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El sector del mimbre baraja una merma de cosecha del 30 por ciento

Las heladas tardías y los daños causados en las explotaciones por la fauna salvaje son las principales causas de esta situación que, además, compromete la calidad del producto
Fotos: Saúl García
24/01/2025 - Ricardo Vega/LN

La campaña de mimbre se presenta este año complicada para los productores  de la provincia, quienes advierten de una bajada de cantidad y calidad de la producción debido, principalmente, a los efectos de las heladas tardías de primavera y los daños provocados por la fauna silvestre, como ciervos y gamos.

En estos momentos se está en plena fase de corta de varillas, actividad que se prolonga desde noviembre hasta abril, por lo que aún es pronto para hablar de cifras. Si bien, las primeras estimaciones hablan de una merma en torno al 30% de una cosecha normal, lo que supone un volumen similar a la del pasado año en la que la cosecha se vio muy afectada por el pedrisco.

Así lo ponen de manifiesto mimbreros como Javier Moriana, de la empresa de Cañada del Hoyo ‘Mimbres Moriana’, dedicada al cultivo, producción y comercialización de este producto, quien estima que este año se producirán cerca de dos millones de kilos de mimbre verde, un volumen que tras el secado se reduce a la mitad.

Aunque en algunas áreas, como Cañamares, la producción se mantiene más estable, otras zonas, como Beteta y Villaconejos de Trabaque, han experimentado una caída considerable. Pero además de la merma en producción la calidad también se ve seriamente comprometida, tanto por las heladas tardías que han secado muchos brotes como por los daños cinegéticos que, aunque de forma desigual, en algunas comarcas son “devastadores”.

De hecho, productores como Antonio López, de Cañada del Hoyo, destaca que la de fauna silvestre ha dañado el 50 % de su producción.  “Los animales entran y mordisquean las plantas, lo que reduce la calidad y por tanto, el valor en el mercado”.

El mimbre, un cultivo que no requiere replantación anual, se corta durante los meses de invierno, cuando la savia de la planta está detenida. Este proceso permite aprovechar cada año las mismas plantas, pero la invasión de fauna salvaje está causando graves estragos. “Aunque lo tenemos vallado, luchar contra la naturaleza es muy difícil”, lamenta López.

Además de por estos hechos, la calidad que históricamente posicionó la huerta mimbrera de Cuenca entre las mejores de Europa, también ha disminuido. “Año tras año, se pierde debido al envejecimiento de las plantaciones, muchas de más de 50 años”, explica Moriana, quien destaca que la falta de ayudas contribuye a esta falta de renovación de la planta, lo que limita su uso para productos de alta gama.

 

El envejecimiento de la huerta mimbrera y la falta de relevo generacional son dos de los problemas acuciantes del sector

La mayoría del mimbre producido actualmente se destina a productos de menor valor, como vallados de cerramiento. Para ello, una vez cortado, el mimbre es clasificado por medidas y, tras secarlo y deshidratarlo, se utiliza al natural.  

Atrás quedan los tiempos en que el mimbre pelado y descortezado dominaba el mercado artesanal.  Alicante y Barcelona son los principales destinos nacionales, mientras que Alemania, Francia e Italia lideran las demandas internacionales.

Moriana lamenta la creciente desvalorización del mimbre en el mercado local y la desaparición de la artesanía tradicional, que históricamente fue un uso importante de este material. “En el extranjero valoran mucho la artesanía, mientras que aquí no se le está dando la importancia que merece”, afirma.

 

Competencia de terceros países

A este panorama se suman los problemas económicos que enfrenta el sector del mimbre. La rentabilidad ha caído drásticamente en los últimos años debido a la competencia de países con costes de producción más bajos, como China y Polonia, lo que ha hecho que muchos jóvenes se alejen de la producción. “Es muy duro mantener el mimbre, los costes siguen subiendo mientras que los precios no se mueven”, lamenta Antonio López.

El panorama para el mimbre de Cuenca es complejo, ya que, además de los problemas mencionados, el sector se enfrenta a la falta de relevo generacional. “El campo se está quedando sin jóvenes que quieran trabajar en la agricultura. “Sin productores nuevos, esta actividad desaparecerá en una década”, advierte Moriana. Algo con lo que coincide López, quien destaca que si no se implementan medidas para proteger y revitalizar el sector, el mimbre de Cuenca “tiene fecha de caducidad”.

Entre los problemas estructurales, los productores denuncian la falta de coberturas adecuadas en los seguros agrarios. “Agroseguro no cubre las heladas, uno de los principales problemas en los últimos años”, critica Moriana. Además, lamenta la falta de certificaciones que respalden el uso del mimbre en contacto con alimentos, una exigencia creciente en los mercados internacionales. Esta carencia, dicen, está limitando el uso de las tradicionales cestas de pan “que tanta salida han tenido siempre”.

 

Los productores piden ayuda a la administración para proteger y revitalizar el sector, de lo contrario dicen que el mimbre de Cuenca “tiene fecha de caducidad”

Para garantizar la sostenibilidad del sector consideran que es necesario promover el uso del mimbre, dar ayudas al sector y, sobre todo, interesarse por esta actividad tradicional “que tiene tanto potencial”. Además, destacan la importancia de contar con certificaciones que garanticen que el mimbre puede estar en contacto con alimentos, una exigencia creciente en mercados internacionales.

Los productores piden apoyo institucional para fomentar la renovación de las plantaciones y la creación de un sistema de protección del producto local que permita competir con los precios internacionales sin sacrificar la calidad. 

 Asimismo, consideran que es necesita fomentar la artesanía local y promover este material como una alternativa viable y atractiva. “En Galicia y Cataluña, las administraciones han comenzado a preocuparse por promover la artesanía y proteger el sector. Necesitamos medidas similares aquí, como ayudas, normativas claras y cursos de formación”, concluye Moriana.