Esterilizar colonias felinas, mejorar el bienestar de los animales con desparasitaciones y alimentación adecuada y, por ende, garantizar la salud pública en los municipios de la provincia de Cuenca.
Estos son parte de los objetivos que persigue el primer plan provincial de Control de Colonias Felinas, puesto en marcha por la Diputación el pasado mes de abril y que concluyó el 30 de junio. Gestionado por GEACAM, se han esterilizado alrededor de 700 gatos, tal y como explica la veterinaria encargada del proyecto, María Iniesta.
Este este plan ha llegado a 28 municipios de la provincia de Cuenca que se han agrupado en 4 zonas diferentes en función del veterinario donde el animal ha sido castrado, a parte de ofrecer en cada uno de los ayuntamientos diferentes charlas de divulgación y concienciación tanto a los habitantes como a personas que alimentan a los felinos y los voluntarios del proyecto.
En total, se están destinando 106.950 euros, y el programa se ha apoyado principalmente en voluntarios para poner en marcha el CER, el método de trabajo que se ha utilizado para capturar, esterilizar y retornar a los gatos a su entorno. Así, han participado alrededor de 25 personas en las diferentes tareas que está desarrollando el proyecto.
Con los datos disponibles a final de junio, las esterilizaciones ya habían llegado a 650 gatos de la provincia, aunque el objetivo es rozar los 700 antes de que acabe el mes de julio. Tarancón, Casasimarro, Mota del Cuervo, Horcajo de Santiago y Casas de Benítez son las localidades donde más felinos ya están esterilizados. El plan también ha llegado a Chumillas, aunque aquí ya se venían desarrollando estos trabajos con anterioridad y gran parte de la población felina de la localidad ya estaba castrada.
Este plan también repercute en la salud pública: se eliminan muchas enfermedades a los gatos y la castración hace que los felinos no marquen las esquinas de casas y edificios
Dentro de los objetivos de este plan también se incluyen otros como la asistencia sanitaria a todos los felinos que se han ido capturando a lo largo de estos tres meses. De este modo, cuando los gatos capturados han ido al veterinario, a parte de la esterilización, también se han vacunado y desparasitado. “Esto repercute ya no solo en el beneficio del propio animal, sino también en la salud pública”, sostiene Iniesta.
Todo ello porque al final “un gato que no se está reproduciendo y no tenga ese estrés, lleve una alimentación más saludable con piensos adecuados y esté vacunado y desparasitado, va a estar más sano”. Al final, si no se controlan las colonias, “van a seguir creciendo, los animales van a estar en peores condiciones sanitarias, y hay enfermedades que compartimos los seres humanos con los felinos”, sostiene la veterinaria.
De ahí que este plan de control de colonias felinas también esté repercutiendo en la protección de la salud de las personas, así como en la salubridad y suciedad de cada uno de los 28 municipios. Por ejemplo, después de la castración las hembras ya no van a lanzar esos maullidos tan fuertes que pueden molestar por las noches cuando están las ventanas de las casas abiertas, o los machos no van a ir marcando con su orina las esquinas de las casas. “Todo eso desaparece con el control que hemos llevado a cabo”, relata la veterinaria.
“Son ventajas por todas partes”, explica María Iniesta, quien incide en que con el presupuesto del programa también se está dando a los municipios sacos de pienso para que los animales tengan una alimentación óptima.
En resumen, los cuatro puntos que han centrado este programa provincial han sido la captura, esterilización y aplicación de tratamientos sanitarios a cada gato; la educación a los voluntarios para que sepan cuáles son las diferentes formas de controlar las colonias y la formación -en especial a Ayuntamientos, pero también a los vecinos- de qué se ha hecho y porqué es necesario llevarlo a cabo.
Conseguir la esterilización de tantos gatos en tan poco tiempo ha sido gracias al trabajo de mucha gente, pero en especial, como resalta María Iniesta, a la colaboración de los voluntarios en los diferentes pueblos, a las cuatro veterinarias de las diferentes clínicas de Cuenca, Tarancón, Mota del Cuervo y Motilla del Palancar que han participado y han hecho un “trabajazo”, así como a sus compañeros Álvaro Cuevas, Beatriz Torrijos y Mari Paz Martínez.
El control de colonias, una responsabilidad de cada AyuntamientoAhora que el plan provincial de esterilización de colonias felinas está llegando a su fin, va a ser responsabilidad de cada Ayuntamiento continuar con el cuidado de las mismas. Así lo recuerda María Iniesta, veterinaria encargada del proyecto, puesto que desde la entrada en vigor de la Ley 7/2023, de 28 de marzo, de Protección Animal, cada entidad municipal está obligada a su cuidado.
Por ese motivo, una de las partes de este plan provincial ha sido enseñar a los Ayuntamientos cómo se tiene que gestionar una colonia felina a través de diferentes charlas formativas. Por tanto, ahora deberán mantener el contacto con lo coordinadores que haya habido en cada localidad, o los más próximos a la misma, para continuar con la labor que ya se ha puesto en marcha.
“Antes estaba como un limbo, pero con la nueva legislación queda claro que la obligación de las colonias es suya, así que no hay excusas”, expresa la veterinaria. Esta obligatoriedad tiene que llegar al menos al 75% del censo de gatos, y a parte de la ayuda que ha supuesto este plan de Diputación, los Consistorios de la provincia pueden optar a la línea de ayudas del Ministerio de Derechos Sociales para poder llevar a cabo sus proyectos municipales.
Iniesta subraya que, dado los buenos resultados, la intención de la Diputación es continuar el próximo año con un segundo plan provincial si vuelve a recibir fondos ministeriales.
La Ley estatal recoge una serie de sanciones, ya que causar daños a estas colonias ya sea su eliminación, desplazamiento o reubicación estará multado con cantidades que oscilan entre los 10.000 y los 50.000 euros.