Los representantes de las comunidades de usuarios de aguas subterráneas del Alto Guadiana solicitarán a la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) la prórroga de las actuales dotaciones de agua para regadío en la próxima campaña.
Así lo han decidido los representantes de las comunidades Mancha Occidental I, Mancha Occidental II, Rus-Valdelobos, Sierra de Altomira, Lillo-Quintanar, Consuegra-Villacañas, Campo de Calatrava y Campo de Montiel, en la reunión que han celebrado este lunes en Alcázar de San Juan.
Los usuarios de aguas subterráneas han indicado que se trata "de un acto de responsabilidad y solidaridad que busca la sostenibilidad ambiental y socioeconómica", aunque su planteamiento queda condicionado a que la pluviometría del otoño-invierno no revierta la situación actual.
Los responsables de las distintas comunidades de regantes han expresado que éstas vienen gestionando los aprovechamientos de aguas subterráneas mediante unos regímenes de extracción que se han establecido con importantes restricciones sobre los derechos iniciales, que superan, de media, más del 60%, y que, a además, son las dotaciones más bajas de toda España.
Lamentan que "las escasas dotaciones disponibles permiten apenas riegos de apoyo para los diversos cultivos de la zona, con una subsistencia de las explotaciones muy complicada".
LA CHG asegura en un informe que, si no se registraran lluvias durante el invierno, se entrará en situación de sequía prolongada y en escenarios de alerta o emergencia por escasez, en numerosas Unidades Territoriales, lo que conllevará de cara al año 2020 restricciones generalizadas e importantes en muchas zonas regables y la necesidad de movilizar recursos adicionales para el abastecimiento urbano previstos en el Plan Especial de Sequía (PES).
Ante esta situación, los regantes piden prorrogar en estos momentos los regímenes de extracción de la campaña anterior para cada una de las Masas de Agua Subterráneas y que, si la pluviometría del otoño-invierno no invierte la situación actual, se aplique una restricción del 5% sobre las dotaciones anteriores a partir de que se inicie la campaña de riego.
Las dotaciones actuales son de 1.500 metros cúbicos por hectárea y año para cultivos leñosos y de 2.000 a 2.200 para herbáceos.
Asimismo, para el ámbito de los abastecimientos han apuntado que la propuesta de reducción del 15 % se vea limitada a los que dependan de aguas superficiales, poniendo a disposición no sólo de estos, si no de cualquier otro de subterráneas, los pozos de regadío como alternativa para solucionar una situación excepcional que se pudiera producir.
Además, han instado a todos los regantes a extremar el control sobre las dosis de riego aplicadas, siguiendo las indicaciones de los servicios de asesoramiento al regante al que puedan acceder en cada caso, a fin de optimizar el uso de los recursos disponibles.
Desde las comunidades de regantes entienden que no debe alarmarse a las poblaciones con restricciones, ya que el abastecimiento es en todo caso prioritario y que las masas de agua subterráneas disponen de recursos almacenados más que suficientes para garantizar el abastecimiento de los municipios que dependen de ellas, aunque pueda resultar aconsejable activar las medidas de ahorro que resulten oportunas.