El Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) ha presentado su último informe acerca del Mercado de Trabajo de las Personas con Discapacidad. Unos datos demoledores en el conjunto estatal que, por contra, mejoran en Cuenca y sitúan a nuestra región a la cabeza de la creacion de empleo.
Así, mientras que en España tan solo el 35 por ciento de las personas con discapacidad se encuentran trabajando o en búsqueda de empleo, en Castilla-La Mancha la tasa de empleo alcanza el 45,93 por ciento de actividad en el colectivo. Según refleja este informe, Cuenca es la provincia con mejores datos de España, puesto que en comparación con las estadísticas del pasado estudio, se ha producido una disminución del 6,1% de los parados con discapacidad.
Gran parte de estos contratos se han realizado en el sector servicios, con un total de 1.528 nuevos empleos para el colectivo, mientras que la industria suma otros 197 empleados. Datos que muestran el avance hacia la inclusión y normalización, aunque aún con una tasa de paro superior al 54% en personas discapacitadas. Los niveles formativos siguen siendo la mayor preocupación debido a que la gran parte de los nuevos empleados no habrían completado sus estudios de bachillerato.
FORMACIÓN
Tan solo 83 personas activas con discapacidad en Cuenca cuentan con una licenciatura. Un grado formativo que ha visto crecer el número de alumnos con discapacidad en los últimos años, pero que aún nos deja un panorama con pobreza educativa en este colectivo, puesto que la gran mayoría de personas con discapacidad deja los estudios al finalizar la Secundaria, la última rama obligatoria del sistema educativo. Estas cifras también se ven incrementadas debido a que las personas con discapacidad intelectual, tras completar la ESO, continúan sus estudios en Centros de Educación Especial hasta los 21 años. En estos centros reciben cursos conocidos como Transición a la vida adulta, donde desarrollan habilidades personales y sociales, pero no académicas ni orientadas a la búsqueda de empleo futuro.
La falta de formación sigue siendo una de las principales dificultades que condicionan la falta de empleabilidad entre las personas con discapacidad, aunque en la actualidad se ha producido un incremento en las matriculaciones y más de 50 demandantes de empleo con discapacidad ya cuentan con al menos una licenciatura académica.
Los Centros de Atención Especial de Empleo siguen siendo un pulmón fundamental para el avance hacia la normalización y la empleabilidad de personas con discapacidad, dado que trabajan por la integración y el 70 por ciento de su plantilla está conformada por personas con algún tipo de discapacidad. Motivo por el cual estos centros se convierten en el primer puesto de trabajo para muchas de las personas de este colectivo que se encuentran en búsqueda de empleo. A pesar de tratarse de asociaciones, estos centros son empresas como tal, que participan de movimientos de mercado y tienen como fin la rentabilidad de beneficios.
PARO EN MUJERES
Los datos negativos llegan con el análisis del perfil de los demandantes de empleo con discapacidad.
El 60 por ciento superan los 45 años de edad y son mujeres, aunque junto a Guadalajara, Cuenca es la única provincia castellano-manchega que ha visto disminuir la cifra de mujeres discapacitadas y desempleadas tras este último informe. Aparece así una variación del 3,72 por ciento con respecto a los últimos datos registrados, mientras que la variación en los hombres es de más del 9 por ciento.
Pedro Alberto Martínez es natural de Cuenca, tiene 57 años y actualmente está en búsqueda activa de empleo. Sufre una discapacidad de nacimiento, reflejada en su falta de visión, lo que no le ha imposibilitado formarse y entrar en el mercado laboral. Su último empleo fue en el Museo de Paleontología de Cuenca, donde asegura que se sintió muy cómodo. “Trabajaba como cualquier otra persona y estuve 6 meses a tiempo parcial”, comenta Martínez, quien tras la finalización del contrato se centró en la búsqueda de un nuevo puesto aunque todavía sin suerte. “La discapacidad que tengo no me la puedo quitar, pero yo el trabajo que pueda hacer lo hago como el mejor”.
El impulso de su familia y la curiosidad por aprender le llevaron desde joven a formarse en el ámbito de la Educación. Es diplomado en Magisterio, carrera que estudió en Cuenca, y ha realizado multitud de cursos para especializarse en el sector. A pesar de ello, la docencia siempre ha sido su meta pendiente. “Ahora me gustaría encontrar algo relacionado con Magisterio, porque nunca lo he desempeñado. Ser bibliotecario, trabajar en una ludoteca o algo que tenga que ver con los chavales”, comenta Martínez.
