La gestión tanto de la residencia de mayores La Cerca de Huete como del albergue de transeúntes de la capital conquense son deficitarias para Cáritas Diocesana de Cuenca, que en los últimos dos años ha tenido que afrontar un gasto extraordinario de 226.000 euros para mantener estos recursos económico.
El déficit económico de la residencia, que cuenta con un total de 67 usuarios, que en 2017 fue de 72.000 euros, alcanzó el pasado año los 88.000 euros, 16.000 por encima.
El director de Cáritas, José Martín, advierte de que esta situación se produce pese a que los gastos están “racionalizados” al máximo posible, por lo que la atribuye a que el acuerdo marco de colaboración para el mantenimiento del recurso acordado con la Junta de Comunidades, que subvenciona 44 de las plazas, y que está vigente hasta el año 2020, debería actualizarse, pues en los últimos años se han incrementado los gastos del recurso, al subir los salarios o el precio de los alimentos. Se ofrece además un nuevo servicio de rehabilitación dirigido a personas con discapacidad grado uno.
El director de Cáritas tiene no obstante “confianza” en que el nuevo Gobierno regional se dedica a actualizar antes el acuerdo.
CONVENIO MUNICIPAL
En el caso del albergue de transeúntes, el déficit de 2018 fue de 28.000 euros, cantidad que se suma a los 38.000 que registró en 2017.
El director de Cáritas lo achaca en este caso a la insuficiente dotación económica del convenio que para gestionar este servicio mantiene con el Ayuntamiento de la capital, que advierte de que es quien está “obligado” a prestar el servicio. Asegura que el equipo municipal “reconoce la diferencia pero dicen que no pueden atenderla”. En Cáritas tienen claro que “no podemos dejar de lado a las personas sin hogar”, pero advierte de que están asumiendo un coste que no les corresponde.
Todavía no se ha firmado, además, el convenio de 2019, algo que esperan hacer con el equipo municipal que salga del acto de investidura del próximo sábado y que incluya “matices” que lo actualicen.
En ambos casos, Cáritas tiene que destinar a competencias que no le corresponden un dinero que, señala su director, de lo contrario podría destinar a otras actividades.
