El sueño de Chikuto, un vecino ya fallecido de Landete aficionado a los fósiles, ha empezado a cumplirse. Capitaneado por Ángela Delgado Buscalioni, un equipo de profesorado y alumnado de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) ha comenzado este verano una primera prospección paleontológica en un paraje situado entre los términos municipales de Casas de Garcimolina y Algarra.
Chikuto conoció la existencia de este enclave en los años noventa de la mano del albañil Julián Montesinos, de Casas de Garcimolina, quien extraía losas para la construcción de lo que consideraba una cantera y que el de Landete rápidamente catalogó como yacimiento al encontrar numerosos fósiles de peces y helechos, entre otras especies. Voluntario en las campañas paleontológicas de Las Hoyas, Chikuto habló de este enclave al equipo que se encargaba de las excavaciones con el sueño de que trabajaran también en este nuevo enclave pero falleció y el proyecto cayó en el olvido.
Hasta que hace un par de años, Julián Montesinos, ya octogenario, contactó con la Asociación de Mujeres El Sabinarejo, un grupo muy activo de Casas de Garcimolina, para que impulsaran que se investigara este yacimiento de La Serranía Baja. El colectivo cogió el testigo y tras meses de “llamar a puertas” sin que les hicieran mucho caso, según reconoce su portavoz, Anabel Blas, finalmente en diciembre de 2023 dieron con “la tecla adecuada” y empezó a fraguarsre lo que llamarían el Proyecto Chikuto, en homenaje al vecino de Landete promotor de esta idea. “Ha sido una locura pero la iniciativa ha salido por fin adelante”, celebra.
Con la ayuda de la Asociación de Vecinos y Personas Mayores de Algarra ‘Las Cunázaras’, y los ayuntamientos de Algarra y Casas de Garcimolina, se puso en marcha una campaña de recaudación de fondos a través de la plataforma Goteo para la financiación de trabajos de excavación en el yacimiento. Hasta el momento, ya se han recopilado 3.500 euros y se pretende alcanzar los 4.500.
Gracias a esta campaña se han podido sufragar los gastos y el equipo de la UAM está ya trabajando sobre el terreno y ha empezado una primera prospección en la zona con el objetivo último de averiguar cómo era el ecosistema antiguamente.
En concreto, el paraje está en una zona con un registro muy amplio de tiempo, desde 190 hasta 90 millones de años. “Por eso, ahí ha pasado de todo. Había mar, después hubo lagos, que es donde estamos nosotros, y luego volvió a haber mar… Todo eso ha dejado fósiles muy variados”, cuenta Delgado Buscalioni, profesora emérita del Departamento de Biología de la Universidad Autónoma de Madrid y directora del Centro para la Integración para la Paleobiología (CIPb), perteneciente UAM, y que además también está vinculada a las campañas en el yacimiento conquense de Las Hoyas.
La zona tiene muchos fósiles del Jurásico y del Cretácico Medio, además de una parte del Cretácico Inferior, de una edad equivalente a los yacimientos de Buenache de la Sierra y Uña, según explica esta experta. En particular, la potencia paleontológica de este paraje se situaría en el Cretácico Inferior.
En esta primera fase de prospección, el equipo de la UAH está haciendo catas en la zona, recopilando información y midiendo fósiles, entre otras tareas, con el fin de determinar la diversidad de la zona. “Los tipos de peces, si hay bivalvos, si hay conchas de agua dulce... y ver cómo están de conservados”, señala Delgado Buscalioni, que explica que ya ha aparecido algún diente y osteodermo de cocodrilos.
Para la experta, la particularidad de este yacimiento es que había pequeños canales “en los que se podían arrastrar otro tipo de huesos”. “Los dinosaurios vivían en esta zona así que seguro que encontramos restos. Aunque no creo que sean muy grandes ni completos”, matiza.
Tras la prospección, el equipo tendrá que procesar la información y los fósiles que se hallen se llevarán al Museo Paleontológico de Castilla-La Mancha (MUPA), con sede en Cuenca.
“Esta campaña forma parte de un proyecto mayor, en el que ya llevamos varios años trabajando para recoger datos de toda La Serranía de Cuenca. Tenemos información desde Tragacete y nos faltaba conocer un poco más esta zona más oriental para ir completando un mapa fosilífero. Dependiendo de los resultados que obtengamos ahora, igual volvemos a prospectar en algún área que nos quede pendiente”, avanza la experta.
Actividades divulgativas para acercar la ciencia a la ciudadanía
Además de los objetivos propios de la investigación paleontológica, el Proyecto Chikuto tiene un segundo bloque de fines que está centrado en la divulgación para acercar la ciencia a la ciudadanía. Dentro de este apartado, se llevarán a cabo talleres informativos en el municipio y actividades lúdicas y de sensibilización medioambiental dirigidas principalmente a los más pequeños.
En este sentido, se ha desarrollado una pequeña exposición en Casas de Garcimolina con fósiles recopilados en los alrededores de este enclave. “El objetivo es que los vecinos nos pregunten al equipo y puedan conocer lo que se puede encontrar en la zona aunque en realidad ya lo saben porque lo han visto desde siempre”, cuenta la profesora Ángela Delgado Buscalioni.
La portavoz de la Asociación de Mujeres El Sabinarejo, Anabel Blas, también celebra que los lugareños puedan convivir y compartir saberes con el equipo de investigadores durante el desarrollo de la campaña de prospección. “Los vecinos están muy involucrados con el proyecto”, asegura. Además, también está previsto que los hallazgos se presenten en el IES Serranía Baja de Landete.
