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El sector del girasol prevé un aumento de superficie de siembra de un 7,4% en Cuenca

Las organizaciones agrarias estiman que se alcanzaran las 130.000 ha, unas 9.000 más que otros años, a pesar de que esta vez se podían cultivar las 85.000 ha de barbecho de la provincia
El sector del girasol prevé un aumento de superficie de siembra de un 7,4% en Cuenca
Foto: Carlos Cifuentes (Asaja Cuenca)
25/05/2022 - Miguel Ángel Ramón

El delicado escenario que está dejando la guerra de Ucrania en el mercado español del cereal y el girasol obligaba hace unas semanas a las autoridades a tomar cartas en el asunto y en un intento de paliar la situación se tomaba la medida excepcional de permitir este año a los agricultores cultivar las tierras del barbecho obligatorio. Medida que no parece haber calado en exceso en la provincia de Cuenca, a tenor de las estimaciones que barajan las organizaciones agrarias, que apuntan a un discreto incremento de la superficie destinada a este cultivo en la provincia, ahora que ya se encuentran bastante avanzadas las labores de siembra.

No en vano, desde Asaja Cuenca, su secretario provincial, Manuel Torrero, señala que las primeras estimaciones apuntan a que en esta campaña la superficie dedicada al girasol vaya a pasar de las habituales 121.000 hectáreas a unas 130.000; es decir, en torno a 9.000 más que en otras campañas (+7,4%), lo que supone que se vaya a cultivar tan solo el 10,5 por ciento de las casi 85.000 hectáreas de barbecho existentes en la provincia.

Torrero sitúa entre los motivos de esta reacción los daños por la caza mayor. Y es que, tal y como subraya, hay zonas de la provincia, como La Alcarria, El Campichuelo o La Serranía Media y Baja, en las que éste es un problema que se ha convertido en algo endémico y se ha dejado de cultivar girasol.

A ello se suma, a su juicio, el actual escenario de incertidumbre, porque “estamos produciendo a costes muy elevados, pero no tenemos ninguna señal que garantice que los precios del girasol en campaña vayan a ser acordes con los elevados costes de producción; y, de hecho, ahora mismo, es muy difícil averiguar un precio orientativo”.

Y, en este sentido, el secretario provincial de Asaja Cuenca considera que tanto el sector extractor como el almacenista y los grandes distribuidores han perdido “una gran oportunidad para ofrecer estabilidad al sector, porque cuando el agricultor había apostado por incrementar la superficie de siembra y, en consecuencia, el gasto y la producción y, de esta manera, intentar empezar a reducir esa dependencia de España de los mercados exteriores, agravada por la guerra de Ucrania, el silencio ha sido su respuesta”.

Pero éstos no han sido los únicos motivos de la escasa aceptación de esta medida excepcional entre los agricultores de la provincia, al menos, en opinión de Vicente Caballero, responsable de la Sectorial de Oleaginosas de UPA C-LM, que se inclina más por el hecho de que “los barbechos sean tierras de menor calidad y menos productivas y cuando siembras algo necesitas que haya un rendimiento mínimo garantizado, máxime teniendo en cuenta los elevados costes de producción actuales”.

Aun así, desde UPA se considera esta medida como muy positiva, puesto que “viene a dar respuesta a las necesidades del momento con una guerra en Ucrania –nuestro principal proveedor de aceite de girasol– y con la que se pretende paliar la actual situación de dependencia”.

 

Campaña de siembra

Entre tanto, las tareas de la siembra del girasol en la provincia de Cuenca se están desarrollando con total normalidad, según subrayan tanto Torrero como Caballero, que explican que se iniciaron a principios de mayo y ya se encuentran bastante avanzadas.

Las tormentas en la segunda mitad del mes de abril han permitido, tal y como coinciden en afirmar, que la tierra se encuentre en la actualidad en unas óptimas condiciones para el desarrollo de estos trabajos, que concluirán en unos días, en torno a la última semana del presente mes de mayo.

No opinan, sin embargo, lo mismo a la hora de hablar de las perspectivas de la campaña. Así, mientras el responsable de la Sectorial de Oleaginosas de UPA C-LM se muestra optimista y apunta a unas buenas perspectivas de desarrollo del cultivo, teniendo en cuenta la humedad actual del terreno y las condiciones climatológicas, eso sí contando con lluvias en la segunda mitad de junio cuando la planta comience a echar el botón floral,  el secretario provincial de Asaja Cuenca se muestra mucho más cauto y recalca que todo dependerá de lo que ocurra en los próximos diez días.

Y es que, según Torrero, comienza a cundir cierta preocupación entre los cultivadores de girasol ante las altas temperaturas de los últimos días y la inminente ola de calor, que pueden resecar la parte más superficial del terreno y dificultar la nascencia del girasol, lo que puede desembocar en parcelas con zonas sin que la planta haya podido nacer. De ahí que considere complicado hacer en estos momentos una estimacion de la campaña, porque esos posibles problemas de nascencia influiría definitivamente en la producción final.

En relación a las perspectivas del precio del girasol, desde UPA se baraja que a futuro sean bastante elevados como resultado directo de la actual situación del mercado condicionado por la guerra de Ucrania y el problema de suministro y, como muestra, habla de los contratos para la cosecha de este año que se están ofreciendo en estos momentos con precios por encima de los 600 euros por tonelada.

Asaja, por su parte, a pesar de confirmar estos contratos, que incluso llegan a superar los 800 euros, aclara que están por debajo de la cotización actual del aceite de girasol en el mercado internacional, por lo que los agricultores están optando por no firmarlos y jugársela a la cotización del mercado en el momento. De ahí que insista en lo complicado de vislumbrar cuál va a ser el comportamiento de los precios en campaña.

El bajo rendimiento, los daños de la caza y la incertidumbre por los precios, entre los motivos de los productores conquenses para no sembrar más girasol