El lince ibérico vuelve a la provincia de Cuenca
El lince ibérico volverá a habitar la provincia de Cuenca. Entre el 10 y el 14 de febrero se producirá la primera suelta de ejemplares en La Veguilla, una finca ubicada en el término municipal de Las Pedroñeras, que ha sido escogida como la mejor ubicación para que estos animales se asienten, tal y como avanza a Las Noticias el jefe de sección de Biodiversidad de la Delegación de Desarrollo Sostenible de Cuenca, Enrique Montero.
Tras un estudio previo de más de dos años dirigido por la Delegación de Desarrollo Sostenible en colaboración con agentes medioambientales se ha comprobado que el terreno escogido cumple con tres requisitos fundamentales para garantizar la supervivencia del lince.
La densidad de conejos es alta en la zona por lo que el lince, experto cazador, tendrá alimento suficiente sino sobrado. También contará con una fracción suficiente de refugio ya que esta zona de La Mancha alta el paísaje es un mosaico de monte mediterráneo de pinares, encinares y cultivos, algo que viene “muy bien” porque es “ahí donde más densidad de conejos hay”.
Además, se ha corroborado que las amenazas que inciden en la mortalidad son de riesgo bajo. Es decir, está demostrado que hay pocas posibilidades de que sean atropellados en carretera, mueran ahogados en balsas de agua, o sean capturados de forma ilegal, al igual que no existe presencia de enfermedades de tipo felino a las que el lince pueda ser sensible. “Al juntar estos tres parámetros vimos que había una superficie muy amplia, del orden de 60.000 hectáreas, que podía tener una situación buena para establecer el lince ya que desde el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico hablan de tener, al menos, 10.000 hectáreas”, explica Montero.
Una vez se comprobó que la provincia superaba con éxito estas condiciones se pasó a pensar cómo hacer posible la vuelta del lince. Primero se comprobó la receptividad del proyecto entre la población que, finalmente, ha sido muy bien recibido por ayuntamientos, ciudadanos y sector cinegético. “En conjunto, el proyecto lo apoya el 85% de la población”, señala Montero.
Después se contactó con los propietarios de las fincas ya que en la zona hay pocos espacios que cumplan los requisitos necesarios y además sean de titularidad pública. Se alcanzó un acuerdo preliminar y se acotaron las dos zonas en las que se soltarán, que serán La Veguilla y una finca cercana. “Podrían moverse de una a otra en una sola noche porque están separadas por una pequeña zona de cultivos”, cuenta el jefe de sección de Biodeversidad. Y es que, es importante contar con dos espacios puesto que las hembras, una vez se separan de sus madres, buscan vivir en terrenos cercanos.
NÚMERO DE EJEMPLARES Y ANUALIDADES
El proyecto de reintroducción no culminará en este 2025 sino que se extenderá durante al menos tres o cuatro años. Por anualidad llegarán a la provincia entre ocho y diez ejemplares, en función de la disponibilidad. Lo ideal es que haya paridad o sesgo favorable hacia las hembras ya que está demostrado que suelen moverse menos y favorecen el arraigo en la zona.
Los ejemplares procederán de dos sitios, de centros de cría en cautividad que se encuentran tanto en España como en Portugal o de otras provincias en las que haya excedente y no haya riesgo de dañar la población de origen. Es decir, se translocarán. “A Cuenca nos han correspondido este año 5 ejemplares de cría en cautividad y tenemos dos más de otros puntos de Castilla-La Mancha, aunque esperamos llegar a, al menos, ocho linces en total”, cuenta Enrique Montero.
SUELTA
Cuando llegue el momento de liberarlos en La Veguilla se podrán seguir dos procedimientos conocidos como suelta dura o blanda. La primera consiste en llevar al lince enjaulado y soltarlo con la esperanza de que se establezca ahí, mientras que la segunda opción es mucho más controlada puesto que durante los primeros diez o quince días el animal estará en un cercón de preacondicionamiento para favorecer la adaptación. “Está comprobado que la suelta blanda tiene mayor tasa de éxito de fijación”, apostilla el jefe de sección de Biodiversidad.
Eso sí, en cualquiera de los casos, los linces llevarán un collar con GPS gracias al que los técnicos podrán saber por dónde se mueven ya que no hay garantía absoluta de que vayan a quedarse en la provincia. “Son libres y pueden marcharse a otros territorios pero tenemos confianza.
La primera suelta, como se ha mencionado previamente, será la semana del 10 al 14 de febrero y previsiblemente se liberarán 2 ejemplares y días después el resto. “Las sueltas se hacen una vez pasado el periodo reproductor porque están más tranquilos. Es decir, durante los meses de febrero y marzo e, incluso, a principios de abril”, detalla.
No obstante, no podremos saber si el proceso de reintroducción ha funcionado hasta la primavera de 2026 cuando se compruebe si han nacido cachorros. “El fin último es que se reproduzcan, queremos que sean una población autónoma y que no dependa continuamente de sueltas”.
BENEFICIOS
Además de garantizar la supervivencia del lince en la Península Ibérica, este proyecto tiene más beneficios. Por un lado, en zonas como La Mancha alta, donde hay superpoblación de conejos, controlarán la plaga al ser su principal fuente de alimento. Controlarán al resto de depredadores como el zorro por lo que, previsiblemente, la población de perdices aumentará. “Cuando comentamos esto al sector cinegético se quedaron bastante tranquilos”, asegura Montero.