La provincia de Cuenca vuelve a volcarse, un año más, en la conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, el día 25 de noviembre, y lo hace a través de multitud de iniciativas que se suman al acto institucional que se celebró este viernes en el Centro Cultural Aguirre de la capital.
Así, bajo el lema ‘Ponle fin para tener un principio, juntos contra el machismo’, los doce centros de la mujer de la provincia acogerán un total de 56 actividades de sensibilización y dirigidas a prevenir y erradicar la violencia machista así como a promover una igualdad efectiva entre hombres y mujeres.
De este modo, en San Clemente habrá suelta de farolillos en la Plaza Mayor; en Las Pedroñeras, talleres de prevención; en Las Valeras, Escuela de Igualdad para padres y madres y una campaña informativa sobre los juguetes no sexistas; en Landete, una campaña informativa y de sensibilización; en Huete, una marcha contra la violencia de género y talleres de prevención; en Quintanar del Rey, una lectura teatralizada del manifiesto reivindicativo y talleres de sensibilización; en Tarancón, una mesa redonda sobre el Pacto de Estado contra la violencia de género así como talleres de prevención, una carrera benéfica, una representación teatral o un grafiti contra la violencia de género realizado por el grupo de jóvenes ‘Qué pintas en la calle’.
Por su parte, bajo el lema ‘Nos queremos vivas’ y “hartas de que continúen las campañas de violencia de género centrándose en que sean las mujeres quienes denuncien y no en que los hombres las siguen asesinando”, el colectivo Comando Violeta celebra el sábado 25 un día contra las violencias machistas que incluye un taller de cuentacuentos, a partir de las 12.30 horas, para explicar a los menores cómo relacionarse en igualdad sin importar su género, además, ante lo que consideran una “barbarie”, como en años anteriores, convocan a la ciudadanía conquense a concentrarse el sábado 25 a las 13.00 horas en la Plaza de la Hispanidad, “y a que no quede en días significativos, como el 25N o el 8M, a que la lucha feminista sea diaria y continua”.
Por su parte, en el municipio der El Provencio, la Asociación de Mujeres Maribel Aguado conmemorará esta fecha formando un lazo morado en la plaza del pueblo y colocando 44 velas, una por cada mujer asesinada este año.
El acto incluirá la lectura de un poema y un manifiesto así como una campanada por cada mujer asesinada en lo que va de este año 2017.
Serán 44 campanadas, las mismas que lunes se ha concentrado la plataforma contra la violencia machista en Carretería con la esquina de Alonso Chirino con posterioridad a cada asesinato machista.
“Si en vez de ser casi cincuenta mujeres, fueran futbolistas, jueces o policías, esto sería terrorismo y el Estado intervendría de otra manera”. Así lo defiende Raquel Martínez, quien, desde 2006, participa en estas convocatorias.
En ellas se reúnen una veintena de personas, entre integrantes de partidos políticos, asociaciones culturales y de vecinos o sindicatos, que comparten el objetivo de “visibilizar este casi genocidio”, un problema que Martínez considera “completamente cultural, porque, como decía la antropóloga Françoise Héritier, el hombre es el único animal del planeta que mata a sus hembras”.
Tras admitir que hasta que no cambie “la manera de educar a los niños y de considerar a la mujer en todos los aspectos, esto no va a parar”, reconoce que, en la actualidad, “estamos como en las cavernas y es espeluznante”.
“Algo estamos haciendo muy mal cuando educamos a nuestros hijos en ese tipo de relaciones tan tóxicas”, apunta, subrayando que la enseñanza que reciben los menores de cinco o seis años “es vital, y muchos de ellos se están criando en la violencia”.
Partidaria del cumplimiento íntegro de penas por parte de los agresores, también defiende la prevención, la educación y la seguridad para las mujeres que se encuentran en esta situación como mejor camino para erradicar la violencia.
Menos de uno de cada cien casos resulta ser una denuncia falsa, “otra cosa es que a veces no se puedan probar”, reseña, segura de que, cuando una mujer denuncia, “es porque necesita ayuda y a veces no se le proporciona” y recordando que, en comunidades pequeñas, además, “esto supone un desarraigo”.
Después de diez años de concentraciones, surgidas a instancias de IU, “ahora empieza a haber conciencia de que la violencia de género no es algo privado y de que no es solo problema de mujeres, pero falta mucho por hacer”.
De momento, las concentraciones de los lunes concluirán con el deseo de “que no nos veamos otro lunes, porque hay meses que nos vemos todos”, lamenta Martínez.