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Los retos del sector del vino en la provincia

Vinos ecológicos, espumosos, atractivos coupages, monovarietales, jóvenes, crianzas o contundentes reservas evolucionan para llegar a todos los segmentos de la población
Los retos del sector del vino en la provincia
Fotos: Mario Gómez
13/04/2019 - C.I.P.

Calidad, imagen, precio y mucha variedad. Eso es lo que el mercado encuentra en los vinos de Cuenca, un sector que no deja de innovar para seguir ampliando la cartera de clientes. Especialmente en el ámbito internacional, al que las bodegas de la provincia destinan el grueso de su producción, aunque sin descuidar su presencia en el nacional. Un mercado más difícil pero en el que, poco a poco, los caldos conquenses se tienen más en cuenta por parte de los operadores.

Vinos ecológicos, espumosos, atractivos coupages, monovarietales, jóvenes, crianzas o contundentes reservas que han evolucionado para llegar a todos los segmentos de la población, que este jueves presumían en Cuenca de la gran calidad de un sector que es punta de lanza en la economía de la provincia. Eso sí, con muchos retos por delante.

Los retos del sector del vino en la provincia

Aumentar el volumen de vinos embotellados, dirigir las producciones hacia la calidad más que a la cantidad, reforzar las estructuras de comercialización y seguir avanzando en la investigación y en la innovación para adecuar la oferta a la demanda de un mercado cada vez más exigente, son algunos de los retos que afronta el sector vitivinícola a medio y largo plazo.

El objetivo último es mejorar la rentabilidad de un sector “que es clave en el desarrollo de nuestra provincia y de la región”, dice el portavoz de la sectorial de vinos de Cooperativas Agroalimentaria de Castilla-La Mancha, y a su vez gerente de la cooperativa Nuestra Señora de Manjavacas, de Mota del Cuervo, Juan Fuentes, quien destaca que cada vez son más bodegas las que apuestan firmemente por mejorar su estructura comercial, y en el caso de las más pequeñas se tiende a una unión que permita salir con mayor fortaleza al mercado. “Se está gastando dinero en mejorar la imagen y los planes de comercialización, y eso poco a poco va obteniendo sus frutos”.

De hecho, la provincia ha consolidado unas exportaciones que superan ya los 85 millones de euros. Eso sí, debido a la abundante cosecha que tanto en España como en el resto de países productores se registró la pasada campaña, a día de hoy las existencias en bodega son mayores que las del año pasado por estas fechas y aunque los precios se han recuperado un poco los movimientos de mercado “van despacio y lentos”. Una situación que según señala Fuentes está generando “una cierta preocupación en el sector.

El dato positivo es que el mercado de los vinos embotellados “va bien” y eso, dice, “da una cierta esperanza”.

Los retos del sector del vino en la provincia

La lectura que hace el sector de esta circunstancia es que la diferenciación de calidad en el mercado es fundamental y en esta línea trabajan intensamente las bodegas de la provincia. Las ayudas del Gobierno regional para mejorar las infraestructuras, procesos de producción o comercialización como Vinati o el programa FOCAL, que ya ha invertido 12 millones de euros en la provincia de Cuenca, han supuesto una importante herramienta para animar a las empresas y cooperativas a poner en marcha proyectos más ambiciosos para mejorar su competitividad, especialmente en el mercado internacional que es donde se destina el grueso de la producción vitivinícola de la provincia.

A ello han contribuido igualmente de forma notable las ayudas a la promoción en terceros países, junto a otras líneas de colaboración como las del IPEX, las que se promueven desde las Denominaciones de Origen, o las propias bodegas. Con todo, Fuentes destaca que aún queda mucho camino por recorrer.

"Hasta ahora las grandes inversiones se han destinado a la transformación y pocas a la comercialización”

El sector ha dado un salto cualitativo durante los últimos años, pero no es menos cierto que hasta ahora las grandes inversiones “se han destinado a la transformación y pocas a la comercialización”. Un área en la que ahora ponen sus miradas todas las empresas.

“Sabemos de siempre que los vinos de Cuenca son muy buenos. Tenemos mucha diversidad de zonas, de suelo, de clima, de variedades, se elaboran bien y tienen los precios más competitivos. Todo esto tenemos que aprovecharlo como una oportunidad comercial que poco a poco tiene que llevarnos a tener éxito”.

Y es que incide en que la riqueza y diversidad de los vinos de Cuenca –que se elaboran al amparo de cuatro Denominaciones de Origen: La Mancha, Manchuela, Ribera del Júcar y Uclés– no tienen comparación con ninguna otra provincia de la región, y prueba de ello, dice, es que se quedan por encima en cualquier certamen que se presenten.

“Ahora, lo que nos queda es saber trasladarlo al mercado y saber qué es lo que quiere el consumidor para dárselo”, enfatiza el portavoz de la sectorial vitivinícola de Cooperativas Agroalimentarias de Castilla-La Mancha, quien además destaca la “gran baza” que supone el valor añadido que aporta la agricultura ecológica en un momento en el que las tendencias están cambiando hacia un consumo de productos de cultivo ecológico con poca intervención en bodega, sin aditivos y más respetuosos con el cuidado del medio.

“Es algo muy interesante, puesto que supone un buen atributo para llegar a los mercados, no conlleva más coste y además aporta un valor añadido para los viñedos viejos, una posible solución”.

De hecho, son muchas las bodegas de la provincia que ya se han sumado a este carro, especialmente en los últimos años. Y eso se dejaba ver en el Concurso Vinos de Cuenca, que en esta XXVII edición que se celebraba este jueves en el recinto de la Hípica.