Si hay un elemento común en las fiestas de invierno que van desde la Inmaculada hasta Santa Águeda, son las hogueras. Un rito ancestral de purificación y renovación que destaca especialmente en las fiestas de San Blas que se celebran en Santa Cruz de Moya del 1 al 6 de febrero.
Unas fiestas que también se dedican a Santa Bárbara y a Santa Águeda, además de a la Virgen Candelaria, a la que en las vísperas honran con una gran hoguera en la Puerta de la Iglesia que da el pistoletazo de salida a las fiestas más tradicionales y queridas de esta localidad conquense.
El trasiego de leña desde el monte hasta la Plaza Mayor para alimentar las cinco grandes hogueras que iluminarán la convivencia nocturna de las fiestas de San Blas, es la constante de estos días entre los vecinos de la aldea de Las Rinconadas, que este año son los ‘Mayordomos’ encargados de la organización de esta singular celebración en la que destacan antiguos ritos de corte militar como el Correr de Banderas y Volteo del Chuzo o las vistosas y sentidas danzas y paloteos en honor a los patrones que tienen especial relevancia los días de San Blas y Santa Bárbara.
Tradiciones que, a usos y costumbres, se vienen celebrando desde hace siglos y en las que destaca especialmente la implicación de los vecinos de Santa Cruz de Moya para seguir manteniéndolas vivas a pesar de la despoblación que atenaza a la provincia, y a la que no escapa esta localidad de apenas 250 habitantes. De hecho, los siete barrios – cinco más las aldeas de La Olmeda y Las Rinconadas’, que formaban parte de la rueda de organización de los festejos han pasado a ser cinco, de esta forma se puede agrupar un mayor número de vecinos para sacar adelante las fiestas, puesto que aunque el Ayuntamiento colabora el peso recae en los barrios.
“Al que le toca organizar se encarga de todo, desde las orquestas y verbena a la leña de las hogueras, y cuando hay poca gente la verdad es que es complicado”, señala el alcalde, Virgilio Antón, quien destaca que en el caso de Las Rinconadas solo son 25 los vecinos que viven a lo largo del año.
ORGANIZACIÓN
Sergio Pérez Rodríguez, es uno de los mayordomos de las fiestas de este año y al igual que sus vecinos, se ocupará de que todo funcione. La tarea no es fácil pero “entre todos nos organizamos” y además destaca que cuentan con la ayuda de los vecinos de Las Rinconadas que residen en otros lugares.
“Tenemos una asociación cultural que lleva funcionando ininterrumpidamente desde hace casi cuarenta años y tenemos mucha conciencia de trabajar en grupo y colaborar. Y la verdad es que los de fuera nos están ayudando mucho”.
Además de organizar, ‘los mayordomos’ –entre los que también están los Cargos: Capitán, Abanderado, Chuzo y Paje– se ocupan de todo, desde la barra de las verbenas a la limpieza. Eso sí, reconoce que “levantas la mano y ayuda cualquiera”.
El esfuerzo y la responsabilidad es mucha pero lo importante, dice, es que los pueblos puedan seguir manteniendo el legado cultural que han heredado de sus ancestros.
Sergio es uno de los componentes del grupo que hace unos siete años recuperó las danzas tradicionales de estas fiestas que durante años estuvieron perdidas y que hoy tiene garantizada su continuidad con los jóvenes que se han ido sumando, y que son la mayoría del grupo en estos momentos. “Yo tengo un hijo de 16 años que no está muy comprometido en la organización de otras fiestas como las de verano, que son más lúdicas, pero con estas lo tiene claro. Hace mucho que danza y tiene clarísimo que tiene que dejar otras actividades para dedicarle tiempo porque, claro, hay que ensayar”, señala Sergio Pérez.
La mayoría de los danzantes viven en Santa Cruz, aunque según destaca el alcalde (que también participó en su recuperación) se trata de un grupo abierto en el que también se han integrado algunos que residen fuera. Una forma, dice “de que la tradición se arraigue y no se pierda”, pero también de un aliciente para que visiten más el pueblo a lo largo del año.
Las danzas y el paloteo reverberan ya en Santa Cruz de Moya, donde se ultiman los preparativos para celebrar sus fiestas más emblemáticas que, además, son un importante revulsivo para la economía local puesto que según señala Virgilio Antón, la población se multiplica por tres.
Y es que las fiestas, de San Blas son fechas que vienen marcadas en rojo en el calendario de los vecinos de Santa Cruz que residen en otros lugares, y también para los de la comarca de esta hermosa población conquense que desde la Serranía de Cuenca domina el valle del Turia, ya en la frontera con las provincias de Teruel y Valencia, por lo que el primer edil destaca que las fiestas patronales “no dejan de ser una fuente de generación de recursos para la hostelería y el turismo”, que tiene una gran importancia, por lo que aprovecha la ocasión para lanzar una invitación a la provincia.