La desconfianza o la intolerancia nunca han aparecido en su camino. “Yo no tengo miedo a que me vean con prejuicios, en ninguna entrevista de trabajo he sentido que no me quisieran contratar por mi discapacidad”, afirma. Aunque también destaca que la falta de empleo para discapacitados puede estar causado por estos prejuicios y la falta de adaptabilidad de algunas empresas conquenses.
LIMITACIONES
Su discapacidad le impide desarrollar algunas tareas como, por ejemplo, conducir un vehículo pero hay muchos otros trabajos que puede hacer “como cualquier otra persona, sin barreras”, sentencia.
En este punto Pedro Alberto añade que “dentro de los trabajos que ha desempeñado hasta el momento su discapacidad no le ha perjudicado en nada, “yo lo que puedo hacer lo hago”, señala.
A día de hoy, Pedro no piensa en apartarse del mercado laboral y su mayor intención es encontrar trabajo, una acción para la que nunca ha escondido su discapacidad y ha confiado en sus posibilidades.
“Pagar más antes de contratar discapacitados, fíjate el prejuicio”Desde la Asociación Roosevelt llevan 30 años trabajando por la integración y normalización de personas con discapacidad física, con la empleabilidad de este colectivo como uno de sus objetivos. Su presidente, José María Martínez, comenta que el informe del SEPE le parece “demoledor” por la tasa de desempleados añadiendo que “lo triste es que la gente está tan desmoralizada de presentar CV que ya ni busca trabajo”.
Entre las posibles causas de esta situación a nivel nacional, Martínez comenta que por un lado está “la falta de formación en las personas de más de 45 años”, mientras que a los jóvenes “siempre les influye el prejuicio de que van a estar siempre de médicos y los estudios demuestran que no es así”.
Al igual que al resto de desempleados, el problema es “la falta de primera oportunidad”, que a veces no llega por muchos intentos que se hagan. Sin embargo, el presidente de la asociación Roosevelt añade que cuando a una persona preparada se le da la oportunidad, “la empresa se da cuenta de que es responsable y que rinde como el que más”.
LEYES QUE NO SE CUMPLEN
Según el Real Decreto 1/2013 en su Art.42 toda empresa privada o pública con más de 50 trabajadores, está obligada a reservar un cupo del dos por ciento para personas con discapacidad, sin embargo, desde la asociación Roosevelt apuntan a que esta ley no se ejecuta en la mayoría de los casos: “También hay una normativa que dice que si pagas una cantidad puedes no cumplir esta ley. Hasta ese punto llega el prejuicio. Pagar más antes de contratar discapacitados” .
Martínez reitera que la formación es fundamental y en este punto señala que la situación ha cambiado mucho,. “Ahora hay más porcentaje de gente con discapacidad que estudia licenciaturas y grados superiores”, aunque lo más importante , dice, es “creer en sus posibilidades, no ir buscando empleo por caridad, porque tienen las mismas cualidades que el resto”.
“La mayor dificultad que se encuentran es la desconfianza”La labor realizada por los Centros Especiales de Empleo es de gran importancia para la integración y formación de personas con discapacidad. En la Asociación de Padres y Amigos de Personas con Discapacidad Intelectual de Cuenca (Aspadec) se realizan cursos de “jardinería, serigrafía, costura o encuadernación”, y como comenta la gerente, Mari Luz Muñoz, esta actividad se convierte en “el primer paso formativo de cara a desempeñar una profesión”.
Analizando el estudio del SEPE, Muñoz también comenta que aún en la actualidad “hay muchas familias que siguen sobreprotegiendo a estas personas y no los lanzan a buscar cursos o formarse”, lo que señala como uno de los motivos ante la falta de formación. Con todo, apunta que los Centros Especiales de Empleo se convierten en la principal salida laboral de las personas con discapacidad intelectual, ya que a su juicio “existe falta de colaboración de la empresa ordinaria”.
En este sentido, señala que “la mayor dificultad que se encuentran es la desconfianza y prejuicios por parte de las empresas. Emiten un juicio previo antes de conocer a la persona con discapacidad”. Este motivo es el que empuja a los candidatos a no poner que sufren alguna discapacidad en su currículum.
MEJORAS EN EL ÁNIMO
En Aspadec cuentan actualmente con 24 personas con discapacidad intelectual contratados, lo que les “afecta positivamente, les sube la autoestima y se sienten totalmente integrados y valorados. La integración social está ligada a la integración laboral”, confirma Mari Luz Muñoz, quien también destaca la importancia de la visibilidad de este colectivo: “Con películas como Campeones también se influye, la sociedad toma consciencia y las personas con discapacidad intelectual se ven reflejados en esos valores positivos que se transmiten”. Los Centros Especiales de Empleo siguen siendo grandes desconocidos pero grandes apoyos para la empleabilidad del colectivo.
