La proliferación de abejarucos –que se alimentan especialmente de abejas– y de varroa –un ácaro que ataca a estos insectos–, está poniendo en jaque en la provincia de Cuenca a las abejas, un animal que, más allá de ser productor de miel, desempeña un papel fundamental en la polinización –son autoras del 80%–, algo imprescindible para la supervivencia del propio planeta.
“El abejaruco, un ave migratoria que se establece en la región entre los meses de abril a octubre, produce grandes daños, ya sean por la cantidad de abejas que consumen para alimentarse o porque la colmena se debilita al quedarse sin agua y alimento al no salir los insectos al campo por la presencia de estas aves. En la actualidad los apicultores que sufren estos daños no reciben ninguna indemnización, algo que vamos a seguir reclamando”, señala Pepe Cava, presidente de la Asociación Provincial de Apicultores de Cuenca.
Además, el abejaruco puede suponer un peligro vital para la colmena si se come a la reina cuando esta sale para fecundarse, advierte la apicultora Isabel Martínez Sahuquillo.
“NO SE ASUSTAN”
La productora apunta que estas aves migratorias han adelantado este año su llegada. “Cada vez vienen más y ya ni se asustan. Impiden que las abejas salgan de las colmenas a pecorear. Hemos llegado a poner búhos de plástico para ahuyentarlos y se suben encima de ellos”, relata.
Por otro lado, también apunta que la varroa se está haciendo inmune a los tratamientos. “Antes, con uno bastaba pero ahora hacen falta más”, lamenta, añadiendo que el invierno es la mejor época para aplicar los productos que hagan frente a este ácaro, que debilita y puede poner en peligro la vida de las abejas. Sin embargo, este año no fue posible hacerlo en ese momento porque los insectos ya se habían puesto a criar, por lo que los tratamientos no han sido tan efectivos.
Respecto a la avispa asiática, que también afecta a las abejas, la productora explica que, de momento, no está afectando en nuestra provincia, que se está librando hasta ahora de estos insectos que sí están dañando ya a las colmenas del norte peninsular.
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