Santa Cruz de Moya: el pueblo que no olvida
En las serranías de Cuenca, Teruel y Valencia es fácil encontrar huellas guerrilleras. A pesar del paso del tiempo, aún quedan en pie casas y corrales que sirvieron de escondite o de punto de apoyo. Unas piedras amontonadas o restos apenas irreconocibles de unas cabañas son el testimonio de los campamentos de aquel ejército poco pertrechado que mantuvo viva la llama de la República.
Recorrer estos paisajes donde se desarrollaron los diferentes episodios guerrilleros es encontrar retazos de las vidas de aquellos hombres y mujeres que vivían pegados a las piedras en lucha por unos ideales.
Un punto destacado de aquellas gestas es Santa Cruz de Moya, el pueblo que sigue empeñado en no olvidar su pasado para recomponer su futuro.
Aquí, a finales del verano de 1945, guerrilleros provenientes de la invasión del Valle de Arán establecieron contacto con significadas personas de izquierda de Santa Cruz de Moya.
Desde aquel primer encuentro, y hasta el asalto definitivo al campamento guerrillero de Cerro Moreno en noviembre de 1949, Santa Cruz de Moya y sus aldeas – La Olmeda, Higueruelas y Rinconadas, y sus rentos, Ochova y La Casa del Marqués, constituyeron el principal punto de apoyo y refugio para los hombres del 11º sector de la Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón (AGLA).
Esta red estable y comprometida con la lucha de los guerrilleros se cimentó sobre la base del respecto, del apoyo de no ejercer ninguna represalia en el pueblo.
Son estos episodios los que cada año se relatan, cada vez con menos presencia del testimonio en persona de sus protagonistas por la lógica que impone el paso de los años, en las jornadas 'El Maquis en Santa Cruz de Moya' que, organizadas por La Gavilla Verde, cumplen este año su 25 aniversario.
En este cuarto de siglo se se han consolidado como cita obligada para historiadores y colectivos memorialistas sumando ahora, tras años de lucha, la creación del Centro de Interpretación de la Guerrilla Antifranquista (CIGA).
En su inauguración han participado este sábado el vicepresidente primero del Gobierno regional, José Luis Martínez Guijarro; y la directora general de Memoria Histórica del Gobierno de España, Zoraida Hijosa; además del alcalde de la localidad, Virgilio Antón, y el presidente de La Gavilla Verde, José Gorgues, entre otros.
Presentes también representantes de una delegación de la localidad francesa de Prayols, encabezada por su alcalde Francis Laguerre, puesto que el hermanamiento entre ambos municipios cumple también su 20 aniversario.
Haciendo balance de todo este tiempo, Gorgues destaca el empeño por dar visibilidad a los guerrilleros que formaron los maquis en España, pues ellos son “los grandes olvidados de la historia reciente de España“.
Por ello, desde La Gavilla Verde buscan con estas jornadas “darles voz, contando sus historias“. Una tarea en la que contarán ahora como aliado con el nuevo Centro de Interpretación, un “anhelo“ de todas las juntas directivas de la asociación que arrancó con la labor de Pedro Peinado, fallecido en diciembre de 2014, y muy recordado en este día.
El CIGA va a permitir difundir la historia de los maquis, por lo que desde La Gavilla Verde quieren implicar en su actividad al mundo académico a través de la organización de visitas del alumnado de colegios e institutos para que conozcan la historia y los lugares de la memoria guerrillera.
“Estamos hablando de clases de historia en el propio medio en el que se produjeron los hechos“, ha añadido José Gorguez, quien considera que para los jóvenes puede ser una forma lúdica de aprender, pero sin olvidar el rigor histórico.
Un lugar de investigación, estudio y divulgaciónEl Centro de Interpretación de la Guerrilla Antifranquista ha abierto sus puertas con una sala expositiva en la que actualmente se ha instalado la muestra ‘Maquis. Crónica de la Guerrilla Antifranquista‘, para si algo destaca es el archivo que durante 25 años ha ido conformando La Gavilla Verde a través de donaciones de instituciones, guerrilleros y particulares.
En este punto, desde el colectivo memorialista tienden la mano a la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) para organizar cursos, seminarios, prácticas curriculares o estancias del alumando universitario. También a investigadores e historiadores de todo el país que quieran ampliar sus conocimientos en esta materia desde Santa Cruz de Moya.
Desde La Gavilla Verde aspiran a que este centro se convierta, por tanto, en un lugar de investigación, estudio y divulgación de este período histórico de resistencia a la dictactadura franquista en el medio rural.
Por su parte, el vicepresidente primero el Gobierno regional, José Luis Martínez Guijarro, ha reivindicado a Santa Cruz de Moya como “faro en la lucha por la libertad y la democracia en nuestro país”, al tiempo que ha defendido la necesidad de visibilizar lo que fue la guerrilla “y quitar el estigma que algunos puedan tener contra los maquis". Y ha añadido que en pleno siglo XXI, cuando vuelven a resurgir estos movimientos por todo el mundo, ”es importante que los jóvenes conozcan lo que significa la lucha contra los fascismos".
Del mismo modo, ha ensalzado el “tesón” de La Gavilla Verde, asociación que será la encargada de gestionar este espacio, y del propio Ayuntamiento de Santa Cruz de Moya a lo largo de muchos años para poder hacer realidad centro para que se convierta en punto de encuentro. "Quien no conoce la historia, está condenado a repetirla", ha sentenciado.
En esta misma línea ha abundado la directora general de Memoria Histórica del Gobierno de España, Zoraida Hijosa, quien ha defendido la necesidad de impulsar políticas públicas para conmemorar y divulgar la memoria.
Finalmente, el alcalde de la localidad, Virgilio Antón, ha tenido palabras de agradecimiento para todos los presidentes de La Gavilla Verde así como para los alcaldes que le han precedido, pues "sin el apoyo de todos, nada de esto hubiera sido posible".