la beca después de doce días. Todavía quedan dos becas disponibles que comenzarán en el próximo mes de octubre y cuyo proceso de selección se llevará a cabo estas semanas.
El presidente, Álvaro Martínez Chana, ha reiterado el compromiso de la Diputación de Cuenca con este programa al que dedica 50.000 euros de financiación porque sigue la hoja de ruta que está marcando esta legislatura en cuanto a colaboración institucional se refiere para afrontar algo tan complicado como es el reto demográfico.
Esta segunda edición arroja datos muy interesantes como por ejemplo que la gran mayoría de los estudiantes están apostando por empresas del medio rural, algunas reconocidas y en crecimiento como Rujamar, Solán de Cabras, Agroptium o Frivall; pero también está la Fundación Florencio de la Fuente o ayuntamientos como Huélamo o Arcos de la Sierra. En definitiva, entidades que ofrecen oportunidades para que estas personas se queden.
El revertir la tendencia demográfica es algo para lo que “no hay varita mágica”, pero la suma de voluntades está sirviendo para que iniciativas como esta de la UCLM haga que lo más valioso que tenemos como territorio, que es nuestro talento, se una a nuestros pueblos en una simbiosis que es beneficiosa para todos, a juicio de Martínez Chana, ya que los estudiantes traen conocimientos sobre las últimas tendencias y la sociedad rural puede formarles en prácticas y valores que han ido pasando de generación en generación y que todavía se conservan en nuestros pueblos.
Esta es la relación de jóvenes que están llevando a cabo las prácticas o las han realizado: