Una fuerte granizada registrada el pasado mes de junio está marcando la campaña del mimbre de este año en la provincia de Cuenca y va a determinar, de hecho, su producción final, que representa más del 80 por ciento de la nacional. Ahora, cuando se cumplen dos meses desde el inicio de los trabajos de la corta en la zona productora por excelencia, como es Cañamares, que aglutina el 90% de la producción provincial, las previsiones de los cultivadores no son nada halagüeñas a la vista del estado de las mimbreras.
Los daños del pedrisco de la pasada primavera han hecho bastante mella en el cultivo, que, según los productores de Cañamares consultados por esta redacción, se van a materializar en una notable reducción de la cosecha, que unos estiman en torno al 20 por ciento con respecto a la campaña de 2021 y otros van más allá y hablan, incluso, del 25 por ciento; eso sí, todos ellos recalcan que no dejan de ser estimaciones y habrá que esperar al mes de abril, cuando concluya la corta, para conocer el alcance definitivo de esa granizada.
DAÑOS DEL GRANIZO
En todo caso, sí coinciden en lamentar las graves consecuencias de este pedrisco, que en poco menos de diez minutos tuvo tiempo suficiente para dañar de manera importante el mimbre, dejándole en muchos casos marcas del impacto del granizo y en otros, incluso, cortando la guía, lo que ha ocasionado que la vara se ramifique; algo que, según explican los productores, no es bueno y hay que retirarlo, lo que, sin duda, les va a suponer más trabajo.
Pero las consecuencias de la granizada no se han quedado solamente ahí y también ha llevado consigo una menor altura de las varas, entre dos o tres tallas menos que el año pasado. Y es que el mimbre de este año ha alcanzado una altura máxima de 2,25 metros. “De ahí para abajo son la mayoría”, aseguran los productores, que recuerdan que el año pasado la altura máxima de las varas alcanzó hasta los 3 metros.
Esta menor altura del mimbre es el principal motivo por el que los agricultores conquenses auguran esa notable disminución de entre el 20 y el 25 por ciento de la producción de mimbre de la provincia. En concreto, sus primeras estimaciones apuntan a que la provincia de Cuenca vaya a tener este año en torno a los 1,5 millones de kilos, muy por debajo de la producción de la campaña anterior que rondó los 2 millones.
El mercado del mimbre, por otro lado, se encuentra en la actualidad un tanto parado, ya que aún se está desarrollando la corta y no será hasta mayo o junio, cuando seguramente se reactive coincidiendo con el secado del producto. Aun así las previsiones tampoco son muy halagüeñas y, según algunos cultivadores conquenses, todo indica que los precios experimentarán una tendencia idéntica al volumen de producción; es decir, con caídas de aproximadamente un 10 por ciento, si bien habrá que esperar unos meses para comprobar cuál será el comportamiento final del mercado.
Escenario complicado, por lo tanto, el que afronta el sector del mimbre con una campaña con menor producción, un mimbre de una calidad inferior y unos precios ligeramente más bajos que en 2021.
