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El retablo de San Pedro de la Colegiata de Belmonte vuelve a la vida

El Centro de Conservación y Restauración de la Diputación Provincial está trabajando para recuperar el esplendor de esta obra
Fotos: Lola Pineda
23/09/2024 - P.M.

El Centro de Conservación y Restauración de la Diputación Provincial de Cuenca tiene un nuevo trabajo entre manos. Se trata del retablo de San Pedro de la Colegiata de Belmonte que está compuesto por seis pinturas sobre tabla y cuyas dimensiones son 257 centímetros de alto por 174 de ancho. Tiene forma de tríptico con tres escenas en cada piso separadas por finas pilastras de madera, la figura central superior está bajo un ornamentado dosel, todo ello sobre una base lisa de madera a modo de predela sin decoración alguna salvo los dos remates laterales en diagonal de sencilla labra con un orificio circular a cada lado.

La escena inferior izquierda de este retablo corresponde a la Estigmatización de San Francisco de Asís, en el recuadro central se representa la Misa de San Gregorio, mientras que en el de la derecha tenemos a San Jerónimo. En la parte superior, por otro lado, se encuentran de izquierda a derecha las escenas de San Pedro predicando, San Pedro en su cátedra vestido de Pontifical, y San Pedro liberado de la cárcel por un ángel.

La obra, que llegó hace unas semanas a este centro cuya ubicación no se puede desvelar por motivos de seguridad, está siendo tratada, pero es pronto para saber el tiempo que durarán las tareas de recuperación, aunque calculan que se extenderán durante cerca de un año tal y como señala Enrique López, uno de los técnicos de restauración que está trabajando en esta pieza.  

La obra fue retirada de la Colegiata siguiendo un estricto protocolo para no dañarla aún más, viajó hasta el Centro de Conservación y Restauración en horizontal, perfectamente envuelta para evitar roces en el camino y, además, cubierta de un empapelado de protección que los propios técnicos adhirieron directamente a la pintura para evitar la pérdida de fragmentos de pintura.

Una vez llegó al centro se estudió el estado en el que estaba el retablo y se empezó a trabajar en él.  La tabla sobre la que están pintadas las diferentes escenas tiene una capa de esparto y un estuco hecho a base de una mezcla de yeso y cola de conejo que actúa como superficie aislante entre la pintura y la madera porque al ser esta última un material orgánico tiene fluctuaciones con los cambios de humedad y temperatura. Así, este estuco actúa de “colchón amortiguador”, señala López. Una vez la capa de estuco estaba perfectamente aislada y pulimentada se daba la pintura y ahora, los técnicos se han centrado en volver a adherir al soporte los fragmentos de color que se han levantado con el paso de los siglos. “Lo hacemos utilizando un adhesivo de cola de conejo y después se plancha con una espátula térmica para dejarlo liso”, cuenta el técnico. 

Una vez ha concluido esta fase de trabajo están retirando el empapelado de protección y se están realizando catas de limpieza para retirar el barniz envejecido mediante geles de agua en los que el pH permite su solubilización. “De esta forma estamos evitando la utilización de disolvente que siempre son más agresivos tanto para la obra como para el trabajador”, apunta Enrique López. 

Una vez ese barniz se retire podrán ver el color inicial de la obra y se repintarán las zonas en las que haya falta de color, todo ello utilizando técnicas fácilmente reversibles por si en un futuro se tienen que volver a restaurar. 

Además, se restaurará la madera porque, por ejemplo, en el pináculo se han perdido algunos elementos decorativos, se limpiarán y estucarán las zonas en las que falte material y, por último, se reintegrará el color. 

El paso final será barnizar de nuevo la obra para que pueda ser disfrutada durante muchos años más en la Colegiata. Eso sí, todo el proceso de restauración quedará registrado en un informe del que se harán tres copias, una para el Ayuntamiento, otra para la Colegiata y otra para la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha con el objetivo de que, en caso de tener que volver a pasar por un ‘quirófano’ de élite como este, los restauradores tengan a su alcance toda la información necesaria de las actuaciones llevadas a cabo.