Los productores de azafrán de la provincia de Cuenca ya han comenzado la campaña de este cultivo con buenas perspectivas puesto que, según las estimaciones que se barajan, la recolección podría incrementarse un 10 por ciento respecto al año pasado, y la calidad también será superior.
Las condiciones climatológicas de este año han sido claves para que la previsión sea optimista, porque gracias a las lluvias registradas en Semana Santa y durante los meses de septiembre y octubre, todo apunta a una de las mejores campañas de los últimos años. Así lo asegura Valentina Cabra, presidenta de la Denominación de Origen Protegida Azafrán de La Mancha, quien detalla que este año se mantienen las 90 hectáreas de terreno cultivado, así como el número de agricultores, que supera los 160.
“Las lluvias de finales de marzo y principios de abril, junto a las temperaturas de verano que no han sido muy extremas y el agua que cayó entre septiembre y octubre ha hecho que nos favorezca”. Y es que, al ser el azafrán un cultivo de otoño, requiere de lluvias y temperaturas agradables, y el no haber tenido tanto calor como años anteriores ha abierto el optimismo.
Aunque eso sí, con este cultivo no se pueden hacer grandes previsiones porque está debajo de la tierra, y se dan ocasiones en las que no se pueden recoger las flores cuando nacen debido a las lluvias. Así ha ocurrido estos días atrás debido a la DANA que caído sobre Castilla-La Mancha, donde hay productores en zonas de Toledo que no han podido recoger esos días y seguramente se perdieron las flores.
“Afortunadamente el azafrán florece día a día”, relata Cabra, y aunque caigan lluvias torrenciales un día, sólo se pierde una parte de la cosecha y no se echa a perder la campaña completa.
Con todo, desde la D.O.P. cree que se va a multiplicar el rendimiento que se considera normal de cada hectárea, estimado en 8 o 9 kilos. El año pasado al final de la campaña se registraron 281 kilos, “un registro muy bajo”, que se espera superar en torno a un 10%.
La campaña ya ha comenzado en muchas parcelas de zonas de Toledo, Ciudad Real, Albacete y Cuenca, donde la fuerza con la que ha agarrado a la tierra el bulbo del azafrán debido a esas lluvias hace que haya más optimismo entre los productores este año. Lo resalta Guillermo Beleña, gerente de Bealar, la empresa de Motilla del Palancar de reconocido prestigio a nivel internacional, quien también prevé un aumento de en torno al 10% en la recolección.
A pesar de este incremento en la recolección, Beleña cree que se mantendrán los precios, que en el caso del azafrán siempre son estables en unos 4.000 euros el kilo. Y es que, el azafrán de La Mancha está catalogado como el mejor del mundo y tiene amplio reconocimiento internacional. Al ser todo el proceso de recogida, monda y envasado manual, permite garantizar al máximo la calidad, que este año será aún mayor por las cuestiones climáticas mencionadas anteriormente. Además, tiene mayores exigencias sanitarias que otros productos extranjeros, lo que hace que cada hebra tenga el ADN del agricultor, como resalta Cabra.
MECANIZACIÓN
Que todo ese proceso sea manual es uno de los principales problemas que encuentra el sector de este oro rojo a la hora de encontrar mano de obra. La recolecta suele ser corta, de apenas un mes, algo que no resulta atractivo para los temporeros del campo. Además, tampoco llama la atención de los jóvenes agricultores.
Por eso, el sector cada vez más está investigando cómo se podría mecanizar sino íntegramente, sí parte del proceso de recolección y monda del azafrán. Bealar está cerrando en los últimos meses colaboraciones con universidades, centros tecnológicos, así como empresas privadas para investigar este aspecto.
Aunque ya llevan varios años con parte del proceso mecanizado, sí que están aumentado la inversión en i+D cuyo objetivo es tener mecanizado el 100% del proceso para así no depender tanto de personal para recolectar y mondar la flor del azafrán.
Actualmente, según la presidenta de la D.O.P. el cultivo en nuestra región está “en peligro de extinción” por esa falta de relevo generacional, así como “la falta de profesionalidad” de algunos pequeños agricultores, que no viven de este producto.
“Desde la Denominación de Origen Protegida estamos luchando mucho para que en algún momento lleguen a mecanizarse todas las tareas que implica el azafrán”, sostiene Valentina Cabra, que se muestra más que convencida de que lo moderno y lo tradicional “pueden convivir sin perder la identidad de La Mancha”.
Bealar ya trabaja con universidades y centros de investigación para introducir la mecanización en el proceso de recogida y envasado del azafrán
COMPETENCIA ASIÁTICA
Irán produce más del 90% del azafrán del mundo con unas 200 toneladas anuales. El precio es mucho más bajo que el producto con denominación de origen manchega, hecho que ha ocasionado durante años un fraude en el etiquetado en nuestro país, catalogando muchos envasadores el producto iraní como si fuese nacional.
En estos momentos, aunque aún haya “algún truquillo” entre algunos envasadores que intentan pasar por español un producto extranjero, el consumidor se ha concienciado de cómo encontrar en el mercado el azafrán de la D.O.P La Mancha gracias al sello de calidad y la etiqueta. Cada una va numerada, y se indica la parte donde se ha cultivado, el número de parcela y dónde se ha envasado.
“En su momento luchamos mucho para que en los envases fuera obligatorio que se indicara el país de origen del azafrán”, subraya Cabra, y gracias a ese trabajo, el cliente ya tiene orientación de cómo conseguir el mejor azafrán del mundo.